Tu enorme belleza – Por Mercè Roura – Especial para jupsin.com
Tu alma viajaba al futuro y construía caminos oscuros, campos yermos, pasajes del terror más absoluto
Tenías prisa, porque tenías tanto miedo de parar y mirar atrás y no haber cosechado nada que preferías salir corriendo y no preguntar… No ver, no sentir, no notar.
Tu alma viajaba al futuro y construía caminos oscuros, campos yermos, pasajes del terror más absoluto.
Tu alma miraba al pasado y veía a una niña rota que se sentía incapaz de llevar un vestido bonito sin sentirse ridícula, sin que el bajo de la falda le rozara las rodillas ajadas de arrastrarse y caer, una niña que siempre se quedaba corta en todo pero al mismo tiempo sentía que sobraba, que estaba de más…
Sensación de ingravidez
¿Has notado estar de más en la vida de los que te rodean? Peor todavía, ¿has notado alguna vez que estás de más en tu vida?
Esa sensación de ingravidez máxima en la que por más que caes no tocas fondo porque no hay suelo suficientemente profundo como para dibujar lo profundos que son tu miedo y tu angustia.
¿Sabes qué? vamos a ser sinceras, amiga, el agujero en el que estás es horrible pero salir afuera todavía te parece más aterrador
Esa sensación de no encontrar nunca las palabras como para que otros comprendan la gravedad de tu dolor y tu inmensa capacidad para sufrir…
La sensación de no encontrarlas tú y de saber que pasarán los días y el agujero en el que estás será más grande y oscuro, más profundo y angosto, más triste.
Y nadie verá que estás ahí, ni te tenderá la mano y si lo hace no servirá de nada porque ¿Sabes qué? vamos a ser sinceras, amiga, el agujero en el que estás es horrible pero salir afuera todavía te parece más aterrador.
Porque salir es enfrentarse a las miradas, volver a casi ilusionarse por ser como todos los demás, por llevar una vida «normal», por acariciar la posibilidad de vivir sin estar pendiente de lo que dicen, lo que piensan…
Dejar de pensar y de dar vueltas a lo mismo de siempre como si en algún lugar de tu mente hubiera una respuesta distinta, una solución jamás intentada, una mano amiga que no se resbale cuando te sujetas a ella…
Un ser extraordinario
Tenías prisa por dejar de ser tú porque no lo soportabas y te conformaste con la idea de vida que creías que eras capaz de conseguir.
Como no querías explorar ese dolor y ese miedo pendientes, no pudiste darte cuenta de que en ellos estaba la solución que buscabas. Todo lo que evitas sentir, te hace esclavo y te ata. Todo lo que evitas sentir te priva de la libertad que buscas.
Todo lo que evitas sentir, te hace esclavo y te ata. Todo lo que evitas sentir te priva de la libertad que buscas
La mano amiga que te ayuda a salir del hoyo profundo es siempre la tuya, pero no la de la niña cansada que se mira a sí misma y se ve pequeña y absurda.
No la de la mujer que siente que sobra y molesta y que siempre está en medio del todo lo triste y doloroso.
La de la persona que acepta por un momento que ya está bien como está, que ya es maravillosa del todo ahora, sin fisuras…
La que ni siquiera se lamenta en este momento en que toma consciencia de no haberse dado cuenta antes de su grandeza y valor y ama este instante en el que topa consigo misma…
La mujer que no llora por lo que no hizo ni por sus errores, que llora si quiere y lo necesita cuando siente que el llanto la agobia y no se culpa de nada ni deja que nadie le diga qué tiene que hacer…
La mano amiga de lo que eres ahora, un ser extraordinario por conocer y sentir, que no tiene una lista de nada por cumplir para demostrar ni necesita que otros le den el visto bueno para valorarse… La perfección imperfecta que asume su valor y se ama sin ponerse listones ni trabas.
Tu enorme belleza
No hay nada en ti que tengas que cambiar para amarte ni recibir amor. No hay nada en ti que tengas que hacer para merecer respeto.No hay nada en ti que borrar para sentirte digna… No hay nada en ti que tengas que excusar o justificar.
No hay nada en ti que no sea absolutamente maravilloso
Te creíste que no valías y te metiste en un pozo profundo de culpa y desamor…
Perdona ahora lo que has creído que eras y date cuenta de que no hay nada en ti que necesites disculpar…
Tenías prisa por huir de ti y lo que necesitabas era quedarte a vivir en tu vida, en tu piel, en tu miedo, en tu risa, en tu enorme capacidad para levantarte y decidir…
No tengas prisa, ya has llegado a ti. No te habías dado cuenta porque no habías visto tu enorme belleza…
No hay nada en ti que no sea absolutamente maravilloso.
Siente esto y a partir de ahí, si lo necesitas para ser más tú cambia lo que desees sin traicionar lo que realmente eres…
No tengas prisa, ya has llegado a ti. No te habías dado cuenta porque no habías visto tu enorme belleza…