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¿Dónde nace el acoso escolar?

Una cuestión muy importante para poder erradicar el problema del acoso escolar es tener muy claro dónde se produce, cuáles son las circunstancias que desencadenan el principio de acoso por parte de un adolescente. El ‘hermano mayor’ de jupsin.com, Alberto Barranco, profundiza aún más en las causas del acoso escolar y sus raíces en el núcleo familiar.

Alberto Barranco, el `hermano mayor' de jupsin.com contra el acoso escolar
Alberto Barranco, el `hermano mayor' de jupsin.com contra el acoso escolar

Una cuestión muy importante para poder erradicar el problema del acoso escolar es tener muy claro dónde se produce, cuáles son las circunstancias que desencadenan el principio de acoso por parte de un adolescente.

¿Qué le ocurre a un joven que comete acoso?

Esta es una de las preguntas que a mi modo de entender deberíamos plantearnos todos. La realidad del asunto es que lo primero que hacemos es señalar como culpable al adolescente, le miramos mal, le enjuiciamos, le sentenciamos y además le apartamos de los núcleos sociales, es decir, le hacemos bullying. Así es como actúa la sociedad en líneas generales frente a un acosador escolar.

La importancia de saber cuál es la base del problema tiene como objetivo evitar linchamientos sin miramientos y además poder actuar antes de que un adolescente cometa un acto de este tipo frente a otros compañeros.

Acoso escolar

¿Qué carencias puede tener un adolescente que acosa?

Otra pregunta que nos lleva muy de cerca a averiguar las razones por las que tienden a cometer estos actos. La propia visión de sí mismo en su hogar (zona de confort) y entre sus círculos cercanos puede llevarle a un desequilibrio emocional que desemboque en acosos sin medida.

Si un menor tiene una situación difícil en casa, puede que tenga carencias afectivas, que le falte control parental o que no se sienta importante en el núcleo familiar

Como veis las preguntas que formulo tienen que ver con el propio acosador y su estado emocional. He aquí una de las claves para identificar la base del problema.

Si un menor tiene una situación difícil en casa, puede significar que tenga carencias afectivas, que le falte control parental o puede ser que no se sienta importante en el núcleo familiar.

Todas y cada una de estas sensaciones son provocadas dentro del hogar. Es aquí donde nace el mayor porcentaje de casos de acoso escolar.

Pueden darse casos muy variados.

  • Familia desestructurada por la falta de uno de los progenitores. Puede darse el caso de una separación de padres y que el menor no lo acepte. Además, si esta situación conlleva una disputa entre adultos con los menores por medio, cabe la posibilidad de que el menor se sienta culpable de la propia situación.
  • Familia normal con los padres trabajando y el adolescente con tiempo libre desde las tres de la tarde hasta las siete u ocho que lleguen sus padres. Una falta de control parental y una actitud en desgana por parte del menor puede provocar una desviación de responsabilidades y, por lo tanto, caer en malas influencias que le lleven a un posible caso de acoso para demostrar que es alguien y que se siente poderoso e importante.
  • También nos encontramos con un caso muy repetido por desgracia y que es una pena. A día de hoy (aunque parezca mentira) siguen existiendo casos que arrastran formas retrógradas de la España profunda, donde el machismo predominaba en la sociedad. Hay muchos padres que mantienen ese formato, padres que aun teniendo problemas con sus hijos, no permiten la ayuda profesional para que no se sepa cómo actúan ellos en sus casas. Luego se echan las manos a la cabeza y no entienden el motivo que lleva a sus hijos a cometer estos acosos a sus compañeros. Muchos son los casos que por aparentar y tapar la cruda realidad ponen en peligro la salud emocional y mental tanto de sus hijos como de la familia entera.

Hay casos en los que menores que cometen acoso se sienten inferiores frente a sus hermanos de cara a sus padres

Hay muchos y diferentes casos, cada uno tiene su complejidad pero todos tienen en común que el adolescente tiene carencias, pueden ser afectivas, pueden ser de control, puedes ser ambas e incluso otras, pero el denominador común no varía.

Se dan casos en los que los menores que cometen acoso, se sienten inferiores frente a sus hermanos de cara a sus padres. Muchas veces buscan llamar la  atención y por eso cometen acoso, no miden, no miran el daño que están haciendo ni a quién. Se sienten víctimas y actúan como tales.

