Coaching Caballos

De la empatía al compromiso

Capítulo 6 del programa

“El proceso de identificación con las cualidades de los caballos es fascinante porque genera deseo de cambio”

 
«Gran parte de lo que se descubre de uno mismo en un proceso de coaching o terapia asistida con caballos, especialmente cuando se ha sufrido acoso, maltrato, etcétera, es la capacidad para comprometerse con los demás y el escaso hábito de auto-compromiso, e incluso de auto-empatía».

«En el caso de personas que han abusado de otras en cualquier forma, lo que yo he observado hasta la fecha durante las interacciones con los caballos, es un compromiso tan alto consigo mismos que el otro desaparece».

«Esto es especialmente interesante en las situaciones de maltrato sutil y continuado, que es tan difícil de detectar pero a la larga puede provocar daños letales».

Programa para la Superación del Acoso en Intervención Asistida con Caballos – Una iniciativa de Olga Casado jupsin.com

  • Con caballos como el noble y fuerte Farid, te presentamos una nueva forma de ayuda en procesos de recuperación de víctimas de acosoabuso psico-emocional y maltrato.

  • Cada mes, en jupsin.com, publicamos un nuevo capítulo, que incluye un texto con la explicación del programa a cargo de la coach Olga Casado y un video explicativo en alta calidad grabado en La Finca Las Suertes (El Escorial) y elaborado por Producciones Mala-Mala.


Capítulo 6 del Programa | De la empatía al compromiso

“El proceso de identificación con las cualidades de los caballos es fascinante porque genera deseo de cambio” 

Al trabajar con caballos aprendemos a ver las cosas desde ángulos muy diferentes a los que estamos habituados. Pero la mejor contribución a nuestro aprendizaje sucede observando su vida en manada y poniendo nuestra intención en comprender y adaptar lo que nos muestran a nuestro día a día.

La mejor contribución a nuestro aprendizaje sucede observando su vida en manada y poniendo nuestra intención en comprender y adaptar lo que nos muestran a nuestro día a día

Los caballos no serán nunca depredadores y nosotros no podemos evitar que esta genética sea parte de nosotros. Aun sintiéndonos tan dóciles como corderillos, la sangre del cazador está en nuestras venas.

Quien dice “cazador” puede igualmente decir “conquistador”, “emprendedor” o “buscador de tesoros”.

Nos parece curioso pensar que la programación genética de los caballos jamás los impulsa “a la caza de nada” o en pos de nada que suponga derrochar su energía.

Bueno, sí, cualquier caballo macho y adulto irá a buscar a la yegua. Pero más allá de eso, no hay nada que los motive lo suficiente para salir galopando detrás de ello hasta que uno de los dos, la conquista o el agotamiento, se imponga.

Cuando los caballos corren en la hierba del hipódromo, lo hacen porque reciben presión, no porque disfruten corriendo más que el caballo de al lado. Ni porque les encante la idea de llevar encima a un experimentado jinete.

Esa presión se mantiene hasta que el caballo hace lo que le pedimos, lo cual para ellos significa que correr es quedar libre de la presión que los incomoda, o a veces incluso les produce dolor.

De la empatía al compromiso

La empatía nos permite entender el dolor, incomodidad o ansiedad del animal. El compromiso con estas emociones que experimenta el caballo quizá nos llevaría a soltar para siempre la fusta y las riendas y dejarlo libre pastando en un prado.

En realidad, no es necesario ser tan extremos. Lo que quiero poner de manifiesto es que no hay compromiso claro si no hay una acción en una dirección concreta.

Lo que se descubre de uno mismo en la terapia asistida con caballos es la capacidad para comprometerse con los demás y el escaso hábito de auto-compromiso y auto-empatía

Gran parte de lo que se descubre de uno mismo en un proceso de coaching o terapia asistida con caballos -especialmente cuando se ha sufrido acoso, maltrato, etcétera- es la capacidad para comprometerse con los demás y el escaso hábito de auto-compromiso, e incluso de auto-empatía.

A muchos nos parece egoísta mirar por nosotros mismos sin que esto nos genere cierto sentimiento de culpa, y a la contra suele parecernos natural, correcto, generoso, o responsable, mirar por los demás.

