Elena Rubio, la psicóloga en tus zapatos
En el anterior artículo explicaba cómo averiguar que mi hijo es testigo de una situación de acoso escolar. Como indicaba, por estadísticas, es más que probable que así sea, así que ahora hay que dar el siguiente paso. ¿Qué debo hacer ahora?
Se pueden plantear gran cantidad de dudas y miedos:
- ¿Qué es lo mejor para mi hijo, intervenir o dejarlo estar?
- ¿Y si le animo a que lo denuncie y luego le pasa a él?
- ¿Yo qué haría en su lugar? (Tal vez esta situación despierte recuerdos de tu infancia, y pienses en cómo tú lo dejaste pasar o incluso en alguna ocasión contribuiste a alimentar el acoso…)
- ¿Y por qué tiene que ser él el que denuncie, cuando habrá muchos más niños que estén viéndolo igual? Incluso, ¿por qué no lo denuncia el niño acosado?
Podríamos seguir planteando dudas de este tipo, enfocadas desde el miedo y el cuidado de nuestro hijo, hasta el final del artículo.
El acoso escolar es aleatorio
¿Se os ocurren otras cuestiones similares? Puedes compartirlas con nosotros; seguro que ayudan a otros padres a sentirse identificados, reflexionar sobre situaciones ya vividas y haceros ver que no estáis solos en esto. Hay muchos padres que se hacen las mismas preguntas y que tienen los mismos miedos.
Si hemos conseguido ponerte en el lado de los ‘valientes’ tal vez te estés preguntando, ¿cómo se debo actuar?, ¿qué le debo aconsejar a mi hijo?
Ahora la cuestión es: ante esta situación, ¿debemos actuar desde el temor o la protección? ¿esto realmente va a hacer que mi hijo esté seguro y no le vaya a pasar nunca? Rotundamente NO. Esto no les libra de nada; tal vez en esta ocasión, sí, pero ¿y en la siguiente? El acoso escolar es aleatorio.
Puedes ser rubio, o moreno, alto o bajo, con o sin gafas, delgado o gordo… cuando el acosador escoge, nunca se sabe el motivo real (salvo que se siente inferior o poco querido/atendido y necesita a una víctima para creerse mejor y más fuerte), es como una ruleta rusa.
¿Crees que podríamos actuar desde la empatía y la valentía? ¿Qué podría conllevar? A corto plazo, frenar el bullying en ese caso concreto. A medio o largo plazo, esto puede hacer que se elimine casi en su totalidad, si los alumnos ven que este tipo de actuaciones agresivas o violentas tiene unas consecuencias para ellos (para esto, obviamente, debe contarse con la colaboración y actuación del centro escolar).
Cómo actuar
Llegados a este punto, y si hemos conseguido ponerte en el lado de los ‘valientes’ tal vez te estés preguntando, ¿cómo se debo actuar?, ¿qué le debo aconsejar a mi hijo?:
- Piensa que si tu hijo ha confiado en ti para contarte esta situación que se está dando entre sus compañeros ya tienes un paso avanzado. Es su manera de pedir ayuda y consejo, si es que directamente no te ha dicho: “¿Qué debo hacer, papá/mamá?”
- Infórmate sobre el protocolo de actuación instaurado en el centro relativo a Acoso Escolar, hablando con el AMPA o con los profesores / Dirección, o pregúntale a tu hijo. Debería conocerlo, si es que éste realmente existe.
- Anímale a que lo cuente a las personas adecuadas (tutor, alumno ayudante si lo hubiera, etc.). Explícale que quien actúa no es CHIVATO, es VALIENTE. Lo cobarde es quedarse callado o alentar esa situación tan dañina.
- Si consideráis que es una situación grave y no se atreve, tal vez tú también puedas tomar parte e involucrarte directamente, para ser su ejemplo. No obstante, la primera recomendación, incluso en su propio beneficio para empoderarse y sentirse capaz y útil, es que sea él quien actúe. Es absolutamente comprensible que sienta miedo, así que hay que asegurar la confidencialidad, pidiéndola directamente a las personas a las que se dirija.
- Acompáñale durante todo el proceso. Muestra interés, pregúntale cómo se siente, qué le han dicho los profesores, si ha habido algún avance o la victima sigue siendo acosada… en todo momento debe sentirse arropado en esta decisión y estar seguro de que ha hecho lo correcto.
Debemos pensar qué sociedad queremos dejar para las próximas generaciones. Estas situaciones son el germen para enfrentarse a futuras situaciones en la vida. Y en nuestra mano está el que lo hagan desde la valentía, la empatía y la justicia, o de perfil/cobardía o incluso la violencia. Dejemos un buen legado a nuestros hijos.