ENTREVISTA / Dr. Robert Belvís / Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Dexeus, Grupo Quirónsalud
“Los abusadores sexuales no son enfermos mentales, ni en el ámbito psiquiátrico ni neurológico”
jupsin.com habla con el doctor Robert Belvís, Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Dexeus, del Grupo Quirónsalud. Para este prestigioso neurólogo «Hay cosas como el abuso sexual, que no se explican directamente a un señor con bata blanca que ves diez minutos».
Y añade: “En ocasiones, cuando un paciente nos cuenta experiencias sufridas de abuso sexual, te das cuenta de que está haciendo una auténtica catarsis, porque han podido pasar muchos años desde el suceso y ser la primera vez que habla de ello».
El doctor Belvís advierte, “al neurólogo no acuden pacientes por problemas de acoso o abuso sexual. Aquí tenemos pacientes con diversas patologías, como una migraña crónica que no responde a tratamiento farmacológico. Al indagar en el estrés es cuando salen problemas de otras épocas, como un abuso sexual sufrido en la infancia.»
La sociedad tiene que ser consciente de lo que ocurre, y también tenemos que preguntarnos qué estamos haciendo para solucionar el grave problema del abuso sexual a menores
“Los estudios realizados durante los últimos años sobre abuso sexual a menores ponen de manifiesto una realidad dolorosa y a la que es la sociedad no se enfrenta por ser un asunto tabú. El dato obtenido es tremendo, en más del 75% de los casos de abuso sexuales a menores está detrás el padre o el padrastro, o un familiar directo. En la mayoría de los casos la víctima es niña y pequeña”, explica el neurólogo del cuadro médico de Quirónsalud.
Para el doctor Robert Belvís, “estamos ante un problema de confusión mental grave de los abusadores sexuales. No son enfermos mentales, ni a nivel psiquiátrico ni a nivel neurológico. Tardaremos en sacar a la luz el asunto de los abusos sexuales a menores porque hay un tabú, estamos hablando de padres en la mayoría de los casos, de la familia. La sociedad tiene que ser consciente de lo que ocurre, y también tenemos que preguntarnos qué estamos haciendo para solucionar este grave y doloroso problema.”
Jupsin’. Doctor, ¿qué es la Neurología?
Dr. Robert Belvis. La Neurología es la ciencia o la especialidad de la medicina que estudia las enfermedades y lesiones del sistema nervioso central y periférico. Es decir, el cerebro, la medula espinal y los nervios.
In’. ¿Existe una conexión entre el sistema nervioso y el acoso sexual?
Dr. No nos confundamos, al neurólogo no acuden pacientes por problema de acoso o abuso sexual. Aquí tenemos pacientes con diversas patologías, como una migraña crónica que no responde a tratamiento farmacológico. Al indagar en el estrés es cuando pueden sallir problemas de otras épocas, como el abuso sexual sufrido en la infancia, por ejemplo. Y a partir de ahí es como lo abordamos.
En primer lugar, tengo que de decirle que diversos estudios que se han realizado desde hace una década nos han mostrado que no cualquier persona que ha sufrido un abuso sexual en la infancia va a desarrollar lo que se llama un síndrome postraumático en forma de diversas enfermedades que pueden empeorar en la fase adulta.
¿Quiénes son esos niños que van a desarrollar algún problema en la edad adulta? No lo sabemos, pero lo que sí se sabe es que cuando el abuso sexual ocurre en edades tempranas, el cerebro en lo que respecta al número de neuronas ya está conformado (porque todos nacemos con un grupo de neuronas finito), pero no sus conexiones que se forman durante la infancia.
En ese periodo, si sucede cualquier evento vital muy grave, esas conexiones pueden producirse de forma errónea y aparecer circuitos anormales; esto puede originar un síndrome postraumático.
In’. ¿Y existe relación entre patologías en edad adulto y el abuso sexual en la niñez?
Dr. Podemos afirmar que las personas que han sufrido abusos sexuales en la infancia tienen menor tolerancia al dolor, e incluso padecen más el dolor. Estudios fiables sobre una muestra próxima a 50.000 personas han demostrado que el antecedente de abuso sexual en la infancia se asocia a mayor riesgo de desarrollar dolor de cabeza en la edad adulta, concretamente migraña crónica, o mayor riesgo de asma, o de infarto de miocardio, o de ictus.
Los abusos sexuales no sólo pueden ocasionar problemas mentales en la vida adulta, que es lo que podemos esperar como en cualquier otro síndrome postraumático (vas a una guerra, ves imágenes atroces y años después sigues viéndolas y teniendo pesadillas, depresión, ansiedad). Un síndrome postraumático en edad infantil puede producir problemas de otro tipo, más orgánicos y menos mentales, como son migraña, asma, infarto de miocardio, ictus, etc.
