La experiencia de vivir San Sebastián con los cinco sentidos. Abordamos esta ‘aventura’ con la ayuda de María José y su interesante iniciativa Los Viajes de Pepa.
Continuamos con el viaje que nos lleva a una experiencia que todas las mamás deberían realizar en algún momento de su embarazo o con sus bebés.
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La experiencia de vivir San Sebastián con los cinco sentidos
San Sebastián fue mi compañera durante tres años intensos. Allí inicié el camino a la maternidad y allí puse mis cinco sentidos.
Déjate llevar, hoy te invito a vivir una experiencia. La experiencia de sentir una ciudad como si de un bebé se tratara, la experiencia de volver a ver, oler, tocar, saborear y escuchar como si fuera la primera vez.
Ver
El azul del mar con el verde de sus montes, distintos tonos, distintos colores a lo largo del día o en cada nueva visita. Jugando a descubrir esa paleta como los ojos de un recién nacido difusos hasta pasado el tiempo.
La belleza en la barandilla de La Concha, en edificios como el Ayuntamiento, el hotel María Cristina, la Catedral del Buen Pastor o la Iglesia Santa María.
Oler
Empaparte del olor del mar en el Peine del Viento, en Ondarreta, en la Concha y la Zurriola. El respirar en el monte Ulía, en Igeldo, en Urgull…
Olores naturales como el perfume adictivo que desprende un bebé en sus primeros meses de vida, estimulando la liberación de dopamina.
Tocar
Sentarte en la hierba a contemplar la Isla de Santa Clara desde el Palacio Miramar, vivir las sensaciones táctiles que te produce el balneario de La Perla, dar vueltas al pasado en el tiovivo del parque Alderdi-Eder.
Tocar el Castillo de la Mota mientras apoyas tu cuerpo hacia una de las mejores vistas de la ciudad, como sentir la desnudez de tu cuerpo junto al suyo.
Saborear
Darte el gusto entre erizos de mar, mejillones, pimientos de guernica, gildas, antxoas, kokotxas, chipirones, txuleta, txacolís … en la parte vieja de San Sebastián, en Gros, en Amara, en Aiete, en el Antiguo…
Comer en una de las capitales gastronómicas del mundo, vivir nuevas experiencias. Y de postre, tarta de queso o queso con membrillo o teta de mamá.
Escuchar
El viento en el Paseo Nuevo, el romper de las olas, la tamborrada en fiestas, los fuegos artificiales en cada noche de su Semana Grande, la música en el festival de Jazz (Jazzaldia), la algarabía en el Festival de Cine…
Y el silencio en la madrugada. Y de nuevo los lloros, los quejidos, el regurgitar y el Silencio.
A San Sebastián tendrás que volver más veces.
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