Acoso escolar

Necesitamos padres digitales

Estamos en una sociedad donde impactan los sistemas educativos, por un lado los padres se tienen que adaptar a la nueva era, (ya nada es como antes) es algo así como ‘Padres analógicos con hijos digitales’.

Por otro lado los hijos van por delante de los padres y no atienden a nada porque piensan que están anticuados y no les entienden. Se sienten incomprendidos en los tiempos que corren por sus propios padres. Además cometen el error de la adolescencia de pensar que lo saben todo y no les hace falta nada ni nadie. Gran error que con una buena comunicación puede paliarse antes de que llegue a un extremo complicado.

Uno de los grandes inconvenientes es que los padres no están digitalizados, ni al corriente de los peligros de internet, ni de cómo se desenvuelven los adolescentes

Uno de los grandes inconvenientes es que los padres no están digitalizados, no están al corriente de los peligros de internet, ni de cómo se desenvuelven hoy día los adolescentes.

Es necesario que la sociedad entienda que los padres deben estar al día del mundo digital, donde antes había un partidillo en la calle o quedaban para saltar a la comba, hoy es un grupo de whatsapp o una reunión por Skype.

La solución a esto no es quitar a los hijos la tecnología, sino que los adultos aprendan a utilizarla y compartan con sus hijos para entenderlos.

Por mucha tecnología que usemos, las personas seguimos teniendo necesidades básicas como el cariño, el amor, la comprensión, los abrazos, los besos, las conversaciones profundas, etc. Mucho más los adolescentes, porque además es un época complicada donde ellos mismos se encuentran en tierra de nadie, ni son niños pequeños ni son adultos (aunque muchos creen que sí).

Padres digitales

Si los padres no se adaptan a la digitalización y además dejan de aportar valores esenciales y emocionales, estamos en una situación delicado con los menores. Hay que adaptarse.

¿Cuántos padres estáis dispuestos a escuchar, comprender, apoyar y entender a vuestros hijos en su formato actual?

¡La principal causa para que un adolescente cometa acoso está en cómo se siente en su propio hogar! Es muy importante que un menor se sienta querido, comprendido, respetado y amado.

Si el adolescente no se siente importante, si se siente desplazado, si no siente el cariño de su familia, empezará a buscar su importancia en la calle.

Y la forma más ‘fácil’ de hacerlo es acosar a aquellos que ellos mismos definen como débiles, compañeros introvertidos, tímidos, que no dan problemas, etc. Este es el perfil más identificado entre los acosados en los institutos.

Debemos entender que la causa que le lleva a esta situación es ser importante por la carencia propia que tiene en su hogar. La falta de atención y afecto desencadena esta serie de actos que además se cometen sin ser conscientes del daño que se hace a terceros.

¿Cuántos padres estáis dispuestos a escuchar, comprender, apoyar y entender a vuestros hijos en su formato actual?

jupsin.com es el portal profesional exclusivo de IPDGrupo.com que te ofrece información para decidir sobre salud e igualdad y que dice NO a cualquier forma de acoso, abuso, agresión, violencia o discriminación.

2 Comments

2 Comments

  1. Eva Jardi

    5 de abril de 2017 at 17:27

    Estoy 100% de acuerdo con lo que explicas en el post, pero le veo un problema y es el caso de todos esos padres que ya de por sí son incivilizados, que no entienden lo que significa debatir y aún menos utilizar las nuevas tecnologías. ¿Cómo se puede llegar a este tipo de padres? Podemos hacerles entender a otros muchos que también utilicen Instagram, que compartan contenidos con sus hijos que encuentran en otras redes sociales y con lo que tener conversación, pero los que ni se molestan en abrirse una cuenta en Facebook, dudo mucho que tengan interés alguno en mejorar su relación con sus hijos y que éstos cambien.

  2. Alberto Barranco

    5 de abril de 2017 at 18:34

    Es cierto Eva que ese porcentaje de padres «incivilizados» lo ponen muy difícil, pero también es cierto que los niños no tienen culpa y hay que intentarlo por todos los medios. La falta de atención, la carencia afectiva y el tipo de comportamiento que reciben esos niños en sus casas ya es de por si un hándicap. Tendría que conocer un poco más a fondo la situación que me planteas para poder ayudarte de una forma más concreta.

    Gracias por leer y comentar el post.
    Un saludo.

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