También diversos estudios realizados desde hace años hablan de que a edad adulta hay mayor riesgo de suicido, de comportamientos poco sociales como puede ser alcoholismo, drogadicción, criminalidad en personas que han sufrido abusos de niños.
En la época ‘freudiana’ había un concepto que ahora se usa menos que es el de la revictimización, cómo las personas que han sufrido un accidente de tráfico por ejemplo y sufrido un shock, a los cinco años con un frenazo de un camión pueden volver a revivir todo. En ese momento están en riesgo de sufrir un ictus, ataque cardiaco, etc.
Lo que si es llamativo es que evidentemente no les pasa a todas las personas que sufren un evento vital muy grave. Se está investigando. Veremos. Las personas que sufren este cuadro postraumático años después de haber tenido el evento que les ha estresado podrían tener alguna variante genética que les confiera este riesgo. Se cree que tienen una genética diferente en el sistema de regulación de la cortisona. Lo que está claro es que no todos los soldados que vienen de la guerra tienen un síndrome postraumático, aunque el porcentaje es elevado, de un 40% en los veteranos estadounidenses de la guerra de Irak.
In’. ¿Y que ocurre con el abusador?
Dr. En cuanto al abusador no hay ningún tema neurológico. De hecho, desde el punto psiquiátrico se ha intentado ver si había una personalidad premórbida, gente con algún trastorno psiquiátrico mental de personalidad y no se ha encontrado nada. Creemos que son personas, que por alguna etapa vulnerable de su vida, malinterpretan lo que es la autoridad y lo que es el placer sexual. Es posible que también presenten alguna variante genética que les predisponga.
Unos son abusadores una vez en la vida y otros tienen esta autoridad sobre el niño en forma de los galones de padre, entrenador y la van a ejercer cuando a ellos les apetezca. Pero aquí no hay ningún tipo de patología previa. No son personas psicópatas, paranoides, esquizofrénicos. Los abusadores no son enfermos mentales, ni desde el punto de vista psiquiátrico ni neurológico. Son personas normales que en un momento presentan esta confusión y se aprovechan de un menor y saben que se están aprovechando.
En España se han realizado dos estudios fiables (Ministerio de Asuntos Sociales 1997 y Universidad de Barcelona 2008) y la tasa de abusos sexuales estaban entre el 18-23%. Estamos cerca de los escalofriantes datos de Estados Unidos
Casi siempre son niñas, y no hablamos de niñas con un cuerpo formado y que pueda ser deseable para la gran mayoría de los hombres. Ojo, estamos hablando de niños pequeños, de ocho, nueve, diez años. Ahí no hay nada que sea erógeno para la mayoría de los hombres y por lo tanto hay una desviación de lo que es el deseo sexual y de contención de la libido. Pero repito, no hay nada premórbido. Estrictamente, no podemos llamarlos enfermos.
También Hay estudios que demuestran que no hay más abusos sexuales en ambientes económicos alto que bajos, en negros que en blancos. El abuso sexual puede ocurrir en cualquier estamento social, religioso, etc. El desenmascaramiento del abusador suele ser una sorpresa. Es ese padre, ese familiar que parece ejemplar… Lo que se produce, repito, es una degeneración desde el punto de vista mental de confundir autoridad, libido, deseo.
Esto ha pasado en todas las épocas, en todos los ambientes, rurales urbanos. El abusador es una persona que confunde muchas cosas. Son personas que tampoco tienen un comportamiento sexual atípico. Son personas que tienen su relación normal con su cónyuge, por ejemplo.
Cuando hablamos de abuso no hablamos de pederastas ni de ciberacosadores. Abuso es una palabra que no es médica, está en el Código Penal español y europeo. En el abuso a menores hay una relación de autoridad o una relación de parentesco en la cual el abusador se basa para obtener placer sexual de cualquier manera. Cuando hablamos de pederastia estamos hablando de degeneración, perversión sexual, es otra cosa.
El abuso es mucho más frecuente de lo que parece. En España se han realizado dos estudios fiables sobre este asunto (uno del Ministerio de Asuntos Sociales en 1997 y otro de la Universidad de Barcelona en 2008) y la tasa de abusos sexuales que ofrecía era entre el 18-23%. Aunque nos cueste creerlo, estamos cerca de los escalofriantes datos de Estados Unidos.
In’. ¿Qué sucede en el acoso laboral?
Dr. Aquí entramos en la esfera mental y sus patologías. Si tienes una patología en el momento en que sufres mobbing, esa patología puede acrecentarse. Si eres bronquítico, puedes tener más crisis de bronquitis cuando sufres acoso laboral. A estas edades, es difícil que aparezcan nuevas enfermedades por culpa de un proceso postraumático. Tendremos problemas mentales como ansiedad, depresión, insomnio, irritabilidad, trastornos de la conducta.
