Elena Rubio, ‘la psicóloga en tus zapatos’
Ya estoy fuera. Mi acosador ha conseguido su propósito. Ha puesto de manifiesto mi falta de profesionalidad y mi poca valía para cumplir mis funciones a base de menosprecios, de minar mi autoestima, de hablar de mi a mis espaldas…
… aquí estoy, tratando de hacerme un espacio en nuevas organizaciones, con mis miedos e inseguridades y mi autoestima dañada
Así que, en cierto modo, ha mentido, pero también ha conseguido que mi trabajo no sea tan profesional como lo pudo ser en otra época. Mi baja autoestima, mis miedos e inseguridades han hecho que, efectivamente, la calidad de mi cometido se haya visto mermada.
Y con todo esto, hemos negociado mi salida, porque “ya no encajo en la organización”, y aquí estoy, de nuevo tratando de hacerme un espacio en nuevas organizaciones, con mis miedos e inseguridades y mi autoestima dañada.
¿Qué necesitas para enfrentar tu nuevo trabajo tras el acoso laboral?
Necesitas volver a ser tú, o incluso una versión mejorada de ti mismo. Sé que esto del acoso le puede ocurrir a cualquiera, pero tal vez, mostrando algunas inseguridades, se lo has puesto más fácil a esas personas con ansias de hacer daño.
Con esto no exculpo a los abusadores y culpabilizo a las víctimas. Eso NUNCA. El que hace el acoso es el culpable, y el que lo recibe, es la víctima, de todas, todas. Pero esto no quita que podamos revisar algunos de nuestros comportamientos, movidos por los miedos e inseguridades, que tal vez nos ha hecho mostrarnos vulnerables.
Mostrarse vulnerable no es un delito, nada más lejos de la realidad. Pero tal vez alguien con estas características, al leer este artículo en jupsin.com y sentirse identificado, se dé cuenta de que a menudo, con el fin de no “molestar” al compañero, de no “ser pesada” con el jefe, etc. se piensa y repiensa cómo hablar, cómo pedir, cómo quejarse (o más bien cómo no hacerlo), cómo exponer sus opiniones o cómo mandar un correo electrónico.
Así, dejas de ser tú mismo y te conviertes en una versión ‘pequeña’ y peor de lo que puedes ofrecer.
¿Quieres cambiar esa versión ‘pequeña’ de ti?
Si quieres mostrarte más seguro con lo que dices, con lo que ofreces o pides, algo hay que cambiar en tu interior.
La seguridad viene de la mano de la autoestima, así que te proponemos esta serie de actuaciones para sacar esa versión más completa de ti, que ya existe, pero que está escondida en algún rincón:
- Revisa en qué situaciones percibes que te haces pequeño, que dudas, que sientes el molestar o ser inoportuno. ¿Qué cosas tienen en común esas situaciones? ¿Tal vez tus conocimientos o experiencia en la materia, o tal vez la forma de ser de las otras personas?
- Revisa en qué situaciones te sientes seguro de ti mismo, no te cuesta desenvolverte y te ves capaz de pedir, de quejarte o de exponer tus necesidades. ¿Qué variables se repiten en estas situaciones? ¿Depende de tus conocimientos o del tipo de personas a las que te enfrentas? Si estos comportamientos se dan, es una buena noticia. Significa que tienes la capacidad; sólo hay que extenderla a otras circunstancias.
Ahí fuera hay un mundo de oportunidades, de nuevos puestos de trabajo, de nuevos compañeros que están deseando vivirte y disfrutarte
- Una vez te has analizado por dentro, has observado tus comportamientos y te has dado cuenta de tus fortalezas y tus debilidades, ponte manos a la obra.
Si lo que te “hace pequeño” es el miedo a molestar al otro, a parecer inferior por mostrar los puntos débiles si reconoces que no sabes algo o a enfrentarte a alguien que por su estatus o por su forma de ser, tal vez tienes que trabajar tu autoestima, bien con lecturas o con ayuda profesional.
Solemos ser más duros con nosotros mismos que con los demás, y perdonamos y entendemos sus errores, pero no los nuestros. Conseguir sacar provecho de nuestros errores construye tu seguridad y autoconfianza.
Si temes la incertidumbre, el no tener el control de toda la situación y no poder manejarla con soltura, tal vez tienes que trabajar tu autoestima. Nadie puede tener el control de todo, ni es deseable hacerlo. Hay que aprender a vivir con esas incertidumbres y a enfrentarse a situaciones desconocidas, nuevos retos… Las fortalezas se muestran haciendo frente a lo desconocido, a lo incierto.
Tu mejor versión
Tras sufrir una situación de acoso todo se hace cuesta arriba y complicado. Por difícil que sea, desde jupsin.com te recomendamos enérgicamente que sigas luchando por encontrarte y sacar tu mejor versión.
Ahí fuera hay un mundo de oportunidades, de nuevos puestos de trabajo, de nuevos compañeros, de aciertos y errores, que están deseando vivirte y disfrutarte.
Consuelo bustos
21 de junio de 2018 at 23:12
Mi hijo tuvo un acidente.lo tuve en silla de ruedas.por lo que no podía trabajar después de un año y encontré un travajo.como técnico en párvulos.y la encargada.yo le pedia permisos para ir al médico y amenazas.y calificación.que hago.me ciento mal.y estoy mal económica.menre