Resistiré frente al acoso escolar. El libro testimonio de Natalia de Agustín es un relato duro pero lleno de esperanza para todas las personas que han sufrido o sufren esta lacra. Te lo contamos en jupsin.com.
«Lo importante es que sigo aquí, por mí y los míos, no gracias a un juez o a un abogado»
“Mi acoso no fue sólo una etapa, ni una paliza, tampoco un insulto o unas simples amenazas. Aquello duró mucho tiempo, todo el que permitieron quienes podían acabar con lo que ocurría»
«Pero lo importante es que sigo aquí; por mí, no gracias a un juez o a un abogado con toga, sino gracias a mí y a los míos”, relata Natalia de Agustín.
Resistiré frente al acoso escolar
La autora de «Resistiré: sobreviví al acoso escolar y aquí estoy para contarlo» (Cydonia Ediciones) lanza un mensaje de esperanza a quienes, como ella, sufrieron o sufren acoso escolar:
«Se puede superar un acoso escolar, se puede vivir tranquilo y sin miedo a salir de tu portal, se puede superar cada golpe…»
“Se puede superar un acoso escolar, se puede vivir sin miedo y superar cada golpe…»
«Y, aunque no lo recuerdes como algo que en tu pasado te hizo más fuerte, debes saber que si te atreviste a seguir adelante a pesar de todo es porque eres un valiente”, concluye».
Natalia de Agustín, la autora de Resistiré
La autor de ‘Resitiré’, Natalia de Agustín, es campeona de España de kempo karate y estudia para técnico de imagen y sonido.
Es campeona de España de kempo karate y estudia para técnico de imagen y sonido
A pesar del terrible episodio de bullying que sufrió, en la actualidad tiene unas ganas enormes de vivir…
…y de compartir con otros jóvenes su terrible experiencia y cómo consiguió salir de ese profundo agujero en el que estuvo sumida durante años.
Victimización e indefensión
“Crónica inquietante de la victimización y la indefensión que convierte el aula en una cárcel…»
El prólogo de Resistiré es de la Araceli Oñate, directora del ‘Informe CISNEROS X sobre acoso y violencia escolar en España’:
“Crónica inquietante de la victimización secundaria y la indefensión que convierte el aula en una cárcel, el timbre del colegio en el mayor de los castigos…
… y la escuela en un lugar para aprender que la violencia es rentable, desde el momento en que los adultos que debieran proteger a la víctima se suman al linchamiento”.