Me echo de menos – Por Mercè Roura – Especial para jupsin.com
- Crees que necesitas una vida perfecta para amarte y aceptarte pero en realidad esto va al revés, necesitas amarte y aceptarte para tener una vida de verdad…
- Crees que necesitas que te valoren pero en realidad necesitas darte valor tú. Descubrir que no eres un resultado, una meta, un sueño… Por hermoso y excitante que parezca…
Crees que echas de menos su risa, su forma de mirarte, su tacto, incluso el dolor que sentías a veces al tenerle cerca y sentir que no dabas la talla…
Pero no es cierto, en realidad, echas de menos mirarte tú como mereces y tenerte en cuenta a ti mismo. Echas de menos sentirte entero y no ir por la vida esperando que nadie te complete.
Echas de menos tenerte cerca, saberte cerca, confiar en ti, reconocerte y valorarte…
Echas de menos dedicarte tiempo y hacerte preguntas, escuchar tu cuerpo y saber qué desea, encontrar un lugar donde te sientas cómodo y sueltes la carga que llevas, un espacio donde no tengas que fingir que eres el más rápido, la más ágil, el mas listo, donde no importa si has ganado y lo tienes todo ordenado perfectamente, donde puedes permitirte parar y no hacer nada un rato…
Donde no necesitas producir más ni conseguir un resultado concreto. Un rincón donde las cosas no se miden ni valoran con un marcador, donde importan los momentos y las sensaciones más que las cifras, donde no tienes que ser el mejor en nada ni hacerlo todo para demostrar que vales…
Echas de menos ese lugar, aunque puede que nunca hayas estado en él porque siempre has estado compitiendo por algo. Echas de menos tenerte cerca, saberte cerca, confiar en ti, reconocerte y valorarte…
Crees que necesitas…
Crees que echas de menos que te digan lo mucho que haces y lo que vales, que valoren tu trabajo y los pequeños detalles que lo definen en el día a día. Tu forma de ser, tus logros académicos, tu experiencia laboral, lo buena persona que intentas ser, lo mucho que ayudas a otras personas…
Todo eso necesitas que alguien lo vea y lo note pero a veces parece que ese alguien no existe o está muy despistado.
Crees que necesitas que lo vean y lo sepan, que lo tengan en cuenta al mirarte, que conste en tu expediente, que cuando te miren no vean sólo lo que eres sino lo que haces, lo mucho que te esfuerzas, lo mucho que has conseguido a base de pequeños pasos…
Crees que necesitas que te reconozcan y te encuentren, que te elijan y te pongan una nota muy alta hasta la próxima encrucijada, hasta la próxima prueba, hasta que tengas que volver a batirte en duelo contigo mismo por demostrar que vales, que mereces, que puedes, que estás ahí siempre…
Crees que necesitas que te valoren pero en realidad necesitas darte valor tú. Descubrir que no eres un resultado, una meta, un sueño… Por hermoso y excitante que parezca…
24 horas, 365 días, día y noche, sin descanso, sin permiso, sin bajar la guardia, sólo con algún instante para respirar profundo y recalcular la ruta, sólo con alguna tarde para poder pesar y medir, repasar resultados y continuar insistiendo, mientras notas el cansancio de alguien de no para, que no se da tregua…
Por no ser perfecta, por no poder más…
Que siempre necesita demostrarle al mundo que hace todo lo posible para merecer, para ser digno, para sacarse de encima esa culpa inmensa y pesada por no sentirse suficiente, por no ser perfecta, por no tener ganas a veces de seguir, por no poder más…
Crees que necesitas que te miren y te vean, pero en realidad, necesitas mirarte y comprenderte. Bajar el listón y darte descanso. Crees que necesitas ser mejor pero en realidad necesitas permitirte fallar y caer, reconocer errores y abrazarlos para ver qué pasa, qué te dice la vida, qué puedes aprender y qué debes soltar y ahora estás agarrando a ello sin darte cuenta.