En los abusos en la infancia, hablamos de cuando el cerebro se está formando en edad infantil. Ahí, cualquier evento vital muy grave en el niño va a originar lo mismo. Un niño que a la edad de 8 años ha visto morir a sus padres en un accidente de coche, va a experimentar exactamente el mismo proceso que experimenta un niño que ha sufrido abusos pero con matices.
El soldado que va a la guerra puede presentar un síndrome postraumático (por primera vez se habló de este síndrome en la Guerra de Vietnam). El síntoma más frecuente de estos soldados no es ansiedad, ni insomnio, ni depresión… es dolor de cabeza. Hay estudios recientes con soldados que han ido a la guerra de Irak o Afganistán que corroboran esto. Estos soldados tienen esa vivencia a una edad de entre 20 y 30 años en la que el cerebro ya está conformado, ya tienes los circuitos neuronales hechos.
El problema es cuando te pasa en la infancia y no tienes estos circuitos neuronales hechos y por lo tanto las áreas de dolor pueden quedar alteradas. Estudios iniciales, y hay que decirlo con mucha prudencia, demuestran que las resonancias cerebrales de niños que han sufrido abuso sexual mantenido en el tiempo (más de un año), presentan unas áreas de menor tamaño que los niños que no sufren abuso sexual. Se trata de áreas relacionadas con el circuito neuronal del dolor: hipocampo, amígdala, córtex cingular, área prefrontal, cuerpo calloso… Probablemente, las desarrollan de forma anómala. No hay ninguna lesión, hablamos de trastornos del desarrollo. Una persona con abuso sexual en la infancia no presenta ninguna lesión cerebral, pero esas áreas se desarrollan de forma diferente. Se percibe cierta atrofia, la corteza cerebral suele ser más pequeña de lo que corresponde.
En los años 50, uno de los padres de la Psiquiatría moderna, Engel, ya decía que las personas con abusos sexuales en la infancia eran más propensas a sufrir el dolor de forma más intensa en edad adulta. Estudios diversos han demostrado que si a estas personas les haces el test de la pinza del dolor (es un test en el que con una pinza vas cogiendo un pellizco en la piel del brazo, apretando), lo aguantan menos que otra persona. Las personas que han sufrido abusos sexuales en la infancia se quejan antes, tienen menos tolerancia al dolor.
En el asunto del bullying o acoso escolar todavía no hay estudios de resonancia ni estudios experimentales de dolor en niños que lo hayan sufrido.
En más del 75% de los casos de abuso sexuales a menores está detrás el padre o el padrastro, o un familiar directo. En la mayoría de los casos la víctima es niña y pequeña
In. ¿Podemos hablar de prevención en cuanto al sistema nervioso?
Dr. Al sistema nervioso hay que darle recursos y se le puede reeducar, resetear, como se dice ahora. Esto lo hacen lo psicólogos de unidades específicas. Aquí en Cataluña contamos con la Fundación sin ánimo de lucro Vicky Bernadet, con psicólogos especializados en el tratamiento de personas que han sufrido abuso sexual, tanto a niños como adultos.
Un niño que ve un accidente de tráfico con muertos, sangre… ese niño nunca va a tener un sentimiento de culpa por ese suceso. Sin embargo, un niño que ha sufrido un abuso sexual no solamente siente traicionada una confianza extrema en un adulto (casi siempre entorno próximo, más del 75% es la figura del padre o padrastro). Y cuando el niño lo cuenta también hay un tema de culpabilidad, una culpabilidad que le ha transferido el acosador (esto no se lo digas a nadie porque dejaremos de ser amigos). El psicólogo tiene que trabajar la confianza en los adultos, la culpabilidad… Es necesario contar con la labor de un psicólogo muy especializado.
In’. ¿Qué recomienda a las personas que han sufrido abuso sexual?
Dr. Cualquier persona que ha sufrido un abuso sexual en la infancia lo recomendable es que lo comente con su familia directa, con su pareja actual. Y si tiene cualquier sintomatología debe comentárselo al médico de familia (cada vez están ayudando más a los pacientes en estos asuntos, acoso laboral, acoso escolar, abuso sexual). Y para los niños, buscar la ayuda del pediatra y de los cuerpos de seguridad del Estado.
En cuanto a los padres, la recomendación es que indaguen y sobre todo que hablen con los niños. Los niños tienen que saber qué hacer, tanto en la vida real como en Internet. No es tanto una cuestión de educación sino de recuperar la relación de los padres con los hijos. Hablar, hablar, hablar.
También hay que estar pendientes de los síntomas, niños que se muerden las uñas hasta llegar a la carne, se autolesionan. Cuidado con estas cosas. Niños que dibujan ciertas cosas. Los niños se expresan de diferentes formas para decir que algo no va bien. Estar atento a cualquier cambio de comportamiento y hablar. Y acudir al psicólogo y al pediatra. Los psicólogos saben sacar estos temas mejor que los padres. Una vez ha emergido el tema, denunciar.