¿Cómo afecta el exceso de estrés a nuestra salud? Si bien cierta cantidad de estrés puede actuar como una motivación extra para conseguir nuestros objetivos, en exceso se puede convertir en un obstáculo e incluso afectar a la calidad de vida.
La respuesta al estrés pone en guardia a nuestro organismo, al mismo tiempo que descuida otros aspectos de la salud.
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¿Cómo afecta el estrés a nuestra salud?
El estrés engorda
Cuando nos aborda el estrés, es complicado controlar el peso. Una de las razones es que se tiende a trastocar los horarios de las comidas, se escogen alimentos rápidos para no perder mucho tiempo y no se encuentra hueco ni motivación para practicar ejercicio.
Por otra parte, el estrés conlleva cambios hormonales que hacen muy difícil mantener el peso.
En este sentido, desde el equipo de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud San José explican que «nuestro cuerpo, en situaciones de estrés, pone en marcha mecanismos hormonales extraordinarios, como la secreción de un exceso de cortisol, que tampoco nos ayudan a la hora de controlar nuestro peso».
Por todo ello, el estrés puede aumentar la apetencia por alimentos palatables (más ricos en azúcares de rápida absorción y grasas) y, en consecuencia, puede producir un incremento del peso corporal. Pero sabemos que esta estrategia pueda aliviar de manera inmediata en el corto plazo, pero no a medio y largo plazo.
Es conveniente utilizar recursos que nos ayuden a gestionar de manera adecuada el estrés. El ejercicio físico, el contacto con la naturaleza, practicar la atención plena, la meditación, realizar actividades que nos resulten satisfactorias, mantener una correcta higiene del sueño, son algunas opciones para responder de forma correcta al estrés.
El estrés afecta a la memoria
La respuesta al estrés puede resultar perjudicial a nivel neurológico. Así lo confirma la doctora Alessia Pepe, neuróloga del Hospital Quirónsalud Tenerife: «Cuando este estado se prolonga en el tiempo, puede llegar a provocar cambios en el cerebro y afectar a nuestra memoria».
A nivel neurológico, el estrés puede causar pérdida de memoria, dificultad para concentrarse o cambios en el estado de ánimo. Y detrás de todo ello se encuentra el cortisol, tal como apunta la doctora Pepe:
«Cuando el estrés es crónico, aumenta la hormona del estrés, el cortisol, y puede llegar a producir cambios bioquímicos y generar cambios estructurales en el cerebro y afectar al área de la memoria, el área de la afectividad, el área de la atención…
.. Es por esto por lo que el estrés crónico puede producir problemas de memoria a largo plazo, pero también ansiedad y depresión; generar problemas de atención y concentración».
Para evitarlo, es importante aprender a manejar el estrés de forma adecuada, además de dormir bien, ya que un mal descanso también resulta dañino.
Sobre esto último, la experta añade que «muchas personas pueden pasar años durmiendo mal, despertándose muchas veces, y esto tiene un impacto a lo largo de la vida, pues es durante el sueño cuando el cerebro forma nuevas conexiones, lo que nos ayuda a mantener una memoria sana…
… Por eso, quien no duerme bien tiene más riesgo de tener a lo largo de la vida problemas de memoria».
Cambios en la menstruación y el flujo
Los trastornos hormonales relacionados con el estrés pueden afectar aún más a las mujeres que a los hombres.
En ello, hace hincapié la doctora Paula Soriano Lillo, ginecóloga del Hospital Quirónsalud Murcia:
«Las alteraciones en el ciclo menstrual son uno de los problemas que presentan las mujeres con altos niveles de tensión, pudiendo volver irregular un ciclo que ha funcionado siempre como un reloj».
En concreto, la reacción fisiológica al estrés puede afectar a la liberación de la GnRH, que es la hormona que regula los ciclos menstruales; y en casos graves de estrés, se puede producir amenorrea o ausencia de menstruación.
