“Minusválidos. Discapacidad. Retraso madurativo. Inteligencia límite. Afectación. Necesidades especiales. Capacidades diferentes. Deficiencia. Distintos”.
¿Hasta qué punto el sistema social y el lenguaje repercuten indirectamente en poner de manifiesto una aparente vulnerabilidad, estableciendo barreras semánticas y físicas entre nosotros? ¿Puede ser que los alumnos capten en el lenguaje adulto y social esta fragilidad tan ‘fácil’ de transformar en acoso?
Uno de cada tres niños que sufren
acoso escolar presenta
diversidad funcional
Según datos del National Bullying prevention Center, uno de cada tres niños que sufren acoso escolar presenta diversidad funcional.
Si, como ya hemos visto, el acoso escolar se ejerce normalmente hacia aquellos niños y niñas de perfil más vulnerable, ni que decir tiene que los alumnos con diversidad funcional cumplen este perfil para los agresores.
No sólo porque observen en ellos actitudes o aspectos que poder utilizar, sino porque detectan lo que creen que son faltas de estrategias para defenderse, dificultades cognitivas y motoras que se ponen de manifiesto en las rutinas del día a día.
El sufrimiento que provoca el acoso
A esto se le añade la falta de recursos o de respuesta institucional y educativa, así como la necesidad de prevención y de formación a los alumnos sobre la aceptación de las capacidades de los otros, entre otras muchas cosas relacionadas.
Los niños y niñas con diversidad funcional que sufren el acoso de sus iguales, atendiendo a sus edades y momento evolutivo, tienen las mismas consecuencias que otros alumnos que pasan por esta situación.
Lo que sucede es que se les añade una falta significativa de comprensión (no solo del lenguaje, si no situacional y emocional), lo que genera una mayor confusión, frustración, incertidumbre e intranquilidad, aspectos difíciles de regular sin apoyo específico terapéutico.
Uno de los problemas más frecuentes que se nos plantea respecto al acoso escolar es su intervención, cómo tratarlo y gestionarlo
Intervención ante el acoso escolar
Tenemos que tener en cuenta que estos rasgos pueden camuflarse con las necesidades específicas del alumno, que unidas tal vez a sus dificultades de expresión emocional y del lenguaje, en algunos casos, puede no vincularse a la respuesta de una situación de acoso. Nos encontraríamos aquí con un problema añadido: la detección.
Uno de los problemas más frecuentes que se nos plantea respecto al acoso escolar es su intervención, cómo tratarlo y gestionarlo una vez que ha ocurrido.
Este problema se agrava la mayoría de las veces cuando la víctima es un alumno con diversidad funcional y con características particulares añadidas a esta problemática, como pueden ser:
- las necesidades en el desarrollo de su lenguaje y comunicación,
- dificultades en sus estrategias sociales, emocionales y de resolución,
- su desarrollo cognitivo, etc.
Profesionales especializados
No obstante, hay factores comunes y factores específicos en su tratamiento y terapia de reinclusión en el aula y en su grupo de iguales.
Hay que contar con profesionales especializados en el centro educativo que determinen la orientación y un plan de actuación concreto. Además, hay que insistir en la formación del profesorado en materia de acoso escolar y en apoyos que fomenten la inclusión.
Hay que insistir en la formación del profesorado en
materia de acoso escolar y en apoyos que fomenten la inclusión
Hay que hacer hincapié en la igualdad dentro del aula, en la participación equitativa y en la interacción de estos alumnos con el resto de sus iguales, mediante apoyos que favorezcan sus estrategias en habilidades sociales.
Es necesario, también, fomentar un ambiente seguro y cómodo en el aula, aceptando las diferencias de todos, ayudará a evitar que aparezcan cierto tipo de agresiones.
En esta guía se pueden encontrar actividades para hacer con los alumnos que detectan el acoso y sus posibles actuaciones, de forma lúdica y dinámica.
Tratamiento individualizado y personal
El tratamiento del acoso en las personas con diversidad funcional debe ser ante todo individualizado y personal, con objetivos adaptados a las necesidades y situación concreta del alumno.
El tratamiento del acoso en las personas con diversidad funcional debe ser ante todo individualizado y personal
Las líneas generales pueden centrarse en una terapia cognitiva-conductual, de desarrollo emocional, autoestima, autonomía y habilidades sociales.
Pero no debemos olvidar que a pesar de que la situación de acoso puede ser similar entre las víctimas, estas tienen unas necesidades concretas que hay que tener en cuenta como punto de partida y adaptación de su recuperación.