La persona acosada en el trabajo tiende a no reconocer las conductas hostigadoras que sufre como acoso laboral. Por ello, es necesario que el entorno sea consciente de las alarmas verbales que refiere la víctima y no restarle importancia a los acontecimientos que ocurren en el puesto laboral.
Cuando la persona es consciente de la situación vivida, suele reaccionar con la elección de una de las siguientes opciones:
- Denunciar
- Abandonar el puesto de trabajo
- Mantenerse en el puesto pero con baja laboral
La víctima, en dicha situación, se siente embriagada de pensamientos contrarios, por lo que una decisión impulsiva nunca será la adecuada. El primer impulso es abandonar el puesto de trabajo como escapatoria necesaria.
La ayuda necesaria de los profesionales
Por este motivo, es imprescindible la opinión de profesionales que valoren de forma objetiva su situación y que propongan un abanico de soluciones personalizadas.
La víctima de acoso laboral, en la etapa en la que se percata de la situación hostigadora vivida, debe guardar los mensajes que le hayan emitido, grabar situaciones donde se desarrolla el hostigamiento, etc., puesto que esto será beneficioso si decide emprender acciones legales.
Al haberse producido un acoso reiterado y prolongado en el tiempo, la persona puede llegar a olvidar ciertas situaciones de manera adaptativa, pues desea disminuir la ansiedad. Por esta razón, una herramienta valiosa es crear un calendario con anotaciones que ayuden a no olvidar muchas de las situaciones vividas.
Una posible solución es extinguir el contrato de trabajo y solicitar la indemnización por despido, así como por los daños morales y físicos sufridos
Una posible solución podría ser extinguir el contrato de trabajo y solicitar la indemnización que correspondería por despido, así como por los daños morales y físicos sufridos.
Es evidente que sufrir acoso laboral genera un sinfín de consecuencias negativas a nivel social, emocional y físico, por lo que es necesario que la víctima acuda al médico que valorará la sintomatología física que le genera malestar.
Dicho médico, seguramente, no encuentre una causa física a las dolencias, por lo que remitirá a psicología. En el área de psicología, detectarán la ansiedad y la sintomatología por lo que expondrán distintas herramientas terapéuticas que palien el malestar que presenta la víctima.
Informe Pericial Psicológico
Por su parte, los letrados irán valorando la herramienta jurídica más adecuada para llevar el caso y podrán documentarlo con un Informe Pericial Psicológico que desarrolle la causalidad del acoso sufrido con la sintomatología que se presenta.
Todo este procedimiento se podría omitir si se diesen unas medidas de prevención dentro de la empresa. Si se fomenta el apoyo entre los empleados y se erradica la competitividad, creando objetivos específicos a los trabajadores, se reducirá el clima de malestar.
Con esto se consigue que se centren en cumplir sus objetivos y de este modo no interferir en el de los demás.
El acosador debe ser contrariado por el resto de compañeros con el fin de no fomentar el comportamiento hostigador.
Si existen conflictos laborales, sería conveniente propiciar la negociación y acuerdos que disuelvan dichos conflictos. Por su parte, el acosador debe ser contrariado por el resto de compañeros con el fin de no fomentar el comportamiento hostigador.
El comportamiento del acosador debe ser castigado, pues de otro modo no creerá que sus conductas son punibles.
En este caso, si prosigue el acoso se debe proceder al cambio del puesto laboral al acosador y nunca a la víctima, pues la persona acosadora podría pensar que ha vencido y la víctima generará mayor malestar psicológico.
Para finalizar, debemos ser conscientes de que si ha existido una situación de acoso, es porque la metodología empresarial no es la apropiada y se debe modificar la misma para que no vuelvan a producirse situaciones de hostigamiento.