Posverdad para quien la quiera – Carmen G. Campos – La Ventaja del Caracol
El título de este artículo tiene toda la intencionalidad del mundo, porque estoy convencida de que hay gente que oye lo que quiere oír y lo busca, da igual si es verdad o no.
Aunque Maquiavelo en El Principe jamás lo dijo de esta manera, es a él a quien se le atribuye la frase “El fin justifica los medios”.
La posverdad, mentiras emocionales
Así nace el concepto de la posverdad, una versión mejorada de la mentira que tiene como objeto manipular la percepción de un receptor predispuesto a creer para reforzar sus creencias.
La posverdad suele tener un componente emotivo que potencia su credibilidad en un público objetivo ávido de que así sea.
La posverdad tiene un componente emotivo que potencia su credibilidad en un público objetivo ávido de que así sea
Hoy la posverdad se utiliza de manera indiscriminada en un escenario político en el que poco importa ser bueno, sólo hay que parecerlo.
Pero la política no monopoliza su protagonismo, todos los ámbitos de la sociedad son susceptibles de sufrir estas mentiras emocionales que, además, gracias a las redes sociales y a las nuevas herramientas de comunicación se difunden de manera rápida y efectiva.
Es curioso que los emisores manipulados no utilicen esas mismas herramientas para descubrir la manipulación y los hechos verdaderos.
Redes sociales y un poquito de imaginación
No se puede valorar cuantos lobbys están detrás de la posverdad porque muchas veces ni siquiera es necesario una cabeza visible, basta con un perfil anónimo en redes sociales y un poquito de imaginación.
El proceso del Brexit es considerado como uno de los ejemplos por excelencia en el que se utilizó la posverdad
El proceso del Brexit es considerado como uno de los ejemplos por excelencia en el que se utilizó la posverdad como instrumento para generar opiniones contrarias a la pertenencia de Reino Unido en la Unión Europea.
Pero en realidad, no quiero hacer un análisis exhaustivo sobre la transcendencia de la posverdad en la política nacional ni internacional. Lo que pretendo es bastante más cercano y mucho menos transcendente.
Quiero denunciar la frecuencia con la que recibo mensajes que faltan a la verdad enviados vía whatsapp y enmarcados en grupos que generan un sin fin de mensajes indignados que consiguen hacer aún más grande la posverdad.
Posverdad y autocrítica
Hace poco por ejemplo recibí el siguiente mensaje “su nombre es Carolina Marín, tiene 25 años y es de Huelva. Juega al Bádminton y es campeona olímpica, tres veces campeona Europa y se acaba de proclamar por tercera vez, campeona del mundo. Pero claro, como no es la novia de un futbolista, ni es cronista, ni sale en Gran Hermano, a nadie le importa. Comparte si te sientes orgulloso de Carolina”.
…hay que buscar la información en el lugar que le corresponde, vamos que los avances de la ciencia no los van a encontrar leyendo el ‘Hola’.
Me pareció una falta de respeto hacia Carolina Marín que se estuviera difundiendo este mensaje porque realmente es conocida y creo que valorada por todo el país. Sus logros han salido publicados en todos los medios de comunicación y no entiendo el motivo de hacer ver lo contrario.
No es el primer mensaje que recibo en este sentido. Son numerosos los mensajes que se envían hablando de investigadores ignorados por los medios de comunicación a pesar de sus grandes logros. Lo cierto es que sí se dan difusión a estos estudios pero hay que buscar la información en el lugar que le corresponde, vamos que los avances de la ciencia no los van a encontrar leyendo el ‘Hola’.
Pero nadie va a hacer autocrítica y decir “no me entero de nada, debo leer más periódicos o ver informativos”. Lo mejor es culpar a la prensa, que siempre tiene la culpa de todo.
Rasquemos en los mensajes falsos
Pérez Reverte es también una víctima habitual de lo bulos. Cada poco tiempo se le atribuye la autoría de textos con la intención de lograr una difusión grande gracias a la cantidad de personas que le siguen en redes sociales. La última ha sido una carta de crítica al actual Gobierno. Una vez más el escritor tuvo que aclarar que no era el autor de estas palabras.
Otro mensaje que me llegó, como creo que al resto del país, es que Pablo Iglesias e Irene Montero habían cerrado para ellos toda una planta del hospital donde están ingresados sus hijos. No podía creer que unos padres que están pasando por esa circunstancia privaran a otros niños prematuros de esos cuidados y atenciones.
Sólo tuve que meterme en Internet para saber que era una noticia falsa
Sólo tuve que meterme en Internet para saber que era una noticia falsa.
Sin embargo, en whatsapp llegaban todo tipo de comentarios despectivos hacia ellos dando por cierto la mentira.
Creo que todos somos responsables de la gestión de la información y de cómo la transmitimos. Debemos tener un sentido crítico cuando leemos y molestarnos por rascar un poquito y conocer la verdad que se oculta en los mensajes falsos que se publican.
Es tan sencillo como que seamos protagonistas y responsables de la posverdad…