De patrullar las calles persiguiendo a los delincuentes a explicar en las aulas de los más de 1.700 centros docentes que hay en la Comunidad de Madrid el peligro del mal uso de móviles y ordenadores a jóvenes, padres y profesores. La Inspectora Jefe Delegada Provincial de Participación Ciudadana en la Comunidad de Madrid y Coordinadora del Plan Director para la mejora de la Convivencia, Esther Arén dirige en nuestra Comunidad una unidad preventiva del delito.“Hay que saber diferenciar lo que es un conflicto, de lo que es una situación de acoso escolar y para eso nosotros impartimos muchas horas de formación”, explica.
No ha sido fácil que nos hiciera un hueco en su actividad diaria. Pocos profesionales conocen como ella los entresijos de las redes sociales, donde subir un contenido puede generar un problema para la reputación y el estado de ánimo de un menor. jupsin.com se cuela en mitad de su agenda, en la que hay subrayadas con rojo varias charlas en centros docentes para explicar el impacto de las redes sociales y las conductas que los jóvenes deben evitar. La unidad que coordina cumple ahora diez años de actividad.
(La Inspectora Jefe Arén, que fue jefe de prensa de esta jefatura antes de su puesto actual, se maneja bien con los medios de comunicación y se encuentra cómoda delante de las cámaras. A lo largo de esta conversación acompaña su tono serio con diferentes gestos con los que remarca los aspectos que considera claves, como el ciberbullying, que ha hecho repuntar el fenómeno del acoso escolar, ahora desde Internet. En varias ocasiones la palabra prevención surge en esta charla en la que observamos su conocimiento profundo del mundo digital)
¿Podría explicarnos el funcionamiento de su unidad dentro de la Policía Nacional?
Soy la Inspectora Jefe y Delegada de Participación Ciudadana de Madrid. Coordino una unidad con diez años de existencia que funciona en el ámbito nacional, cuya función es esencialmente preventiva. Formamos parte de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana.
La unidad surge para acercar el trabajo del policía al ciudadano, que se desarrolla a través de diferentes planes y programas. El Plan Director; El Plan Mayor; Plan Comercio Seguro,Turismo y el Programa de Contactos Ciudadanos.
A través de la figura del Delegado de Participación Ciudadana logramos ese acercamiento a nuestra labor y que la policía encuentre un referente objetivo. Se trata de trabajar la prevención y que no existan delitos, víctimas ni delincuentes.
Da la sensación de que el acoso escolar ha repuntado en los últimos años
No es tanto ese repunte que usted señala como que se sabe más de este fenómeno y tiene más visibilidad. Con las redes sociales y la llegada de Internet estamos ante un escenario nuevo donde hay que hablar de ciberbullying.
Al mismo tiempo, hay que desmitificar comentarios que señalan que esto del acoso ha pasado toda la vida. Ahora todo lo que tiene que ver con el acoso escolar tiene un componente fuerte en redes sociales. Es un escenario nuevo donde hay que luchar con recursos diferentes para su prevención de forma continuada.
Ahora todo lo que tiene que ver con el acoso escolar tiene un componente fuerte en redes sociales. Es un escenario nuevo donde hay que luchar con recursos diferentes para su prevención de forma continuada
En este mundo digital ustedes desde Policía Nacional trabajan mucho esa prevención con charlas en colegios donde padres, profesores y jóvenes son los destinatarios. ¿Cómo se organiza este trabajo?
Hay una Instrucción de la Secretaria de Estado que se pone en marcha para regular nuestro trabajo. En ella se establece que tanto Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local, a través del citado Plan Director, pueden desarrollar diferentes herramientas para estos colectivos que usted ha citado.
En una primera etapa, estas conferencias iban dirigidas a los escolares. Nos dimos cuenta que no valía de mucho si al mismo tiempo padres y docentes no se ponían las pilas sobre este tipo de asuntos. A partir de ahí se trabajó más en las AMPAS, Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos y con los propios docentes. Se trata de que todos juntos podamos prevenir y evitar que un suceso pueda generarse desde una situación de acoso escolar.