Crees que necesitas que te valoren pero en realidad necesitas darte valor tú. Descubrir que no eres un resultado, una meta, un sueño… Por hermoso y excitante que parezca…
Que no eres la persona que duerme a tu lado ni la versión edulcorada y sumisa que finges ser a veces para que no se vaya, porque temes quedarte a solas contigo y hacerte preguntas, hacerte promesas y notar ese vacío enorme que tapas con ella y que cuando estás muy cansado no consigues disimular.
… pero te echas de menos a ti
Crees que necesitas quedar bien con el mundo, con el jefe, con tus amigos, con todas las personas que se cruzan contigo cada día, pero no es cierto, necesitas quedar bien contigo. Sin mentiras, sin disimulos, mirarte a los ojos y decirte qué quieres, qué detestas, qué necesitas de verdad, qué no soportas… Y dejarte llevar por lo que eres.
Sin esperar coronar la cima desde la que se te permita ser tú, porque si finges en el camino para llegar, cuando llegues arriba tendrás que seguir fingiendo… Porque no te definen tus metas, sino tus ganas, la paz que llevas contigo a cada paso, la imagen que tú tienes de ti mismo.
Crees que necesitas una vida perfecta para amarte y aceptarte pero en realidad esto va al revés, necesitas amarte y aceptarte para tener una vida de verdad…
Crees que necesitas una vida perfecta para amarte y aceptarte pero en realidad esto va al revés, necesitas amarte y aceptarte para tener una vida de verdad…
Una vida imperfecta pero real, una vida que atiende a tus necesidades y que no está diseñada para morir sino para vivir, que no se encamina a demostrar ni buscar resultados sino que se vive sin más expectativa que ser vivida…
Crees que echas de menos que te piropeen, que te abracen, que te busquen, que te amen (y todo eso es genial y necesario) pero en realidad te echas de menos a ti, sintiendo a cada instante lo maravilloso que eres, notando cuánto mereces esa paz que buscas, aceptando absolutamente lo que sientes, lo que deseas, lo que eres.
Te echas de menos a ti siendo tú y encontrándote contigo. Sin intermediarios, sin pensamientos basura que te pidan que seas otra cosa, sin nadie que merodee alrededor dictando otras normas, sin mirar de reojo al mundo esperando satisfacerlo…
Me echo de menos
Yo a veces también me echo de menos a mí, siendo comprensiva conmigo. Valorando lo que soy y no lo que consigo. Bajando el listón y diciéndole no a la voz insistente que siempre dice en mi cabeza que no hago suficiente…
A veces yo también busco el sosiego en mis metas, en otras miradas esperando aprobación, en mi álbum de logros y medallas imaginarias… Pero nada de eso me calma, porque sólo yo me calmo, conmigo, de mi parte, mirándome con los ojos con los que miraría a alguien a quien amo…
A veces, cuando me engaño con otras versiones de mí que no son verdad, me echo de menos a mí misma…
Con toda la compasión posible, con todo el amor que me cabe, como quien mira a una hermosa bestia herida que no sabe lo hermosa que es y se hiere sola porque no se ha dado cuenta todavía de que no es una bestia sino un ser extraordinario…
A veces, yo también me echo de menos cuando me cuento historias falsas, pero luego me calma buscarme a mí y verme en los ojos de otras personas que también se buscan.
Y al final del día, mirar al espejo y ser honesta con esa persona que te mira y realmente te ve. Cuando me pongo una máscara para que otros vean en mí lo que esperan ver y me traiciono dando más de lo que puedo, de lo que necesito dar para que me quede algo y tenga energía para seguir.
A veces, cuando me engaño con otras versiones de mí que no son verdad, me echo de menos a mí misma…
Diana Silva
8 de marzo de 2020 at 03:55
Wauuu. Senti como un halón de orejas. Alguien sincero diciéndome la verdad. Y quiza si continuo con ese ritmo dándo mas de lo que mi cuerpo y energía puede dar, ocultandome en lo que los demás esperan de mi me ha generado desgaste mental, emocional. De verdad me siento al límite.. gracias gracias mil gracias.