El acoso escolar es un asunto que actualmente está muy visible en los medios y en las redes sociales, y yo me alegro por ello, porque sólo puede significar una cosa: que ya no es invisible. El acoso escolar o bullying no es un problema actual. Ha existido siempre y en todo el mundo.
Yo misma lo sufrí hace ya unos cuantos años, y por aquel entonces no había tanta información ni la gente estaba concienciada con este asunto.
Los profesores tampoco le daban importancia, a pesar de verlo con sus propios ojos en muchas ocasiones. “Son cosas de críos”, decían
En gran parte, porque las propias víctimas lo ocultábamos, por miedo, aunque pedíamos ayuda a nuestra manera, llamando la atención con malos comportamientos, descontrolando nuestras emociones, teniendo dificultades a la hora de relacionarnos con los demás, malas notas en el colegio y un sin fin de señales de que algo no iba bien.
Estas señales no solo no eran analizadas correctamente por los padres, sino que se justificaban diciendo que el niño o niña era así.
Los profesores tampoco le daban importancia, a pesar de verlo con sus propios ojos en muchas ocasiones. “Son cosas de críos”, decían. Me encontré completamente sola en ese infierno lleno de incomprensión, angustia y miedo. Durante años intenté buscar la manera de comprender lo que me había ocurrido y por qué me seguía persiguiendo a pesar de ser parte del pasado.
Portada del libro ‘Yo también sufrí acoso escolar’ de Ainara Conesa
Las terribles consecuencias del acoso escolar
Leí diversos libros de autoayuda acerca del acoso escolar, autoestima, personalidad y miedo. En parte me ayudaron a resolver las múltiples preguntas que rondaban por mi mente y que nunca obtenían respuesta. Fue así como empezó mi dura lucha por superar un pasado que no dejaba de atormentarme.
Sin embargo, a pesar de que eran libros escritos por psicólogos especialistas, que conocen el funcionamiento de las emociones y se basaban en estudios a víctimas del acoso escolar, les faltaba algo muy importante: haberlo vivido.
Solo una persona que haya sufrido acoso escolar puede comprender en profundidad lo que esto supone, porque lo ha vivido en sus carnes
Pienso que solo una persona que haya sufrido acoso escolar puede comprender en profundidad lo que esto supone, porque lo ha vivido en sus carnes. Y aunque cada caso es diferente, todos sufrimos las mismas terribles emociones y consecuencias.
Pero una víctima de acoso escolar generalmente no pide ayuda, lo lleva en secreto y en silencio, y es ella quien tiene que darse cuenta de que tiene que sacarlo del fondo de su ser para poder seguir adelante como una persona nueva.
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Ayuda en tu lucha de superación
Fue así como surgió ‘Yo también sufrí acoso escolar: Una historia real que te ayudará en tu lucha de superación’. Se trata de un libro que no sólo cuenta las terribles consecuencias del bullying, sino también cómo superar esas secuelas que han quedado marcadas en nuestra personalidad. Estas secuelas nos impiden ser nosotros mismos y relacionarnos con la vida de forma equilibrada.
En cada capitulo se narran las diferentes etapas por las que pasa la víctima, desde el acoso en la niñez o adolescencia, hasta los obstáculos que se encuentra en la edad adulta a causa del acoso en el colegio. El lector no solo se sentirá identificado en muchos aspectos, también logrará comprender muchas de sus inquietudes y miedos, y encontrará la motivación y el rumbo para superar este trauma.
Ainara Conesa, autora del libro «Yo también sufrí acoso escolar»
El lector no solo se sentirá identificado en muchos aspectos, también logrará comprender muchas de sus inquietudes y miedos, y encontrará la motivación y el rumbo para superar este trauma
Mi propia historia de acoso escolar
En estas páginas cuento mi propia historia. Se trata de una historia que abarca todos los ámbitos de la vida, desde las relaciones sociales y sentimentales hasta las profesionales, y en cómo afectan las secuelas del acoso escolar en cada una de ellas.
Mi objetivo con este libro no es otro que ayudar a quienes al igual que yo han sufrido lo insufrible en los colegios, y que ahora en la edad adulta siguen cargando con las consecuencias y quieren superarlo pero no saben cómo hacerlo.
Me gustaría transmitirles mi apoyo y comprensión, hacerles ver que no están solos, y que se le puede dar la vuelta a la situación y aprender de ella. Este libro les servirá de guía pero el trabajo duro es propio de cada uno. Hay un largo camino de superación que hay que recorrer, y espero acompañarles en este duro, pero gratificante viaje.
