Linnette Avendaño – Psicóloga – Desde Méxicali, Baja California, México
A Pedrita le han llamado “gorda”, a Marco le han apodado “el negro”, a Miguelito le dicen así por “bajito”, y conmigo han elegido “flaca, huesos, piernas de palo…”.
Mis compañeros siempre se las ingeniaron para ponerle un sobrenombre o mote a cuanta persona se les cruzaba en el camino. Quiero descalificar toda relación por su parte con la creatividad, pues sus intenciones nunca fueron con afán de reconocer a nadie, sino todo lo contrario, de humillarles.
A Pedrita le han llamado “gorda”, a Marco le han apodado “el negro”, a Miguelito le dicen así por “bajito”, y conmigo han elegido “flaca, huesos, piernas de palo…”
El verdadero responsable del acoso
Ahora que soy una persona adulta, reconozco que tanto mis compañeros como yo soportábamos toda clase de denominaciones a cuenta de la educación que recibimos en casa.
Por esto, responsabilizo a todos los adultos que tienen la oportunidad de criar a un niño o una niña, desde padres de familia hasta cualquier tutor en específico.
A continuación explicaré brevemente el porqué:
- Padres y/o tutores de la persona acosada: por apodar de forma “ingenua” a sus hijos y que éstos sin cuestionar nada se acostumbren a no ser llamados por sus nombres, creando confusiones en una edad determinada en relación a cómo deben de llamarlos las demás personas.. Lo que parece una complicidad bajo techo se convierte en un infierno a la hora de interactuar con otros seres fuera del hogar.
- Padres y/o tutores de personas que acosan a otras personas: el hecho de repetir constantemente lo que está “mal” en los demás, influye en que tus hijos retuerzan una realidad que solo es tuya. De manera inconsciente, crean una distorsión de cómo deben ver a los demás a través de tus creencias, tus juicios, tus ojos.
Adultos, ¿quién se esconde tras el acoso?
En otros casos, el abuso suele ser directo por parte de las personas que “crían” a otras. Me refiero a una educación inadecuada, obvia, donde los padres o tutores someten de forma directa a los infantes.
Adultos, por favor, sean conscientes de la educación que le brindan a los menores, ellos no saben lo que hacen, USTEDES SÍ.
‘Refuerzan’ en ellos su baja autoestima, rencor hacia sí mismos y otros, porque si no pueden confiar en ti, menos en los demás. Y su única forma de defenderse es actuando de forma hostil para protegerse de su medio.
Adultos, por favor, sean conscientes de la educación que le brindan a los menores, ellos no saben lo que hacen, USTEDES SÍ.
Después, esa conducta se vuelve parte de su personalidad y cuanto más años pasan, más difícil de corregir; los patrones se repiten; y hoy, día con día, los niños y las niñas están optando someter a sus pares, y por hostigarlos en redes sociales.
La presión social está subiendo de escalón y cada vez más menores están optando por quitarse la vida a causa del acoso, TU ACOSO.
“No cría más aquel que tiene muchos hijos, sino aquel que enseña cómo respetar”