La educación es fundamental contra la violencia de género. Este es el titulo del primer artículo de una serie de tres sobre Violencia. El amor no duele, capítulo que forma parte del libro Manual Básico de Criminología, de Estefanía Ros Cordón editado por Pinolia.
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La educación es fundamental contra la violencia de género
Estefanía Ros Cordón
La violencia de género es todo acto de violencia física, psíquica o psicológica ejercida por el género masculino al femenino cuando exista o haya existido una relación sentimental, aún sin haber existido convivencia.
Para poner en contexto el gran problema al que se enfrenta nuestra sociedad debemos remontarnos al neolítico. Cuando nuestros antepasados dejaron la vida nómada y empezaron a asentarse en pequeñas tribus o poblaciones es cuando se da lugar al concepto de propiedad privada.
Con anterioridad a este punto histórico, las personas compartían todo para su supervivencia: alimentos, herramientas y tierras. Según los datos que tenemos hoy en día, en estas sociedades no existían jerarquías por lo que no había grandes episodios de violencia o agresión.
La mujer como bien material
Una vez adquirida la vida sedentaria es cuando los humanos desean que sus bienes, aquellos que cultivan, conrean o construyen, pasen a sus descendientes, con el objetivo de perpetuar su estatus dentro de las sociedades que, de manera incipiente, empiezan a jerarquizarse a través del dominio de propiedades y bienes.
Es también en este momento cuando la fertilidad de la mujer empieza a verse como un bien objeto de comercio, lo que da lugar al intercambio de mujeres por bienes o por vínculos comerciales o estratégicos con otros asentamientos.
Así es como nace la violencia de género, con el desarrollo de la mujer como bien material, objeto de transacción y fertilidad.
Víctimas y agresores menores de dieciocho años
Volviendo a nuestro país y a nuestra situación actual, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, las mujeres víctimas de violencia de género en 2021 fueron 30.141, un 3,2% más que el año anterior, que fueron 29.215.
Lo más alarmante de estos datos es que el mayor aumento del número de mujeres maltratadas durante 2021 se dio en menores de dieciocho años a manos de sus parejas, siendo el 28,6% del total de víctimas de ese año.
Los agresores menores de dieciocho años representan el 70,8%, por lo que, como trataremos en siguientes apartados, la educación sexual y educar en valores es vital para que los menores de edad eviten este tipo de situaciones.
En 2021 perdieron la vida cuarenta y siete mujeres a manos de sus parejas o exparejas y, hasta finales de octubre de 2022, un total de treinta y cinco. En 2021 quedaron huérfanos de madre treinta niños por violencia de género.
Violencia vicaria
Otro tipo de violencia que ejercen los agresores contra la mujer es la violencia vicaria, es decir, el daño a los hijos de la víctima. En 2021 un total de siete menores de edad fueron víctimas mortales de este tipo de violencia.
Con estos escalofriantes datos, la Ley de Violencia de Género no basta y no son pocas las organizaciones e instituciones que denuncian la desprotección de las víctimas. Se aboga por la formación y concienciación de esta lacra social desde la más tierna infancia para prevenir y detectar de manera temprana este tipo de conductas.
Un paso más en este aspecto fue la aprobación en mayo de 2022 de la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, comúnmente conocida como la Ley del sí es sí.
En esta ley se aborda la violencia sexual de manera integral, es decir, se incluye la prevención, detección y puesta en marcha de medidas de protección, apoyo y atención a las víctimas, y se crean los centros de crisis, disponibles las 24 horas del día para atender a mujeres e hijos que sufran agresiones.
Centros de crisis
Estos centros de crisis están dentro de las competencias de cada Administración Pública y deben brindar apoyo psicológico, jurídico y social de manera telefónica y presencial.
Actualmente existen dos centros de este tipo: uno es Asturias y otro en Madrid. Este último atendió en 2021 a un total de 1.137 personas. En 2023 se pondrán en marcha en la Comunidad Autónoma de Extremadura tres centros de crisis ubicados en Mérida, Cáceres y Badajoz.
El Gobierno prevé que de cara a 2023 abran sus puertas un total de cincuenta centros de crisis, uno por cada provincia española y, para ello, el Ministerio de Igualdad ha destinado más de sesenta millones de euros de los fondos europeos.
Psicólogos, trabajadoras y educadoras sociales, pedagogas, juristas y criminólogas formaran parte de estos centros de crisis, un equipo multidisciplinar encargado de dar apoyo a las mujeres que decidan dar el paso de informarse y ser escuchadas.
Marta del Castillo
Un claro ejemplo del pequeño avance en cuanto a la protección y condena de la violencia de género es el caso de Marta del Castillo.
La joven de diecisiete años asesinada a manos de su expareja en 2009 no fue contabilizada como víctima de violencia de género.
El caso, que suscitó en nuestro país una gran atención social y mediática y que hoy en día sigue siendo uno de los casos más conocidos y comentados -incluso existe un documental al respecto- no se trató en un juzgado especializado en violencia de género, como ocurriría actualmente, pues se considera violencia machista cualquiera que incluya una relación de afectividad, incluso esporádica o virtual.
A partir de 2022, el Ministerio de Igualdad no solo contabilizará a las víctimas dentro del marco de afectividad que pudieran haber tenido con sus agresores, sino que también las desglosará en caso de haber sufrido violencia de género vicaria, familiar, social o sexual.
Y es que, en el caso de Marta del Castillo, además de la desaparición y muerte de la joven, contamos con otro factor muy importante: el ocultamiento del cadáver, que aún una década después no se sabe dónde está. Este tipo de violencia ejercida hacia la familia de la joven también forma parte de la violencia machista.
Diana Quer
Otro caso mediático que, hoy en día, pasaría a contar como delito de violencia de género es el de Diana Quer, la joven de dieciséis años desaparecida y asesinada en agosto de 2016 en A Coruña a manos de un vecino de la zona, condenado a prisión permanente revisable en 2019. En este caso agresor y víctima no se conocían, pero la joven presentaba signos de abuso sexual antes de su muerte.
El cuerpo de esta joven si fue recuperado en diciembre de 2017, cuando su asesino confesó y llevó a los agentes de seguridad al lugar en el que ocultó el cuerpo.
La autora, Estefanía Ros Cordón
Graduada en Derecho por la Universidad de Barcelona y en Criminología por la Universidad Internacional Isabel I de Castilla, Estefanía Ros Cordón es premio al mejor expediente académico en el Trabajo de Final de Grado por su estudio del acoso escolar.
Máster en Compliance por el Ilustre Colegio de la Abogacía Española. Actualmente es socia de Ethikos & Compliance, consultoría que fundó con el objetivo de que las organizaciones actúen de manera ética y socialmente responsable.
Experta en perfilación e inteligencia emocional, uno de sus últimos proyectos es el diseño e implementación de protocolos contra la violencia en los centros educativos.
Nota de redacción / El contenido de este artículo forma parte del libro ‘Manual Básico de Criminología’, de Estefanía Ros Cordón y ha sido publicado con el consentimiento de la autora.
Tanto el título como los subtítulos y las ilustraciones han sido añadidos por jupsin.com.