Al hablar de acoso escolar o bullying, podemos pensar en la figura del acosador como una persona que carece de empatía hacia sus compañeros. Y suele ser más sencillo identificarlo por su conducta agresiva y poco tolerante. Además, su sola presencia puede generar temor hacia los demás.
La víctima de acoso escolar pareciera ser un testigo silencioso. Existe y sufre daño, pero en muchas situaciones pasa desapercibida
Pero ¿quiénes son sus víctimas? De acuerdo con algunas manifestaciones de la criminología y victimología, se considera que la víctima y su victimario (agresor) tienen ciertas similitudes o características que harán que la conducta se desarrolle.
La víctima en el acoso escolar pareciera ser un testigo silencioso. Sabemos que existe y que sufre un daño, pero en muchas situaciones pasa desapercibida.
El miedo de la víctima de acoso escolar
Una de las razones principales es el miedo que se tiene al agresor, visto como un ser superior en fuerza, incluso en inteligencia, y que es temido por la mayoría de la comunidad estudiantil. Pero es evidente que, el miedo de la víctima aumentará el “poder” de su agresor. Este miedo le impide hablar porque se siente intimidado.
Los acosados generalmente suelen ser personas temerosas e inseguras, que viven amenazadas por su acosador, “creen” que no tienen a nadie a quien recurrir en busca de ayuda o simplemente alguien que los oriente, situación que se torna complicada y de difícil salida. Pero también podemos identificar diferentes tipos de víctimas en el acoso escolar.
El perfil de la víctima de acoso escolar
Se pueden destacar dos perfiles de la víctima. Una de ellas se caracteriza por ser personas inseguras, temerosas, con baja autoestima que, en ciertas ocasiones, puede ser consecuencia de sufrir alguna discapacidad física, problemas de aprendizaje o pertenecer a un grupo étnico, religión u estatus social distinta al agresor, convirtiéndose en motivo de discriminación y burlas.
Estas víctimas no presentan indicios de defensa; es decir, no se defienden de las agresiones.
El acosador identificará a su víctima, a aquellas personas que para él visualice como las más débiles física y emocionalmente
Otras víctimas que podemos identificar son aquellas que suelen instigar o desafiar a su agresor, para posterior adoptar el rol de víctima, ¿podríamos decir que es una víctima provocadora?
La provocación puede comenzar como un simple juego, que puede terminar en graves daños físicos y psicológicos.
El acosador identificará a su víctima, a aquellas personas que para él visualice como el más débil física y emocionalmente.
Baja autoestima
El acosado padece una baja autoestima, son ansiosos y al ser acosados por compañeros, su estado de ansiedad se ve en aumento, al grado de manifestarse síntomas físicos como dolor de estómago, tensión muscular, problemas para concentrarse, siendo demasiado sensible, por lo que esto les afecta más en su convivencia social.
Quienes sufren el acoso escolar, generalmente, son alumnos solitarios, se aíslan del resto de la comunidad estudiantil debido a la inseguridad, miedo y desconfianza que han experimentado en su pasado o lo están viviendo en su entorno familiar y escolar. También es importante destacar que, los acosadores pueden ser víctimas de agresiones en su familia.
Identificar patrones de conducta que estén poniendo en riesgo la integridad física y emocional de los alumnos, es una labor no solo de los docentes, también de los padres y especialistas
Identificación, prevención y tratamiento
Identificar los perfiles de la víctima y agresor, nos dará parámetros para la prevención y atención de los involucrados, y que la escuela proponga estrategias para combatir el acoso escolar.
Sin olvidar que la prevención e identificación de esta problemática también recae en los padres, quienes deberán enseñar a los hijos a establecer límites, forjar su autoestima que les ayude a decir NO, mejorando su confianza para decir BASTA a las conductas u hechos que les molesten o estén haciendo daño.
Identificar patrones de conducta que estén poniendo en riesgo la integridad física y emocional de los alumnos, es una labor no solo de los docentes, también de los padres de familia y especialistas. Sin lugar a duda, debe ser una labor conjunta de identificación, prevención y tratamiento.
GERMAN A MIRANDA
11 de abril de 2019 at 12:16
Buenas Días
Estoy interesado en referenciarte en un articulo que estoy escribiendo sobre acoso escolar, pero no encuentro por ningún lado la fecha en que fue escrito el tuyo, y las Normas APA me la exigen, ¿me la podrías proporcionar?
Un Saludo,