El triángulo peligroso del ciberacoso que invade nuestras vidas. Cuarta entrega del capítulo sobre Miedo a ser uno mismo: el inicio del acoso escolar.
Se trata de un amplio e interesante apartado sobre acoso escolar o bullying que forma parte del libro Manual Básico de Criminología, de Estefanía Ros Cordón editado por Pinolia.
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El triángulo peligroso del ciberacoso que invade nuestras vidas
Estefanía Ros Cordón
El acoso a través de internet, conocido también como ciberbullying, se puede definir como un tipo de intimidación no presencial entre menores de edad a través de las nuevas tecnologías como foros, redes sociales o mensajería instantánea, en el que se ataca a la víctima mediante insultos, difusión de imágenes, videos, etc.
Los motivos son similares, por no decir casi idénticos, a los que se reflejan en el acoso escolar: diferencias económicas, identidad sexual, gordofobia, racismo, entre otros.
Sin embargo, las y los menores que acosan de manera virtual a sus compañeros no son tan conscientes del daño que provocan al no ver la reacción de la víctima ni las consecuencias de sus actos, pueden carecer de empatía.
Triángulo víctima-acosador y espectadores
Se produce un triángulo, víctima-acosador y espectadores virtuales que invade todos los espacios de la vida del menor o adolescente, incluyendo el espacio personal fuera de las aulas.
La situación reviste gran gravedad, al no poder borrar de la red sus imágenes o videos de manera permanente, así como por la rápida difusión de los contenidos.
El uso incorrecto de las tecnologías de la información y la comunicación da lugar, no solo a preocupantes ciberpeligros, sino también al desarrollo de conductas delictivas en las que pueden verse inmersos menores y adolescentes, sin tener plena conciencia de las consecuencias penales que pueden derivarse.
Sexting y happy slaping
Dentro de la conducta del ciberbullying pueden darse otras como, por ejemplo, el sexting, que consiste en enviar y difundir contenido erótico de la víctima.
O el happy slaping, cuyo significado literal es paliza feliz y que consiste en grabar ataques físicos a la víctima para su posterior difusión.
Ante esta situación, la lucha de padres y tutores ya no se encuentra únicamente en el colegio, sino también fuera de las aulas. Un control de la actividad del menor en internet o estar alerta ante cambios físicos o psíquicos pueden ser herramientas muy sencillas y efectivas.
Proteger la privacidad y buen uso de los recursos digitales
Estudios recientes reflejan que el 36,5% de los casos de hostigamiento entre menores del primer ciclo de la Educación Secundaria Obligatoria se dan de manera online y que el 70% de las víctimas son chicas.
La LOPIVI exige medidas para sensibilizar y asesorar a los menores en el uso de las nuevas tecnologías y que se garantice formación y campañas específicas de concienciación en el buen uso digital de los dispositivos con acceso a internet.
Aprender a proteger la privacidad y hacer un buen uso de los recursos digitales para garantizar la protección de los menores, diferenciando por tramos de edad y por grupos de especial vulnerabilidad como es el caso de personas con discapacidad, son cuestiones por abordar dentro de los planes de convivencia.
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Nota de redacción / El contenido de este artículo forma parte del libro ‘Manual Básico de Criminología’, de Estefanía Ros Cordón y ha sido publicado con el consentimiento de la autora.
Tanto el título como los subtítulos y las ilustraciones han sido añadidos por jupsin.com.