Queremos que el profesor sepa discernir lo que es un conflicto de una situación de acoso. Profesores y padres tienen que conocer cómo funcionan herramientas como Whatsapp o redes sociales como Twitter. En este tipo de situaciones es fundamental contar con información para adelantarnos a lo que pueda suceder.
Los datos del I Informe Escolar de la Comunidad de Madrid revelan que los posibles acosadores están en Primaria, y puede que no tengan ni diez años
Todo viene propiciado porque se ha bajado mucho la edad del uso de las nuevas tecnologías. Ahora a los niños en su Primera Comunión les regalan un teléfono móvil o una tablet y están mucho tiempo solos en redes sociales. Al final muchos de ellos realizan conductas que no siempre saben que son delito.
Cuando hablas con ellos te das cuenta que muchas veces desconocen este tipo de situaciones. Y se les advierte que a los catorce años esas conductas pueden ser punibles. Sin embargo no son conscientes que humillar, difamar o insultar tienen consecuencias penales cuando cumplan los catorce años.
Nos acercamos a ellos de forma espontánea. Intentamos hablar su idioma para que nos entiendan. Un niño con ocho o nueve años es una esponja y todo lo asimila. Si advierte que lo que hace puede hacer daño a terceros, no le quepa la menor duda que cambiará de actuación.
A los niños no hay que tratarles entre algodones para que les caiga de golpe un día la repercusión del mal uso de las nuevas tecnologías. Desde pequeños hay que enseñarles lo que está bien y lo que está mal. Y sobre todo donde están el límite y las normas a esas conductas.
Ahora a los niños les regalan un teléfono móvil o una Tablet y están mucho tiempo solos en redes sociales. Al final muchos realizan conductas que no siempre saben que son delito
Hablemos del grave problema del ciberbullying
Este es un problema social. Un problema en el que padres, profesores, centros docentes, instituciones y pediatras, además de la policía deben colaborar. Como nos cuesta mucho quedar con los padres por los horarios que tienen a través de las AMPAS, también estamos yendo a empresas.
La colaboración de los profesionales médicos es fundamental. Los niños somatizan el ciberbullying a través de problemas de piel y empieza a somatizar la cuestión. Si eso empieza a suceder es porque entre todos lo estamos haciendo mal.
¿Es usted partidaria de la regulación a una edad concreta del uso de los smartphone o teléfonos móviles para estos jóvenes?
Si. De hecho sabemos que se está estudiando el regular esta práctica. Le recuerdo que tener el DNI digital es a partir de los catorce años. Lo tendríamos más fácil si todas las redes sociales pidieran a cada usuario dicho DNI para darse de alta.
Es evidente que esta situación se nos ha ido de las manos. Que un niño de ocho años tenga un teléfono móvil porque lo tienen los demás es preocupante. Entra en un mundo para el que no está preparado. No tiene la madurez suficiente para asimilarlo y además se le está enseñando a no respetar las normas. En este tipo de escenarios el contacto del menor con el pederasta es habitual y se podría evitar.
Es evidente que esta situación se nos ha ido de las manos. Que un niño de ocho años tenga un teléfono móvil porque lo tienen los demás es preocupante. Entra en un mundo para el que no está preparado
Son los padres los que deberían establecer a que edad tienen que utilizar sus propios hijos un teléfono móvil. La policía puede aconsejar su uso o no, pero el padre tiene que saber lo que le está dando al niño en ese momento. Cuando los menores te cuentan lo que hacen en redes te das cuenta que hace falta mucha prevención.
En este contexto de lucha contra el acoso escolar, ¿qué puede aportar tener operativo un teléfono 900 de apoyo a la víctima como el que ha puesto en marcha el Ministerio de Educación?
