Elegí la pediatría como especialidad porque aúna mis dos grandes pasiones: la medicina y los niños. En diciembre de 2013, fui madre por primera vez. La maternidad revolucionó mi vida y me hizo ver la realidad de una pediatría que no se aprende en los libros. La necesidad de ofrecer una atención integral al niño pero también a sus familias. Me di cuenta de lo difícil que es encontrar profesionales sensibilizados a las necesidades que van surgiendo como padres, ir más allá de la enfermedad y responder a las necesidades del niño, desde el nacimiento hasta el adulto joven, y a las de cada familia, porque cada ser humano es único e irrepetible.
Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para dar un mejor servicio. Las cookies no se utilizan para recoger información de carácter personal.
Si continúa navegando se considera que acepta su uso. Para más información consulte nuestra Política de cookies.Entendido