Generalmente, cuando hablamos de acoso laboral, tendemos a hablar de la víctima. Pero, ¿y el hostigador? Para comprender la magnitud del daño que ocasionan, vamos a centrarnos en el acosador y sus rasgos.
El acosador tiende a ser una persona con una gran inseguridad. Esta inseguridad le lleva a determinar quién será su víctima, pues creen que son un elemento que amenaza, de manera directa, a su trayectoria profesional.
El acosador y el chivo expiatorio
A través de los comportamientos y actitudes de acoso, el hostigador pretende destruir psicológica y físicamente a la víctima, solapando y sin dejar patente su inferioridad. Es en este momento cuando transforma a la víctima en la figura de chivo expiatorio, consiguiendo culpabilizar a la víctima, de todo aquello que suceda, estando inmerso en la empresa.
A través de los comportamientos y actitudes de acoso, el hostigador pretende destruir psicológica y físicamente a la víctima, solapando y sin dejar patente su inferioridad
Los acosadores tienden a ser superiores, aunque los compañeros de igual rango también lo suelen ejercer, pues creen que se encuentran en una competición continua.
En otras ocasiones, son los superiores los que fomentan que el resto de compañeros de la víctima prosigan con las actitudes de acoso, con el fin de aislar a la víctima y causarle aun mayor perjuicio.
Además, puede existir por este mismo motivo, una actitud de acoso hacia superiores, pues el hostigador anhela su posición.
No tiende a ser algo normal, pero en algunos casos, el acosador puede llegar a presentar trastorno de la personalidad, que en ningún caso justifica o exime de culpablidad.
Control de la víctima y ansia de destrucción
Las actitudes del hostigador que más ejecuta es el control férreo sobre la víctima y el ansia de destrucción, algo que podría explicar las características o rasgos de personalidad narcisistas, antisociales o incluso paranoides.
Si una persona narcisista es hostigadora, su actitud de acoso se basa en el intento de seducción, intentando de manera sutil ejercer una violencia psicológica muy dañina, actuando como una persona encantadora.
Sin embargo, en una personalidad con rasgos paranoicos, el comportamiento hostigador se rige por el intento continuo por hacer creer al resto que él es la persona acosada y que sus ataques o actitudes acosadoras están justificadas.
Rasgos psicológicos del acosador en el trabajo
El hostigador presenta unas características psicológicas determinadas como son, entre otras:
- Carencia de empatía: El hostigador no tiene en consideración las emociones ajenas, tan solo valora las propias. Tiende a ser una persona sin capacidad para poder experimentar la emoción, como es la tristeza. Utilizan la manipulación con otras personas, simulando sentimientos y emociones.
- Relaciones interpersonales fallidas: Desconfían de las otras personas, percibiéndoles como enemigos y como una amenaza. Esta desconfianza hace que se comporten de manera simulada y no expresen los verdaderos sentimientos.
El acosador, el hostigador en el trabajo es una persona peligrosa, pues una vez que destruya a la víctima buscará otra con el mismo fin
- Potenciación del locus de control externo: Los hostigadores atribuyen la culpa a los otros, por lo que todo lo que ocurre siempre recae sobre el resto. Son incapaces de sentirse culpables y, sin embargo, son expertos en manipular esos sentimientos en los demás.
- Mentira compulsiva: El acosador miente de manera continua. Modifica la visión de su vida, con el fin de que se interprete la realidad, viéndose a él como víctima, queriendo recibir halagos y apoyos por el resto.
- Habilidad retorica: Su discurso es moralizante y tienen muchas habilidades para convencer, aunque suele ser muy abstracto.
- Habilidades de seducción: Se muestran ante los demás como personas encantadoras.
- Envidia: El acosador siente una envidia intensa ante las personas que poseen cosas o características que ellos no poseen. Estas personas, además, les muestran sus propias carencias, lo que despierta su odio y su necesidad de destruir.
- Premeditación: El acosador no hostiga de forma aleatoria, sino que todo el proceso de acoso ha sido estudiado, buscando a la víctima y manipulando el entorno.
El acosador, el hostigador en el trabajo es una persona peligrosa, pues una vez que destruya a la víctima buscará otra con el mismo fin.