Querido maltratador:
Digo querido, porque en antaño te quise. Nunca más.
Te quise porque me dijeron que tus celos te volvían loco por amor, pero tus golpes no decían los mismo. Querías hacerme tuya, solo tuya, porque me querías tanto que te negabas a compartirme, como quien se niega a compartir un coche, su vaso, su propiedad. Y es que yo ya no era una persona, era un objeto. Era tu objeto.
Pero esto no me lo dijo nadie. Desde pequeña me dijeron un «quien se pelea, se desea» que se convirtió en «lo hace por amor» cuando me empecé a dar cuenta de que eras una piedra atada a mis piernas, una piedra que me hundía, que me ahogaba. Pero maquillabas esto con un perdón y nunca me dijeron que debía rechazar tus disculpas.
No, me dijeron que me querías, que te diese otra oportunidad, que tú no eras «así», que tú no eras un monstruo.
«Nos asesina la indiferencia, las medias verdades, el silenciar a las víctimas, las mentiras sobre el amor que enseñan a las niñas desde pequeñas»
Me duele
Lo peor es que miro a mi alrededor y no estoy sola, que no soy la excepción, que somos muchas, somos tantas, somos demasiadas.
Y detrás de cada una de nosotras hay alguien como tú y, como tú, de puertas para fuera se esconde tras una máscara, de puertas para fuera «no es así».
Me duele, me duele que mis compañeras en esta lucha estén siendo asesinadas. Nos asesina la indiferencia, las medias verdades, el silenciar a las víctimas, las mentiras sobre el amor que enseñan a las niñas desde pequeñas.
Y no, no son casos aislados. Tú eras la mano que asestaba el golpe, pero detrás de ti había un sistema que te había educado.
No solo duelen los golpes
Y quiero recordarte, recordar al mundo, que no solo duelen los golpes, que el dolor más intenso es sentir que te arrancan las alas, la libertad.
Por eso hoy te digo que nunca más; que hoy paso de objeto a sujeto; que no soy ama, pero tampoco esclava. Por eso hoy te escribo con lágrimas en los ojos y la rabia quemándome la garganta, porque sé que no estás solo, que existen muchos hombres como tú.
«Y quiero recordarte, recordar al mundo, que no solo duelen los golpes, que el dolor más intenso es sentir que te arrancan las alas, la libertad»
Y a todos vosotros os digo, os grito, que no me rindo: voy a luchar por acabar con vosotros, por dar voz a aquellas que soportan en silencio vuestra violencia, por aquellas que hoy ya no tienen voz porque se la habéis quitado.
Que no quiero tener que educar a mis hijas para cuidarse de vosotros; que no quiero que ninguna mujer vuelva a casa con miedo de encontrarse con una pesadilla; que no quiero oír de nuevo que habéis asesinado a una más.
Estoy harta. Estamos hartas. Ni una menos, ¿me oyes? Somos más fuertes que cualquier matratador.
Paula Buedo Torrejón / 1º Bachillerato CCSS, Colegio Castilla
Escritora en ciernes y luchadora contra la injusticia y la intolerancia
- Finalista en las convocatorias de 2014 y 2015 en las IX y X ediciones del Certamen Literario – Cadena SER Madrid Sur con los relatos «Sangre metálica» y «Vampiros oníricos».
- Finalista en el I Premio Nacional Villa de Madrid- Narrativa breve (2015) con el relato «Recuerdos prohibidos».
- Participación en el Libro Solidario ACEN «Cachitos de cielo» (2015) de la Librería Argot con el relato «Hoy te traigo un beso».
- Finalista en el Certamen de relatos literarios contra las violencias machistas convocado por el Ayuntamiento de Vicálvaro (2016).
- Ganadora del Concurso contra la violencia de género convocado por el Ayuntamiento de Torrejón de la Calzada (2016) con «Carta de una víctima a su agresor».
walter Buedo
6 de junio de 2017 at 12:45
Hoy por hoy ,dónde la violencia se adueña de cuanto espacio hay,ver y saber que hay jóvenes sumados en esta causa me da no sólo satistacción si no tranquilidad por que estoy seguro es la única forma de ocupar los espacios para que no sean ocupados por estas lacras es así,estar,exponer y desplazarlos hasta su extinción
Un saludo desde Argentina
jupsin'
6 de junio de 2017 at 14:16
Muchas gracias por tu opinión. Un saludo desde España