(La actriz y dramaturga Laura Aparicio realiza para jupsin.com una reflexión sobre la violencia hacia la mujer, entre la sinopsis de la obra teatral ‘Al otro lado… hambre, papel, tijera’ y los personajes, Nieves y Rosa, creados a partir de terribles hechos reales).
Sinopsis de la obra ‘Al otro lado… hambre, papel, tijera’
Nieves realiza, para los laboratorios AXIOFARMA, las pruebas de un nuevo fármaco enfocado a personas con TEPT (pérdida de memoria por estrés postraumático). Rosa, desempleada y madre de dos hijos, se somete a dicha prueba. En mitad del ensayo Nieves recibe una llamada telefónica de su jefe, descontento con los resultados. ¿La felicidad es una fórmula química o tan solo una ironía? ¿Qué hay al otro lado?
- Hambre, ¿de pan o de libro?
- Papel, ¿el que tomamos o el que nos asignaron?
- Tijera, ¿la usaremos para cortar el hilo de la duda, el de la memoria o el de la vida?
Una mesa. Dos mujeres. Dos extremos. Importante saber en qué lado se está. Basado en hecho reales.
Natalia Díaz y Laura Aparicio. Una mesa. Dos mujeres. Dos extremos.
Una mesa. Dos mujeres. Dos extremos. Importante saber en qué lado se está. Basado en hechos reales
Violencia insufrible, recuento de víctimas insoportable
Leer en la prensa, escuchar en la radio o ver en televisión tantas clases de violencia hacia la mujer y por extensión a los hijos, se hace insufrible; la diferencia en el recuento de víctimas por parte de algunos sectores de la sociedad, insoportable.
Al otro lado… hambre, papel, tijera surge como una necesidad ante preguntas donde las respuestas son insuficientes. El peso del dinero, la educación y la cultura dividen al ser humano en tres clases: ganadores, perdedores y —al otro lado— mujeres.
Conscientes de que en este lado del globo neoliberal se han hecho avances gracias a muchas y muchos, se siguen usando diferentes raseros dependiendo del género y del sexo. Necesitamos reconocer y cambiar estos comportamientos con reflexiones como las de Michael Kaufman:
«… las formas dañinas de masculinidad dentro de esta sociedad dominada por hombres, son perjudiciales no solo para las mujeres, sino también para ellos mismos».
Se lo debemos a nuestras hijas, a nuestros hijos.
La magistrada preguntó a una mujer agredida sexualmente y embarazada de cuatro meses «si había cerrado bien las piernas para evitar los abusos»
Nieves y Rosa, personajes y hechos reales
El personaje de NIEVES está basado en dos hechos reales:
- La primera, una sentencia machista asentada en estereotipos de género. En 2010, un juez de México le quitó la custodia de su hijo a una ciudadana española por no cumplir el rol de “madre tradicional” y le ordenó recibir terapia psicológica.
- La segunda, la formulación de una pregunta por una magistrada. Una magistrada del juzgado de violencia de la mujer Nº 1 de Vitoria, preguntó a una mujer agredida sexualmente y embarazada de cuatro meses “si había cerrado bien las piernas para evitar los abusos». La asociación Clara Campoamor interpuso una denuncia a la jueza, solicitando al CGPJ que apartara o suspendiera a dicha magistrada de su cargo. El CGPJ, en julio de 2016, abrió expediente a la juez.
Algún día llegarán estos cambios. Una manera de generarlos es contar historias que alivian heridas propias y ajenas al poner luz sobre ellas
El personaje de ROSA se configura a raíz de un hecho real. Nace ante las acusaciones de quince niñas a un profesor por abusos sexuales entre los años 2004 y 2014. El profesor impartía clase de ética en un colegio de Madrid y de música en una academia.
Oasis de momentos poéticos
Al Otro Lado habla de la memoria, de qué partes de ella se van iluminando a medida que recordamos, gracias a la supervisión del neurólogo Antonio Gil-Nagel Rein, y de cómo ha hecho mella todo aquello que hemos leído a lo largo de nuestras vidas.
Los momentos poéticos y de humor son oasis donde el público toma aire para seguir buceando a lo largo de los 70 minutos que dura la obra. Toda una experiencia.
Natalia Díaz y Laura Aparicio, protagonistas de ‘Al otro lado… hambre, papel, tijera’.
Historias que alivian heridas
Algún día llegarán estos cambios. Una manera de generarlos es contar historias que alivian heridas propias y ajenas al poner luz sobre ellas.
Tal vez así, unidos, como cuando tarareábamos alrededor del fuego las notas de aquella melodía ancestral que hemos olvidado, podamos preguntarnos si aquello, aquel instante era la felicidad. Y si ese cambio, ese día no llega, quizá sea porque nunca debimos bajarnos de los árboles.