En el caso de personas que han abusado de otras en cualquier forma, lo que yo he observado hasta la fecha durante las interacciones con los caballos, es un compromiso tan alto consigo mismos que el otro desaparece. Esto es especialmente interesante en las situaciones de maltrato sutil y continuado, que es tan difícil de detectar pero a la larga puede provocar daños letales.

«Al ser individuos co-dependientes de la manada, los caballos participan activamente en tareas que ofrecen bienestar mutuo, o bienestar al grupo».

La observación de los caballos nos habla de equilibrio en el recibir y el dar, en el escuchar y atender de manera empática, y nos permite poner en marcha las acciones que son necesarias. Pero, ¿necesarias para qué o para quién?

La respuesta es necesarias para el bienestar de todos, como decíamos en el capítulo anterior,  titulado “Empatía animal: Un camino para ser más humanos”.

Al ser individuos co-dependientes de la manada, los caballos participan activamente en tareas que ofrecen bienestar mutuo, o bienestar al grupo.

La arrogancia del “yo” y el miedo a ser “yo” son en mi opinión idénticos enemigos del bienestar común

Es habitual observar interacciones en las que dos individuos de la manada se mordisquean mutuamente con una función de acicalamiento. Este tipo de interacción favorece las relaciones de amistad en el grupo.

Nosotros empleamos mucho más tiempo “yendo a la caza de cosas” o cubriendo las necesidades que nos son impuestas, que dedicándonos a conocernos bien, a escucharnos mutuamente, a entendernos, y después a coordinarnos para trabajar juntos en aras de algo común.

La arrogancia del “yo” y el miedo a ser “yo” son en mi opinión idénticos enemigos del bienestar común. Y por ende del auténtico bienestar individual, que no es posible sin el reconocimiento del grupo y sentimiento de pertenencia al grupo.



El reconocimiento del grupo

Cuando una yegua regaña a los potrillos de la manada aunque estos no sean sus crías, la madre se despreocupa y continúa pastando.

Como explica Tzvetan Todorov, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2008, el reconocimiento está imbricado en nuestra naturaleza social

Lejos de generar ningún enfrentamiento entre ambas yeguas, esta confianza en los demás y en el grupo genera relaciones más estrechas y mayor sincronicidad en el conjunto de la manada.

Ofrece sensación de seguridad, beneficio mutuo y pertenencia. La cuestión para los caballos es que juntos son más eficaces y viven mejor.

De este modo, se otorgan una forma de reconocimiento en tanto delegan en la sabiduría, la fuerza, o la habilidad para encontrar agua de cualquiera de los miembros del grupo que ofrezca sus cualidades al resto.

Todos necesitamos reconocimiento. Como explica Tzvetan Todorov, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2008, el reconocimiento es algo que está imbricado en nuestra naturaleza social.

La importancia del reconocimiento

Existimos realmente al existir en los otros. Por eso las situaciones de maltrato, cuando uno ha depositado su confianza y expectativas de unión y/o sinergia en otra persona o grupo de personas, son tan destructivas y a un nivel tan profundo.

Negarle a otro ser humano el reconocimiento de sus cualidades, de sus emociones, de sus necesidades o intereses, es provocarle una herida.

Negarle a otro ser humano el reconocimiento de sus cualidades, de sus emociones, de sus necesidades o intereses, es provocarle una herida

No se puede sentir y demostrar empatía sin estar dispuesto a ofrecer reconocimiento a la otra persona. Ese reconocimiento empodera, porque distingue a la persona entre los demás por sus características, sentimientos o habilidades.

Muchas personas vienen a una sesión de coaching con caballos para recuperar ese reconocimiento hacia sí mismos.

Esperan que el reconocimiento proceda del exterior y terminan descubriendo que su valor es incuestionable y que son ellos mismos quienes tienen la llave para accionar ese valor y desarrollar grandes cosas a partir de ahí.

A veces estas personas han ejercido abuso o maltrato hacia sus parejas, hijos o empleados y llegan con el ánimo destruido y una autoimagen muy baja.

A través de la interacción con los caballos se van logrando retos que uno no imaginaba. A la vez, uno va descubriendo el espíritu noble y sencillo de estos animales, y puede ver reflejadas en ellos cualidades que también identifica en sí mismo o que le gustaría desarrollar.

El proceso de identificación con las cualidades ejemplares de los caballos es fascinante porque genera deseo de cambio. Ese deseo es el motor de transformación.


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