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Acoso escolar, ¡NO cierres los ojos! (relato)

Por Silvia Sotomayor

Cuando Javier se despertó, no había nadie a su alrededor. Le costó incorporarse. Le dolía todo el cuerpo y estaba desorientado y confuso

Por favor, que me muera ya. Que pase ya esto. Que me muera ya

Cuando Javier se despertó, no había nadie a su alrededor. Le costó incorporarse. Le dolía todo el cuerpo y estaba desorientado y confuso. Buscó a tientas sus gafas. Al ponérselas no podía ver nada. Estaban rotas. Aquella paliza había sido la peor de todas.

Un repugnante sabor metálico, como a óxido, le recorría la boca. Era sangre, que salía a borbotones y le hacía toser. Con cada golpe de tos sentía morirse por dentro una y otra vez.

– Por favor, que me muera ya. Que pase ya esto. Que me muera ya. -, pensaba para sí.

¿Cosas de chavales o terrible acoso escolar?

Escupió y entonces, con el roce de su lengua, notó que le faltaban varias piezas dentales. Se llevó la mano a la cara y sintió la hinchazón de todo el rostro. La cabeza parecía reventarle. Intentó sentarse, pero se mareó y se cayó al suelo. Tirado en el asfalto intentó buscar en sus bolsillos su teléfono móvil para pedir ayuda, pero no lo encontraba.

– Son cosas de chavales. Lo arreglarán. Ya saben, hoy están enfadados y mañana los verá echando unas risas juntos. No se preocupen. – Había dicho el director del colegio aquella mañana a sus padres.

Eres un mierda. – Le espetaban mientras le llovían patadas y puñetazos

Estaban consternados y pidieron una reunión de urgencia con el director del centro educativo. Javier no había dicho ni una palabra hasta la tarde anterior.

No pudo aguantar más, se rompió ante sus padres y les pidió ayuda. Les contó que llevaba todo el curso sufriendo palizas de tres chicos de su clase: Manuel, Carlos y Ricardo. Todo el mundo les tenía miedo.

Él, en realidad, había ido a su aire siempre; sin embargo, un día la tomaron con él porque no se rio mientras humillaban a una compañera. La estaban insultando por no querer enrollarse con Carlos. Le decían zorra, puta, guarra… Javier no se rio. Cogió a Sandra del brazo y se la llevó de allí. Así comenzó todo. Al día siguiente lo sorprendieron en el baño y le dieron la primera paliza.

– Eres un mierda. ¿Te crees superior por defender a una zorra?, ¿eh? Eres un mierda. Los dos sois unos mierdas. – Le espetaban una y otra vez mientras le llovían las patadas y los puñetazos.

Los colegios ven, oyen y… callan

Javier quería morirse en aquella calle vacía. Sintió mucho frío de repente. Tiritando de frío y de miedo, creyó oír unos pasos y voces. Parecían aproximarse y pensó que quizás alguien le había visto y se acercaba a ayudarlo.

– Todavía sigue aquí el mierda. ¿Lo veis? Es un mierda y un cobarde. No tiene agallas para levantarse. ¡Eh! ¡Despierta de la siesta, mierda! – Carlos le propinó una patada a Javier en el estómago mientras continuaba mofándose de él.

Sería fatal para la imagen y prestigio del colegio. Espero haber dejado todo cristalino

– Carlos, venga, déjalo ya. ¿No ves que no puede ni moverse? Tendríamos que avisar a alguien. -, dijo Manuel intentando llevárselo de allí.

Carlos se zafó de Manuel, se dio la vuelta y le dio una patada en la cabeza a Javier. Javier no sintió nada más.

– La versión del colegio ha de ser clara y directa: estamos consternados. Nunca hemos tenido queja de estos chicos. De ser así, el centro estaría al tanto y habríamos tomado las medidas oportunas. Las peleas entre adolescentes son habituales y esto no deja de ser una riña puntual entre críos con un desenlace muy desgraciado. ¿Está claro? Que a nadie se le ocurra hablar de este tema fuera del consejo y menos aún que se haga referencia a este u otros casos de acoso escolar. Sería fatal para la imagen y prestigio del colegio. Espero haber dejado todo cristalino. Y, por supuesto, esto se queda fuera del acta de la reunión de este consejo. Bueno, pues ya está. Idos a casa a descansar, que mañana será otro día.


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  • jupsin.com, (información sobre acoso laboral, acoso escolar, acoso sexual, ciberacoso) incluye colaboraciones de profesionales de diversos sectores de actividad como el Derecho, la Salud o la Comunicación.

Silvia Sotomayor Rodríguez ha desarrollado su carrera profesional en el entorno de la comunicación y las relaciones públicas. Es especialista en Comunicación Corporativa, Educación, Neuroeducación y Marketing Educativo, Redes Sociales y Marketing Digital, asesora de centros educativos, es conferenciante y profesora de Lengua Castellana y Literatura, Geografía e Historia en los ciclos de Secundaria y Bachillerato; así como de Comunicación Corporativa, Estratégica y Redes Sociales en el ámbito universitario. Acaba de publicar su primer libro: «Sentir en verso. Rimas para el cielo y la tierra», de la Editorial Círculo Rojo.

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