La prevención es el primer paso contra el acoso escolar. Sexta entrega del capítulo sobre Miedo a ser uno mismo: el inicio del acoso escolar.
Se trata de un amplio e interesante apartado sobre acoso escolar o bullying que forma parte del libro Manual Básico de Criminología, de Estefanía Ros Cordón editado por Pinolia.
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La prevención es el primer paso contra el acoso escolar
Estefanía Ros Cordón
La prevención es, sin ninguna duda, la mejor forma de luchar contra el bullying. Así lo dispone la Ley de Educación, según la cual el sistema educativo español se inspira, entre otros, en «la educación para la prevención de conflictos y la resolución pacífica de los mismos, así como para la no violencia en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social, y en especial en el del acoso escolar».
Por su parte, la LOPIVI dispone que los menores deben respetar tanto a los empleados como al resto del alumnado del centro escolar, con el fin de evitar cualquier tipo de conflicto, como el acoso escolar o el ciberbullying.
Cuando hablamos de prevención en el ámbito escolar debemos tener en cuenta que existen dos niveles distintos:
Prevención general
Se aplica antes de que se detecte ningún indicio de acoso escolar. El objetivo de esta medida es evitar que surjan conductas violentas entre el alumnado mediante la información, sensibilización y concienciación del mismo.
En este tipo de prevención se encuentran implicados todos los miembros del entorno educativo: los empleados del centro, el alumnado y sus familias.
Prevención especial
Esta medida se lleva a cabo cuando se detectan indicios de acoso escolar incipiente. Su objetivo es intervenir cuando el acoso aún se encuentra en una primera fase y evitar que se consolide. En este nivel se compromete a un menor número de personas: los menores implicados, sus tutores y sus familias.
El motivo por el que se reduce el grupo de individuos que intervienen se justifica por la necesidad de discreción y protección que merecen los sujetos implicados en un caso de acoso, evitando así que se difunda y cortando de raíz el problema.
Prevención en el ámbito educativo y familiar
Por otra parte, la prevención debe llevarse a cabo en dos ámbitos: el educativo y el familiar.
En el ámbito educativo, lo ideal sería que cada centro docente tuviese un plan de convivencia escolar donde se estableciesen unas líneas de actuación a seguir. El contenido de este plan de convivencia debería contener, como mínimo, los siguientes puntos:
- Las normas básicas de convivencia.
- Conferencias o charlas donde donde se conciencie al colectivo educativo de los distintos conflictos que pueden surgir.
- Formación de los miembros de la comunidad educativa para prevenir y detectar los conflictos que pueden surgir en la convivencia escolar.
- Formación al alumnado en valores y habilidades sociales adecuados como la autoestima, la inteligencia emocional o la resiliencia.
- Organización del centro basada en potenciar la comunicación y participación constante.
- Establecer las medidas de seguridad y vigilancia pertinentes en todo en todo el centro escolar, sin olvidar que los mayores conflictos suelen darse en momentos en los que el alumnado no se encuentra vigilado, como la hora del recreo o los pasillos,
- Fomentar la participación del alumnado en la creación de todos los programas de convivencia y en el funcionamiento del centro, exponiendo los fallos que detectan y cómo consideran que debería mejorarse. Abrir un canal de comunicación entre el centro y el alumnado permitirá detectar de forma precoz las situaciones de violencia escolar.
- Utilizar un canal de comunicación seguro a través del que los alumnos puedan comentar sus necesidades y encontrar apoyo.
- Implementar la figura del coordinador de bienestar.
Tutores, figura clave frente al acoso escolar
Debemos destacar la figura de los tutores ya que, al ser lo que tienen más trato con los menores, son los primeros que pueden ayudar a prevenir el acoso.
Por ello, es recomendable que en las horas asignadas a tutoría se lleven a cabo actividades que fomenten la buena convivencia y la solución de los problemas que surjan entre alumnos o entre alumnos y docentes.
Asimismo, el tutor debe ser capaz de llevar a cabo su tarea de tal forma que el alumnado lo vea como una persona en la que confiar, por lo que no solo se requiere potenciar su figura sino que, además, se le ha de dotar de la formación y recursos necesarios para poder actuar eficazmente.
Informar a las familias
Además, deben ser los tutores quienes mantengan a las familias informadas de todo lo que sucede en el centro escolar.
Su acción preventiva se tiene que dar tanto de forma individual, reuniéndose a las que les afecte algún hecho en concreto como de forma grupal, haciendo reuniones con los padres con la mayor asiduidad posible y para que las familias puedan conocerse y participar en la resolución de los conflictos que afecten a sus hijos.
Asignatura sobre igualdad
Por otra parte, sería oportuna la creación de una asignatura que favoreciese la comunicación entre el alumnado y tratase temas como la igualdad o el respeto mutuo, el racismo, la xenofobia o la violencia.
Dotar a los alumnos de competencias personales y sociales es una de las mejores formas de evitar las conductas agresivas dentro del centro escolar.
Además, les permite comprender de manera eficiente sus sentimientos y emociones, por lo que les resulta más fácil controlar sus comportamientos y expresarse con los demás.
Importancia del ámbito familiar
Respecto al ámbito familiar, pese a la existencia de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, denominadas comúnmente bajo las siglas AMPA, lo cierto es que aún no existe una interacción permanente entre los familiares y el centro.
Por ello, es necesario que se establezcan vías de comunicación directas para que las familias sientan que son participes de la educación de sus hijos en el centro escolar. Además, la colaboración con la escuela puede puede facilitar la detección de conflictos entre el alumnado y afrontar las soluciones entre todos.
Educar en valores, derechos y obligaciones
Sin embargo, las familias no solo pueden prevenir el acoso en relación con el centro escolar sino que, desde su entorno familiar, el más cercano, pueden llevar a cabo una serie de medidas que contribuyen a este fin:
- Mejorar la comunicación con los menores que se encuentren a su cargo.
- Educar a los menores de forma autoritativa, es decir, basar su disciplina en el respeto mutuo. No debemos confundir este estilo de crianza con el autoritario, donde la disciplina se basa en órdenes y exigencias y la desobediencia suele ser castigada.
- Un cuidado adecuado en cada etapa formativa.
- Educar en valores, derechos y obligaciones pero, sobre todo, enseñarles a socializar.
- Colaborar de forma activa con el centro cuando surja un conflicto.
En conclusión, la prevención es la mejor defensa para evitar situaciones de violencia y es imprescindible que todo el entorno que rodea a los menores sea capaz de llevar a cabo esta función, por lo que es necesario que estén lo mejor preparados posible y sepan cómo actuar.
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Nota de redacción / El contenido de este artículo forma parte del libro ‘Manual Básico de Criminología’, de Estefanía Ros Cordón y ha sido publicado con el consentimiento de la autora.
Tanto el título como los subtítulos y las ilustraciones han sido añadidos por jupsin.com.
