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Abuso sexual infantil, un testimonio real

Cuando era pequeña (debía de tener unos 7 años), solía ir siempre a casa de mi abuela materna después de clases porque vivía cerca de la escuela. Era una casa grande y con mi abuela vivían mis tíos y tías, con los cuales siempre jugábamos y hacíamos muchas actividades. Un día, uno de ellos me compró una bolsa de patatas fritas (de esas de las de estilo Matutano) y me dijo que me la regalaba si yo hacía una cosa por él.

Abuso sexual infantil – Testimonio real

  • «Si hubiera sido mi hija ese cabrón estaría muerto. En 5 minutos ese animal me jodió la vida»
  • Hay días que pienso que es imposible, que voy a estar siempre sucia, que los sentimientos nunca van a desaparecer al igual que las pesadillas en las que huyo de algo, de alguien… en las que tengo tanto miedo y corro tan deprisa que me despierto cansada, agotada, sin fuerzas para seguir adelante…
  • Abuso sexual infantil: la lucha contra el secreto y el silencio (1)


Este es mi testimonio…

Cuando era pequeña (debía de tener unos 7 años), solía ir siempre a casa de mi abuela materna después de clases porque vivía cerca de la escuela. Era una casa grande y con mi abuela vivían mis tíos y tías, con los cuales siempre jugábamos y hacíamos muchas actividades.

Un día, uno de ellos me compró una bolsa de patatas fritas (de esas de las de estilo Matutano) y me dijo que me la regalaba si yo hacía una cosa por él.

«Fuimos a unos baños públicos que había cerca de la plaza central del pueblo, se bajó los pantalones, se sentó en el baño y me hizo sentarme encima suyo»

… y me hizo sentarme encima suyo

Fuimos a unos baños públicos que había cerca de la plaza central del pueblo, se bajó los pantalones, se sentó en el baño y me hizo sentarme encima suyo.

No me acuerdo de más detalles, ni de lo que pudo hacerme ni decirme ni antes ni después de eso, es cómo si en mi mente hubiera dos fotografías: una de mí sonriendo con mi bolsa de patatas y la otra sentada encima de él.

Solo fue una vez. La segunda vez que intentó hacerme algo intervino mi hermana mayor y se lo contó a mi madre…

Tampoco sé que es lo que pasó con ella, si tuvimos una charla o no, lo que recuerdo es que yo tenía mucho miedo de que lo supieran mis padres porque no quería que me castigaran…

Era yo la que tenía miedo

Y ahora me pregunto, ¿qué pudo decirme ese animal para que pensase que era yo la que había hecho algo malo? ¿Cómo era yo la que tenía miedo y no él?

Pero en ese momento la cosa se quedó así. Supe que mi madre habló con mi abuela y me imagino que debieron hablar los tres. Lo único que sé es que nunca más me volvió a tocar y que es el secreto mejor guardado de mi familia.

¿Qué pudo decirme ese animal para que  pensase que era yo la que había hecho algo malo?

Mi vida continuó y aunque es cierto que a veces me venían flashbacks de esas dos fotos de mi cabeza y con ellas ese sentimiento de vergüenza, de haber hecho algo malo, mi vida siguió su rumbo y crecí como una niña normal si se puede emplear el término

Hasta que hace 1 o 2 veranos volví a España y reencontré una amiga del instituto que me contó que iba al psicólogo porque su cuñado abusaba de ella regularme siendo una niña. En ese momento, me acordé que cuando teníamos 15 ella ya me lo había contado y en esa época no le había dado importancia.

En todo caso a mí no me había afectado, recuerdo ir de fiesta juntas, de compras, pero no me acordaba que ella también había pasado por lo mismo que yo, pero mucho peor.

Angustia, vergüenza, tristeza, miedo

Y cuando me lo dijo esta vez todos los recuerdos volvieron a mí, toda la angustia, la vergüenza, la tristeza y el miedo, sobre todo el miedo… Aún no he podido decirle que yo también tengo mis traumas, aún no he podido decir nada a nadie.

… todos los recuerdos volvieron a mi, toda la angustia, la vergüenza, la tristeza y el miedo, sobre todo el miedo…

Lo peor es que ahora, en cuanto veo una noticia de ese estilo en la prensa o la tele, se me revuelven las tripas y el corazón late tan rápido y tan fuerte que sólo escucho eso, el latido de mi corazón… y el mundo para de moverse, todo se para y yo vuelvo 24 años atrás y me pregunto ¿porqué mi madre no lo denunció?

Porque es su hermano… ¿Por qué no se lo dijo a mi padre? Porque lo hubiese matado y yo hubiese crecido sin padre… ¿Por qué no nos alejó de su familia? ¿Por qué nunca hablamos del tema? ¿Por qué me dejó creer que mi vida era normal?



«Si hubiera sido mi hija ese cabrón estaría muerto. En 5 minutos ese animal me jodió la vida»

El abuso sexual infantil destroza vidas

Todas esas preguntas ahora me las hago casi a diario y odio a mi madre por no haberme protegido, por haber protegido a su hermano antes que a sus hijas.

Y no quiero verla, ni hablar con ella ni saber nada de ella porque siguió en contacto con él, incluso le ayudó económicamente. ¿Cómo pudo hacer eso? ¿Cómo puedes hablar con alguien que ha destrozado la vida de tu hija? ¿Cómo puede decirle «me alegro mucho de verte»?

¡Si hubiera sido mi hija ese cabrón estaría muerto! En 5 minutos ese animal me jodió la vida. Hay días que pienso que es imposible, que voy a estar siempre sucia, que los sentimientos nunca van a desaparecer al igual que las pesadillas en las que huyo de algo, de alguien… en las que tengo tanto miedo y corro tan deprisa que me despierto cansada, agotada, sin fuerzas para seguir adelante…

Y cómo decirle eso a mi madre cuando siempre ha sido una buena madre, salvo por ese enorme fallo, el cual está causando mi perdición, estoy cayendo en una tristeza tan profunda que tengo miedo que la terapia no sea suficiente.

Jupsin es la suma de justicia, psicología e información frente el grave problema del acoso (laboral, escolar, sexual). Jupsin es un espacio digital único que suma y potencia el talento de profesionales de diversos sectores de actividad contra el acoso. Jupsin es una apuesta rotunda por la prevención en colaboración con empresas y centros escolares, instituciones y administraciones públicas. Jupsin es el movimiento social de la Gente Jupsin; gente que afronta las dificultades con una filosofía Happy Life.

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