Igualmente, las mujeres afectadas por el estrés pueden percibir cambios en el flujo cervical, alternando periodos con poca o demasiada lubrificación vaginal.
En más detalle, el psicólogo Joaquín Conesa Pérez, del Hospital Quirónsalud Murcia, indica que «en lugar de sentir un incremento de flujo a medida que se acerca la ovulación, puede que sienta días de flujo intenso combinados con días totalmente secos…
… Es como si el cuerpo intentara ovular, pero el estrés continuara retrasándolo». Además, el apetito sexual puede verse disminuido por el estrés.
Todo esto, además, puede hacer que a las mujeres que sufren altos niveles de estrés les resulte más difícil quedarse embarazadas.
Riesgo de lesiones por estrés
Cada vez es más frecuente ver a deportistas profesionales que se toman un descanso por su salud mental. En particular, el estrés hace que el cuerpo sea más vulnerable a las lesiones.
Precisamente, Francisco Javier Bonilla Rodríguez, especialista en Psicología Clínica del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, apunta que «tras numerosas investigaciones, hoy se puede afirmar que la presencia de estrés en el deporte aumenta considerablemente el riesgo de sufrir lesiones».
En situaciones de estrés, nuestro cuerpo tiende a sobreactivar los músculos, lo que empeora la flexibilidad y la calidad de los movimientos. Además, la respuesta al estrés provoca el debilitamiento del sistema inmunitario, aumentando la posibilidad de lesionarse.
A nivel mental, también perjudica a la concentración, que puede llevar a cometer errores durante la realización de los ejercicios.
Y, por último, la presión del estrés puede llevar al sobreentrenamiento, según apunta el experto: «En ocasiones podemos recurrir a entrenar más de lo programado, como una forma de escapar del propio estrés o para ganar sensación de seguridad si estamos bajo mucha presión deportiva».
Problemas intestinales
La respuesta al estrés puede influir en la mucosa intestinal, originando inflamación, irritación y problemas de absorción. De hecho, desde Quirónprevención señalan que el estrés se relaciona con problemas gastrointestinales, como:
- Gastritis
- Úlceras
- Síndrome de colon irritable
- Colitis
- Reflujo gastro-esofágico
- Estreñimiento
Palpitaciones, sensación de infarto y otros problemas
El doctor Jaume Riba Casellas, especialista en Cardiología del Hospital Quirónsalud Barcelona, advierte que «el estrés, cada vez más presente en nuestro entorno, es considerado el gatillo o disparador de numerosas enfermedades cardiovasculares, como el ictus, la angina de pecho y el infarto de miocardio». E incluso se asocia a hipertensión arterial y arritmias.
Los cambios del ritmo cardiaco, como palpitaciones, taquicardia sinusal y extrasístoles, son los efectos más alarmantes del estrés, por los que se suele acudir a consulta de Cardiología. Afortunadamente, suelen ser procesos benignos.
Otro efecto más grave del estrés en el corazón es la miocardiopatía por estrés o síndrome del corazón roto, cuyos síntomas se parecen a los de un infarto.
El doctor Paolo Racugno, cardiólogo del Hospital Quirónsalud Valencia, explica que «se desarrolla después de una emoción intensa, normalmente negativa, que produce la liberación de una gran cantidad de catecolaminas»,
Y añade que «el curso es casi siempre favorable, no obstante, a veces se complica con insuficiencia cardiaca, arritmias malignas y muerte del paciente».
Hay que destacar que el estrés puede contribuir a la tensión en el corazón, debido al aumento de la presión arterial, de la inflamación del cuerpo, del colesterol y los triglicéridos y las palpitaciones.
Y además induce a la tendencia a consumir tabaco, alimentos ricos en grasas y otros hábitos poco saludables para la salud cardiovascular.
Imagen de cabecera: Viñeta de Idígoras y Pachi sobre los efectos del estrés, exclusiva en jupsin.com