“¿Por qué no hiciste nada?”. Bárbara Mestanza, directora y protagonista de ‘Sucia’, subraya la pregunta como la columna vertebral de esta obra autobiográfica.
Es una pregunta habitual para las víctimas de violencia sexual, una frase que repite su entorno y se repiten a sí mismas. Bárbara trata de responder a través del teatro, ya que, según ella, es su lenguaje.
Una puesta en escena rompedora
Con una puesta en escena rompedora, que juega con proyecciones y webcams, Bárbara y Nacho suben al escenario para luchar contra las violencias que sufren las mujeres cada día.
Es el resultado de la voluntad de hacer algo drástico con su propia experiencia, que cuestione el modelo de agresión prototipo que tiene la sociedad. La obra se representa en el Teatro de la Abadía de Madrid entre el 6 y el 30 de mayo.
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‘Sucia’, representación drástica de un cuerpo abusado
La autora emprende una cruzada contra los eufemismos. Ha decidido romper con lo romántico del sufrimiento, con las piruetas lingüísticas y el embellecimiento del abuso.
Con un lenguaje claro y duro presenta al público cómo es un cuerpo abusado, pasando por encima de las convenciones y las ideas preconcebidas sobre las víctimas.
Algo fundamental de ‘Sucia’ es que reivindica la necesidad de resignificar el concepto de “víctima”.
Bárbara afirma que, aunque se ha hablado mucho de la violencia sexual, la sociedad sigue teniendo una estética de agresor y víctima.
La infravictima
Él, un hombre oscuro, desconocido, malvado; ella, desprotegida, delicada, vulnerable. Cuando una agresión sale de ese canon, aparece la ‘infravíctima’, aquella que no se considera lo suficientemente víctima por no encajar en ese consenso social.
‘Sucia’ renuncia a fingir y a formar parte de este pacto. “El eufemismo hizo que yo no aceptase que ese hombre me agredió”, denuncia Bárbara.
Aprender a vivir con un cuerpo abusado
El cuerpo ocupa un lugar protagonista en el proceso de creación. La directora y actriz subraya la discusión entre este y su voluntad política.
En un mundo dominado por las dinámicas de producción capitalista, saber escuchar a su cuerpo y respetar sus ritmos ha sito todo un reto de extraordinaria dureza.
Según ella, “un cuerpo abusado no se supera, se aprende a vivir con ello”. Por eso, señala, ‘Sucia’ ha nacido de forma muy lenta, atendiendo a las necesidades y señales físicas que su organismo le mandaba.
Una obra que debes ver para saber y sentirte menos culpable
En casi dos horas de representación, se presenta un contenido que va desde el monólogo de su conciencia, la exposición de sus sentimientos y miedos, hasta la sátira de una sociedad que no comprende cómo afecta el abuso a una persona.
Todo ello, se combina con entrevistas y testimonios de expertas en la materia que se proyectan directamente en el escenario tratando de ofrecer el máximo grado de sinceridad.
‘Sucia’ es una representación para conocerse, sanar y perdonarse
“Sucia es la obra que me hubiese venido bien ver para sentirme menos culpable, para saber”, señala. El desconocimiento es un mal difícil de eliminar.
Por eso, con esta obra, Bárbara y Nacho tratan de dar a conocer cómo afecta el abuso al cuerpo, pero también cuál es el proceso judicial, qué pruebas médicas se requieren, etc.
Detrás de esta obra y de todo su proceso creativo, destaca Bárbara, hay una voluntad de hacer algo para mejorar.
A su vez, señala que le ha obligado a enfrentarse a sí misma y avanzar en ese camino de legitimarse a sí misma y aprender a aceptar su vulnerabilidad.
Con ‘Sucia’ ha sanado, se ha perdonado y se conoce mejor a sí misma.