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El acoso no es culpa tuya y la vida sigue

El acoso nos afecta, queda en la memoria, y se evoca cada vez que tomamos contacto con cosas o situaciones que nos lo recuerdan, más cuando el cúmulo de emociones son aquellas de las que nos hunden más y más.

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No se trata de indolencia, ni tampoco de olvidar, sino de decir un basta ya a todos esos pensamientos y a ese cúmulo de emociones que remueven y lejos de llevarte arriba sólo consiguen hundirte un poco más.

Tampoco se trata de no prestar atención a alguien que vive acoso y actuar como si nada pasase. Simplemente, ver de frente esas ideas que vienen cuando algo te recuerda a esta injusticia y plantarles cara.

Ver de frente esas ideas que vienen cuando algo te recuerda a esta injusticia y plantarles cara

La emocionalidad que esto evoca puede llegar a ser muy grande y esas ideas lo único que hacen es que sea aún mayor. Algo que es simplemente una gota termina siendo un mar en el que finalmente acabas hundiéndote.

Nadie dice que niegues lo sucedido, tampoco que niegues la injusticia, ni todo aquello que pasó, sino que simplemente veas que cuando todo esto sucede, un día maravilloso termina volviéndose absolutamente gris y los miedos consiguen apoderarse de ti, hasta llegar a paralizarte.

No es culpa tuya y la vida sigue

No es culpa tuya, tampoco es tu culpa que todo esto del acoso haya pasado. Para quienes lean esto y no hayan sido afectados por acoso, quiero decirles que no es mi intención quitar hierro a esta situaciones de hostigamiento y violencia, ni decir que ante ciertas cosas hay que ser más fuerte, no señor.

Con esto, lo que quiero decir es que ante la imposibilidad de gestionar el cambio algunos actúan agrediendo. Y otros, simplemente ante esta agresión, por las distintas disyuntivas que les plantean sus pensamientos, pueden llegarse a sentirse paralizados o sin saber claramente qué hacer.

Mi comentario es una reflexión sobre aquellas cosas que hacen bien, y aquellas otras que hacen daño.

Ante la imposibilidad de gestionar el cambio algunos actúan agrediendo. Y otros, simplemente, pueden llegar a sentirse paralizados

Quedarse en la estación mirando el tren que partió sin nosotros y se estrelló, puede ser una respuesta inicial.

Pero si día a día volvemos a la estación, lejos de ayudarnos, es posible (no digo que siempre ocurra así) que no seamos capaces de ver cómo un día el tren deja de pasar porque la estación desaparece, cómo pasan coches en vez de trenes, y lejos de estar en el andén estamos en medio de la acera … la vida sigue.

Posiblemente, esto es algo que no esperes escuchar. Quizás sea más sencillo anclarte a lo injusto. Con esto no quiero decir que no existan injusticias en el mundo, ni existan cosas malas, porque las hay, y son un pozo sin fondo. Pero, realmente, frente a todo este cúmulo de situaciones adversas, ¿qué está en tus manos hacer?

Laura Quiun - La vida sigue

¿Qué otras cosas sí funcionan bien?

La denuncia puede ser una respuesta, pero frente a ella ¿qué opciones planteas? Desde tu círculo más pequeño, en tu propia familia, con tus amigos, ¿en qué manera en tu día a día puedes construir algo mejor?

Entre tu círculo de amigos, en tu familia, ¿qué cosas buenas eres capaz de reconocerles?, ¿de qué te sientes agradecido?

A parte de todas esas injusticias, ¿qué otras cosas si funcionan bien? ¿Te lo has planteado? ¿Qué cosas ves a día de hoy qué se hagan distintas a cómo se hacían ayer, y ahora funcionan bien? Podría enumerar al menos una lista de cinco cosas.

Entre tu círculo de amigos, en tu familia, ¿qué cosas buenas eres capaz de reconocerles?, ¿de qué te sientes agradecido?

¿Qué te gustaría hacer con tu vida? ¿Vives según tus propósitos? ¿Cuándo finaliza el día, de qué te sientes orgulloso? Y ¿de qué te sientes agradecido que haya pasado? ¿Cómo te sientes ahora qué has respondido?

Laura Quiun - jupsin.com El acoso afecta y duele

El acoso nos afecta, queda en la memoria, y se evoca cada vez que tomamos contacto con cosas o situaciones que nos lo recuerdan, más cuando el cúmulo de emociones son aquellas de las que nos hunden más y más.

La vida sigue, y en ocasiones conviene decir basta a todos estos pensamientos, mirarlos de frente, escucharlos, plantarles cara, preguntándoles qué de cierto hay en todo aquello que nos dicen y sobre ello qué somos capaces de hacer con nuestra vida.

El acoso afecta y duele, pero una vez pasado el volver continuamente a ello, ¿qué es lo que consigue en ti?  Aparcar implica distanciarse, tomarse unas “vacaciones”, guardar por un momento lo pasado, y al volver revisarlo, preguntarlo, y mirarlo en perspectiva. ¿Estás dispuesto a ello?

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento

Como decía Viktor Frankl,  “si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”.

El acoso pasó, y posiblemente haya dejado consigo un cúmulo de emociones y sentimientos. ¿Qué actitud es la qué escoges tú frente a ellos?

Algo ocurre ahora: tu vida

No sólo se trata de pensar en qué nos merecemos un futuro distinto, se trata de pensar también en este ahora por el que transitamos. Con sus alegrías y tristezas, con los calores intensos, con las lluvias repentinas, en esos momentos en los que a pesar de todo algo ocurre: tu vida.

En mi post anterior hablaba de la importancia de encontrar espacios significativos de trabajo, de rodearte de relaciones con propósito.

Ahora, quisiera decirte cuan dispuesto estás a poder llenar tus propios días de propósito, por cuidar esas relaciones… y por cuidarte a ti.

Muchas veces esperamos que el otro cambie, pero otras tantas olvidamos que aquello que podemos cambiar únicamente es a nosotros  mismos.

Algo malo pasó, en ocasiones hay cosas que lamentablemente no se pueden controlar, y el final no siempre es el que nos gustaría. Lo cierto, es que todo esto te ha dejado la sabiduría de poder identificar qué es aquello que no funciona a tiempo, poder evaluar que otras opciones se te presentan por delante y si hace falta pedir ayuda.

Podemos poner de nuestra parte en la forma como reaccionamos, cómo respondemos a aquello que sucede y qué medidas  tomamos, y eso, sólo eso es aquello que está en tus manos. Nadie mejor que tú sabe al fin y al cabo lo que es más conveniente para ti.

Comunicadora Social, Doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Coach Ejecutiva y Associate Member del International Society for Coaching Psychology. Mi trabajo a nivel de investigación aborda un análisis de las estrategias de afrontamiento de las personas afectadas por acoso y la forma como estas influyen en los efectos derivados de la agresión. Hace énfasis en aquellos aspectos que contribuyeron en la conformación de este estilo de respuesta.

1 Comment

1 Comment

  1. Laura Quiun

    8 de agosto de 2017 at 11:41

    Recomiendo Cooper, C., Flynt-Taylor, J. y Pearn, M. (2013). Building resilience for success. Londres: Palgrave Macmillan, fue una guía en la elaboración de este artículo y es fuente de reflexión.

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