Flor fané, de Sara Morante, nos sumerge en el universo de Olga, una niña que vive una situación familiar asfixiante. Olga tiene un padre controlador en un hogar donde los días tranquilos pertenecen al pasado.
Su poderosa imaginación, unida a su instinto de supervivencia, la acompañarán hasta la adolescencia.
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Trazos sueltos para contar una historia de malos tratos
Sara Morante es una ilustradora de larga y fructífera trayectoria que firma con Flor fané su segunda obra como autora completa tras La vida de las paredes (Lumen, 2015).
Marra esta historia desde la mirada subjetiva de la protagonista, en primera persona, dejando que el lector haga sus propias reflexiones.
En palabras de Morante, “he querido explorar el efecto de la violencia y cómo contrarrestarla a través de la creación, de la imaginación, que es el refugio de la protagonista, pero dándole todo el espacio a quien la sufre, no a quien la ejerce”.
Texto, ilustración y cómic
En Flor fané, texto, ilustración y cómic forman parte de la misma narración.
“He podido hacer algo que hacía tiempo que quería -continúa Morante-: contar una escena a través de secuencias de dibujos. Darle movimiento…
Para los dibujos, he utilizado todas las técnicas que conozco evitando lo digital: lápices, gouache y acuarela, collage de dibujos…
… Ha sido como volver al principio, cuando empecé en la ilustración e incluso más allá, al dibujo de la infancia. Es algo intencionado: he encontrado el trazo suelto que me ha dado más libertad para contar esta historia”.