Desde México… Javier Gutiérrez Arellano
Empiezo mi segundo artículo para jupsin.com con un planteamiento que considero necesario, y sobre el que hay muchas dudas y controversias.
Es cierto que las redes sociales están incluso desplazando a medios de comunicación masivos como la televisión, y por lo tanto, tienen un gran poder de penetración e influencia. Pero tan cierto como esto es que las políticas criminales no pueden sólo basarse en lo que ocurre en los social media.
Es imprescindible, por lo tanto, analizar con mucho detalle lo que acontece. Vamos a centrarnos en algunos aspectos.
Es cierto el dato que aporta la noticia publicada en el portal mexicano Economía Hoy sobre la problemática de acoso sexual sufrido principalmente por mujeres. «9 de cada 10 mujeres en la Ciudad de México han sido víctimas de algún tipo de violencia sexual en sus traslados cotidianos».
Tan cierto es el dato como el hecho de que en México se utiliza el término acoso callejero relacionado con las víctimas más vulnerables, las mujeres. En la misma noticia se dice que la mayor parte del acoso callejero consiste en piropos, palabras tendentes a la utilización de estereotipos.
https://www.youtube.com/watch?v=jvebzI_egJc
Políticas criminales, mundo real y mundo virtual
No pretendo analizar los estereotipos ni la teoría de los símbolos de Carl Gustav Jung (aunque sería ideal) que bien podría ser objeto de otro artículo mucho más extenso. Sin embargo, es importante explicar que los estereotipos son imágenes que tienen una preeminente utilización en una conducta errónea en la cual se puede hablar de odio. O quizá de una experiencia muy negativa con respecto a la figura de que se trate.
Para no perder el hilo, señalaré que es destacable el empuje que tienen los denominados mass media (medios de comunicación de masas) en la difusión de estas campañas. Y esto nos lleva a no cuestionar campañas, quizás no tan acreditadas, que nacen en los social media (redes sociales). Vamos, que ahora mismo estamos más pendientes de lo que se transmite en Twitter o en Facebook, tenga o no credibilidad.
No podemos concebir ahora un mundo real sin pasar por lo virtual. Esto puede ayudar en un experimento social, pero es demasiado peligroso basar una política social el en lo sucedido en las redes sociales. Hay que tener en cuenta que las agendas públicas se componen de una necesidad social que se analiza y que se ejecuta, y cuyos resultados tras su ejecución se analizan. Sin embargo, los fenómenos surgen de modos muy diversos.
Los problemas sociales son muy diversos, y aunque nacen de formas diferentes, deben ser atendidos por las autoridades. En ocasiones, las autoridades hacen suyas problemáticas que nacen en las redes sociales e incluso las convierten en grandes campañas.
Como aquella que lanzaron en Ciudad de México llamada estrategia 30/100, por la que se repartieron silbatos entre las mujeres para que los utilizaran ante situaciones de inminente acoso callejero. La estrategia incluía una aplicación para denunciar el acoso. Y este punto es clave, porque hoy por hoy o hay confianza plena en las Instituciones debido a la corrupción del aparato judicial, a pesar de la existencia de un nuevo modelo jurisdiccional.
No hay hay sistema jurisdiccional del que se pueda decir que no va a colapsar nunca, y siempre habrá personas que harán que no se tenga nunca confianza en las Instituciones. No pretendo caer en el pesimismo, pero tan cierto como el dato sobre acoso que hemos incluido es el dato que dice que en México no se denuncia este tipo de delitos.
Pero podemos incluir un dato más contundente todavía. Sólo el 5% de las víctimas de violencia sexual se atreven a denunciar. Una cifra alarmante y que pone de manifiesto la desconfianza en las Instituciones a la que nos hemos referido. Las víctimas de violencia sexual tienen miedo de denunciar ante las Instituciones por el alto nivel de corrupción existente.
Sin duda, esta es la razón más importante por la que fallan las políticas públicas en asuntos de seguridad en México.