Abordaje psicológico de los Trastornos de la Conducta Alimentaria – Por Mª del Mar Herrero Hernando – Psicóloga sanitaria especializada en TCA – ADEFAB
- Las personas que sufren TCA no se quieren a sí mismos, creen que los demás tampoco les quieren y consideran que la única forma de solucionarlo es a través de conseguir un cuerpo perfecto.
- Los TCA más conocidos son la Anorexia Nerviosa y la Bulimia Nerviosa, pero hay otro trastorno menos conocido como es el trastorno por atracones.
- “He sufrido trastornos de la conducta alimentaria”.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales con repercusiones físicas y psicológicas graves. Forman la tercera enfermedad crónica en adolescentes después del asma y la obesidad.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales con repercusiones físicas y psicológicas graves
Son problemas que pueden aparecer a cualquier edad, no tienen sexo, no tienen un peso, pero sí se pueden curar.
Las personas que sufren estos problemas no se quieren a sí mismos, creen que los demás tampoco les quieren y consideran que la única forma de solucionar este problema va a ser a través de conseguir un cuerpo perfecto.
La trampa de los Trastornos de Conducta Alimentaria
Para ello, necesitan cambiar la alimentación y que ésta también sea perfecta. Empiezan a caer en la trampa de los TCA debido a la obsesión sobre el cuerpo y la comida durante las 24 horas del día. Pero los TCA, son mucho más, puesto que esta obsesión les ayuda a sobrevivir ante los problemas emocionales de su vida.
Los TCA más conocidos son la Anorexia Nerviosa y la Bulimia Nerviosa, pero hay otro trastorno menos conocido como es el trastorno por atracones
Los TCA más conocidos son la Anorexia Nerviosa y la Bulimia Nerviosa, pero hay otro trastorno menos conocido y, no por ello, menos prevalente, ni menos grave como es el trastorno por atracones.
El DSM 5, Manual de Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de 2013, los denomina Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos y además de los mencionados anteriormente, incluye la pica, rumiación y trastorno de restricción/evitación.
Prevención, detección y tratamiento
Desde la Psicología se pueden prevenir, detectar y tratar estos problemas con herramientas que la investigación nos dice que tienen evidencia científica.
Desde la psicología se pueden prevenir, detectar y tratar estos problemas con herramientas que la investigación nos dice que tienen evidencia científica
Son varios los ámbitos de prevención y el primero de ellos es el familiar, después estaría el educativo.
Además, la formación de diferentes profesionales, como profesores, farmacéuticos, médicos de atención primaria, enfermeros, educadores sociales, terapeutas ocupacionales, etc. puede hacer más temprana la detección lo que favorece que el tratamiento sea más eficaz.
A la hora de prevenir en el ámbito educativo (alumnos de secundaria) se tendrán en cuenta los factores de riesgo que llevan a un TCA como pueden ser insatisfacción corporal, baja autoestima, burlas sobre el peso, dietas para adelgazar, etc. y a la vez se reforzarán los factores que pueden proteger para no desarrollar estos problemas.
Cada vez son más las recomendaciones de realizar prevención integrada de TCA y obesidad puesto que hay factores de riesgo compartidos (López Guimerá, Sánchez Carracedo, 2010):
- Seguimiento de dietas restrictivas y comerciales.
- Exposición e interiorización de ciertos mensajes e imágenes trasmitidos a través de los medios de comunicación.
- Insatisfacción corporal.
- Burlas relacionadas con el peso.
Tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria
Respecto al tratamiento, éste debe de ser multidisciplinar (psicológico, psiquiátrico, nutricional…), teniendo en cuenta que el psicológico es la base de la terapia.
La terapia psicológica que se lleva a cabo con una persona que sufre TCA debe ser personalizada.
El tratamiento psicológico de los TCA es largo, duro y difícil, pero yo animo a intentarlo porque la recuperación es posible
Se tendrán en cuenta los síntomas más graves a trabajar, sus propios recursos, la motivación al cambio, su autoestima, distorsión de la imagen corporal, gestión de emociones, relaciones interpersonales, perfeccionismo, otros problemas comórbidos (ansiedad, depresión…), etc.
Como se puede observar, el tratamiento psicológico es largo, duro y difícil. Pero yo animo a intentarlo, porque la recuperación es posible.
Además de trabajar con el afectado, la colaboración de la familia es un pilar muy importante en la recuperación. Las recomendaciones en este sentido son:
- No hablar ni de cuerpo ni de comida.
- No juzgar los síntomas. Intentar entender que el afectado no quiere tener un TCA.
- Escuchar a la persona afectada.
- Tener calma y mucha PACIENCIA.
- Acudir a asociaciones en las que se pueda encontrar apoyo.
No lo dudes, si crees que pudieras estar desarrollando un TCA o conoces a alguien en tu entorno que lo esté sufriendo, ¡PIDE AYUDA!
valeria
11 de mayo de 2019 at 17:46
Muy buena información