Todo lo que sea tener información y poder detectar antes de tiempo un problema, siempre será bueno y tendrá su utilidad. Es el momento en el que todas las instituciones debemos trabajar en conjunto y de forma coordinada. Es cierto que la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Educación están reaccionando muy bien en este contexto donde todos los interlocutores, como ya he dicho, tenemos que participar.
A los niños les cuesta mucho contar a un adulto lo que están sufriendo. En nuestro caso, cuando comprueban que hablamos su idioma, que somos una autoridad y a la vez un amigo confían en nosotros y nos hacen sus confidencias. Siempre que se pueda hay que hablar su idioma para poder entender lo que les pasa.
La sociedad tiene que saber que el ciberbullying es un delito. Se trata de tomar medidas para frenar este tipo de situaciones. Si educamos a los niños en que esto es un conflicto, la situación no va a mejorar. El problema real es que ahora están solos y les falta mucha información.
¿Cuál es la actitud de los centros docentes? ¿Realmente están colaborando en solucionar este tipo de problemas?
Creo que ha habido un cambio importante en su actitud. Antes de que entrase en funcionamiento esta unidad tenia la percepción que preferían tirar balones fuera y ocultar este tipo de situaciones tan delicadas.
Desde que trabajo con docentes en la Comunidad de Madrid, advierto que realmente lo que había era una situación de desconocimiento importante de estos fenómenos. Cuando son conscientes que ellos pueden cometer delito si hay encubrimiento o una cooperación, donde el colegio tendrá siempre la responsabilidad civil, se ponen las pilas rápidamente.
A través de la colaboración que mantenemos con la inspección educativa, nos damos cuenta que el grado de conocimiento de las redes sociales como de sus características es muy elevado. Es mucho más fácil trabajar y prevenir cuando se tiene más información. Todos nos hemos dado cuenta que hay que sacar a la luz un problema que es real.
¿Es suficiente el protocolo actualizado por la Comunidad de Madrid para que la posible víctima de acoso esté protegida en su centro docente?
Hay que darse cuenta que en estos temas nada es suficiente. Hay que trabajar de forma conjunta con todos los agentes sociales. Este tipo de medidas desde la policía las aplaudimos porque significa que todos estamos en la misma línea.
En muchos casos, estos hechos no se denuncian porque se sabe que menores de catorce años son inimputables. Nosotros, sin embargo, somos partidarios de que si hay un caso grave se comunique a fiscalía. De esa forma se procurará que ese niño tenga la sanción adecuada y aprenda de los errores.
Si no lo hacemos así, crecerá creyendo que no pasa nada y no es un buen ejemplo ni para la víctima ni para los que tienen en casa un acosador. Si no sabes que tu hijo puede ser un acosador es posible que no sepas gestionar esa situación. Es fundamental intervenir este tipo de situaciones desde la prevención.
A los niños no hay que tratarles entre algodones para que les caiga de golpe un día la repercusión del mal uso de las nuevas tecnologías. Desde pequeños hay que enseñarles lo que está bien y lo que está mal. Y sobre todo donde están el límite y las normas a esas conductas
¿Qué consejo le daría a una familia que tenga un hijo que es un presunto acosador?
Lo primero que hay que hacer es hablar con él y que vea que ha hecho mal con ese comportamiento. Nunca deben ocultarse pruebas o negar la evidencia. Si en su casa hay un acosador, su actitud no cambiará si no se habla con él. Este tipo de personas pueden convertirse en un maltratador o delincuente el día de mañana.
Psiquiatras y pediatras revelan que es fundamental cambiar actitudes desde pequeño, Si una familia sospecha de su hijo que puede estar pasando los límites de su conducta, lo primero que debe hacer es ponerse en contacto con especialistas.
En la Policía tenemos el correo seguridadescolar@policia.es para todos los temas de ciberbullying que funciona muy bien. En menos de veinticuatro horas, ese mensaje lo tendrá el delegado de participación ciudadana que le corresponda. Es de gran ayuda el contacto con estos profesionales para saber qué hacer en estas situaciones.
