En las parejas que presentan problemas para conseguir el embarazo, hay que hacer pruebas para buscar las causas porque pueden estar tanto en el hombre como en la mujer.
Según la Organización Mundial de la Salud, la infertilidad afecta ya a 1 de cada 6 personas en el mundo.
Los estudios más recientes centrados en la infertilidad masculina apuntan a que está aumentando, siendo la causa de alrededor del 50% de los casos de las parejas que sueñan con ser padres.
Cuando los hombres tienen dificultades para la fecundación
El recuento medio de espermatozoides en algunos casos está descendiendo y además los espermatozoides presentan una incapacidad para poder fecundar al óvulo y que se produzca ese embarazo.
Lo primero que se ha de hacer es una prueba de fertilidad para el hombre para detectar la causa y aplicar el tratamiento concreto según la gravedad del problema. El origen del problema puede ser muy diverso.
A veces se encuentra en situaciones tan cotidianas, según indica la Sociedad Europea de Endocrinología, como en la obesidad que afecta a la calidad seminal por la baja movilidad de los espermatozoides y un aumento de las alteraciones morfológicas.
La vida sedentaria no es un buen aliado para la fertilidad. Pero en el otro extremo, los deportes de alta intensidad tampoco lo son.
Determinados hábitos de vida
Tomar anabólicos exógenos es otra causa porque los hombres que lo hacen dejan de producir por sí mismos testosterona endógena; algo que va a reducir el volumen de los testículos y en consecuencia la producción de esperma.
También ocurre con algunos productos alimenticios, cuya venta está de moda en los gimnasios, y que carecen de los controles sanitarios adecuados. Hay hipótesis que apuntan a que la exposición constante a los químicos y a los contaminantes ambientales provoca una disrupción hormonal.
También pueden encontrarse casos con una base de alteraciones genéticas, pero estos se dan en menor proporción.
Sea como sea, la cuestión es que la calidad del esperma de los hombres está disminuyendo a nivel mundial, mientras paralelamente aumenta a buen ritmo el número de los que tienen problemas para ser fértiles.
Esto hace que los tratamientos de reproducción asistida en los hombres tengan un carácter cada vez más complejo debido a la menor calidad en general de su esperma.
Además cualquier tratamiento de fertilidad, ya sea para un hombre o para una mujer supone un proceso estresante por lo que siempre es recomendable ponerse en manos de verdaderos profesionales que sepan transmitir confianza y serenidad.
¿Qué hay que hacer entonces?
En primer lugar, tratar de llevar un estilo de vida lo más sano posible. Cualquier exceso es perjudicial para la salud, en términos generales.
Las cifras oficiales que manejan las autoridades sanitarias puede que sean incluso mayores porque aún hay hombres que se resisten a buscar un remedio a tiempo. Hay una parte de la sociedad que considera que el tema de la calidad del esperma es algo tabú porque se asocia erróneamente a la virilidad. Incluso hay un cierto sentimiento de culpabilidad, y la presión social tampoco ayuda.
A veces las personas, con la mejor de sus intenciones, pueden realizar comentarios poco afortunados que sólo contribuyen a hacer crecer ese sentimiento o sentirse presionado.
Por suerte, en la gran mayoría de los casos es posible someterse a un tratamiento para mejorar esa fertilidad masculina, si bien es cierto que retrasarlo en el tiempo puede derivar en que no se logre el ansiado embarazo.
En definitiva, vale la pena acudir a una clínica para realizar un estudio de fertilidad, que es algo que está a la orden del día e informarse y poner solución a los problemas de fecundación.