Hay un día en la vida de las personas que marca la diferencia. El día en que descubren que son responsables de su felicidad. Justo en ese momento, es cuando deben tomar una de las decisiones más importantes de sus vidas… Tomar las riendas o fingir que no se han dado cuenta.
Es cierto, ser responsables de nuestras vidas asusta y mucho. Da tanto vértigo tener que dejar de culpar al destino y quejarnos de todo porque no tenemos suerte… Lo sé, las excusas son momentos de consuelo instantáneo, un placebo maravilloso para poder seguir. Aunque cobijarse en ellas solo nos sirve durante cinco minutos… Cuando llega el siguiente contratiempo tenemos que fabricar otras. Y nos limitamos a nosotros mismos viviendo en una espiral de lamentos que nos reduce las ganas de todo y nos acostumbra la mente a no pensar más allá.
Ser feliz pase lo que pase
El día que descubres que eres responsable de lo que pasa en tu vida entras en un estado se shock. Te das cuenta de que has vivido delegando, cediendo el mando de tus días a otras personas, dejando que ellas decidan si ríes o lloras. Que durante un tiempo has dependido de las circunstancias para saber si eres feliz o no. Que has regalado tu voluntad y has cerrado los ojos esperando que otros conduzcan tu existencia.
Y ese día señalado, descubres que hay personas que deciden ser felices pase lo que pase.
En realidad, lo único que importa es que decidamos ponernos a andar
Que hay quién encontró el sentido de la vida en una prisión y quién es incapaz de ser feliz en un paraíso. ¿Por qué? Porque las respuestas de lo que buscamos en la vida siempre están dentro de nosotros. Lo que nos sucede es sólo el detonante, la chispa que enciende la mecha para que se haga la luz, el aprendizaje que necesitamos para crecer y saltar el obstáculo.
Y nada es bueno o malo. Lo sé, hay cosas que conllevan mucho dolor y que no podemos evitar. Todo depende de si sabemos o no descubrir la moraleja que trae oculta. Todo pasa por algo. Todo nos muestra un camino.
En realidad, lo único que importa es que decidamos ponernos a andar.
Y que tengamos claro que lo que hoy nos pasa muy a menudo es el resultado de nuestras decisiones. De cuándo decidimos escondernos, de no hacer. De cada vez que sonreímos a pesar del dolor, de cada vez que ayudamos sin esperar nada a cambio. Vivimos las consecuencias de cada vez que queríamos decir NO y nos lo tragamos y dijimos sí. De cada ocasión en la que no dimos nuestra opinión por si no gustaba o no interesaba, cuando es tan válida como la de los demás porque somos únicos y extraordinarios cuando decidimos ser nosotros mismos sin limitarnos ni recortarnos.
Hoy es el primer día de tu nueva vida
Nuestros actos construyen nuestra realidad. El camino es el reflejo de lo que pensamos que es el camino. El camino es tal y como lo soñamos. Nosotros lo dibujamos y decidimos qué ponemos en él. No importa si es estrecho y está oscuro. Tenemos la capacidad de iluminarlo si creemos en nosotros mismos, si confiamos en nuestra capacidad. Si decidimos tomar las riendas y ser felices pase lo que pase. Si tomamos consciencia de lo mucho que tenemos para ofrecer al mundo y de nuestro gran valor. Si asumimos la responsabilidad de vivir sin mirar fuera sino dentro.
Hoy es el día en que descubres que todo depende de ti.
Es el día que empiezas a liderar tu vida y tu felicidad. Señálalo en el calendario porque a partir de ahora ya nada será igual.
¡Hoy es el primer día de tu nueva vida!
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