En este contexto, ¿Cuál cree que debe ser el papel de los medios informativos a la hora de dar a conocer este tipo de sucesos?
Desde la Policía Nacional estamos pidiendo a todos los interlocutores sociales prudencia en el tratamiento de este tipo de sucesos o hechos noticiables.
En el caso de los medios informativos puede ser peligroso dar mucha visibilidad a una situación de ciberbullying porque sin darte cuenta estigmatizas o criminalizas a menores que luego se demuestra que son inocentes.
Se trata de evitar un mal y no causar otro peor. Todas las investigaciones que se hagan deben ser rigurosas tratando de evitar que trascienda la identidad de los menores. Sabemos que a la propia Fiscalía le preocupa este tipo de situaciones que pueden evitarse.
Para nosotros, sería bueno que hablaran más de la labor de Unidades como la que coordino, que lleva diez años trabajando en prevención, que sacando temas reales que han sucedido con todos los detalles, sin advertir que hablamos de menores.
Puede ser peligroso dar mucha visibilidad a una situación de ciberbullying porque sin darte cuenta estigmatizas o criminalizas a menores que luego se demuestra que son inocentes
El ciberbullying, por tanto es el elemento a combatir dentro de esta política de acoso
Los tiempos han cambiado mucho. Ahora cualquier suceso que sufra un menor tiene una repercusión notable en redes sociales. Aquellos que no son digitales no se dan cuenta que si el mundo tiene un desarrollo en redes sociales, muchos de sus delito también tienen ese encaje digital similar.
Estamos ante un problema digital. Con una repercusión diferente al de otros que pueda tener la sociedad. No es lo mismo que se metan en clase por determinado motivo a que en una red social se habla de ti de forma continuada de forma despectiva. Este tipo de conductas si no se tratan pronto dejan huella importante en el menor.
En muchas ocasiones, llegamos tarde al problema por el propio desconocimiento de la situación de los adultos. No puede ser que un profesor tenga un whatsapp donde dos niños se insultan y no lo comunique a nadie. O que un padre vea que su hijo amenaza a otro y se limite a borrar ese contenido. Hay que educar a la sociedad en estos temas desde la prevención.
Cuando llega un niño llorando a su casa, hay más información en su teléfono móvil o en redes sociales que en otros elementos. Por eso, hablamos del ciberbullying y de cómo se pueden evitar sus repercusiones, a veces muy negativas para los menores.
¿Ha perdido autoridad la figura del profesor?
Con la última reforma el profesor ha ganado en autoridad y lo que dice tiene presunción de veracidad. Lo importante, como antes le señalaba, es que tenga la formación suficiente para diferenciar un conflicto de una situación de ciberbullying o acoso escolar. En los dos últimos años, pusimos en marcha con la Comunidad de Madrid diversos cursos sobre derecho y contenido jurídico para que supieran realmente cuáles son sus derechos y obligaciones.
En el Código Civil queda claro que dejas al niño en el Colegio para que le protejan. Ante cualquier caso de ciberbullying, civilmente es el centro quien responde y a nivel penal el profesor en caso de delitos. Cuando hay delito no vale la mediación y hay que ponerlo en conocimiento de policía, guardia civil o Ministerio Fiscal.
Si se coge a tiempo, el ciberbullying se para rápidamente. Los niños son digitales y tienen que estar ahí, pero a una edad adecuada
¿Qué mensaje envía a aquella familia que tenga un hijo víctima de acoso escolar en estos momentos?
Es fundamental que consigan que su hijo les cuente que está siendo acosado. Lo que no se sabe no existe, por desgracia. Necesitamos conocer para poder ayudar. Al mismo tiempo, queremos decirles que no se agobien, que estas situaciones se pueden parar. Para ello, es fundamental acudir a profesionales que ayuden a ese menor. Si se coge a tiempo, el ciberbullying se para rápidamente. Los niños son digitales y tienen que estar ahí, pero a una edad adecuada.
Entrevista realizada por Luis Javier Sánchez
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