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Vecinos intolerantes y acosadores
La intolerancia y la falta de respeto son características comunes de aquellos vecinos que presentan una manera de comportarse y de expresarse totalmente impropias de una sociedad moderna. Los vecinos que acosan tienden a pensar de manera rígida y no concebir otro pensamiento. Atacan de manera directa a otro vecino, sin sentir que se estén equivocando. Las maneras de comportamiento pueden llegar a ser muy diversas, aunque se suelen producir amenazas o daños en materiales del vecino acosado, puerta de la vivienda, vehículo…
Cuando te tocan vecinos intolerantes y acosadores – Por Rocío Gavilán y Paloma López – Psicólogas Forenses – Psicología Velázquez – Especial para jupsin.com
- La intolerancia y la falta de respeto son características comunes de aquellos vecinos que presentan una manera de comportarse y de expresarse totalmente impropias de una sociedad moderna.
- Las conductas reiteradas de acoso generan una serie de consecuencias psicológicas relevantes, como por ejemplo, la tensión continua al estar en su domicilio, donde generalmente, se entiende y se reconoce como la zona de confort y tranquilidad.
En general, tendemos a quejarnos de nuestros vecinos por el ruido, las fiestas… aunque puede existir un problema mayor, ser víctimas de acoso.
Estas situaciones de acoso comienzan debido a la existencia de múltiples maneras de pensar. Si alguno de esos pensamientos bloquea o afecta a algún vecino, puede que adquiera una actitud defensiva y hostigadora.
Vecinos intolerantes y acosadores
La intolerancia y la falta de respeto son características comunes de aquellos vecinos que presentan una manera de comportarse y de expresarse totalmente impropias de una sociedad moderna.
Los vecinos que acosan piensan de manera rígida y no conciben otro pensamiento distinto del suyo
Los vecinos que acosan tienden a pensar de manera rígida y no concebir otro pensamiento distinto del suyo. Atacan de manera directa a otro vecino, sin sentir que se estén equivocando.
Las maneras de comportamiento pueden llegar a ser muy diversas, aunque se suelen producir amenazas o en su defecto daños en materiales del vecino acosado, como la puerta de la vivienda o el vehículo.
Odio, inquina, trastorno de personalidad
Las personas que actúan de manera poco cívica expresan su malestar ejerciendo un mal al ajeno, externalizando odio e inquina, e incluso pueden llegar a tener un tipo de trastorno de la personalidad. Los comportamientos que realizan, tienen como objetivo, en algunos casos, que la víctima ceda y doblegar su voluntad.
Las personas que actúan de manera poco cívica expresan su malestar ejerciendo un mal al ajeno, externalizando odio e inquina
Las conductas reiteradas de acoso generan una serie de consecuencias psicológicas relevantes, como por ejemplo, la tensión continua al estar en su domicilio, donde generalmente, se entiende y se reconoce como la zona de confort y tranquilidad.
Esa tensión se esclarece durante el sueño provocando problemas de insomnio. El pensamiento reiterado, sobre qué será lo siguiente que haga o cómo puedo parar este sufrimiento, aparecen durante la noche.
En cuanto a las reuniones de vecinos, tienden a evitarlas para no encontrarse con el acosador. En muchas ocasione, las actitudes son tan sutiles que no puede conocerse la autoría de los hechos, puesto que no hay cámaras, ni testigos que puedan corroborar la actuación, en algunos casos delictiva.
Por otro lado, el hecho de coger la correspondencia del buzón, provoca grandes síntomas ansiosos que influyen es su vida cotidiana, paliándose su capacidad de concentración e influyendo en su puesto laboral y familiar.
Salud física y emociona de la víctima
El miedo se apropia del comportamiento de la víctima que intenta controlar todas las situaciones dentro de su domicilio
La salud física y emocional de la víctima se ve mermada y en un principio no se vincula a la situación de acoso.
El malestar que experimenta la víctima suele relacionarse por ésta con problemas físicos, por lo que suele hacerse pruebas médicas. También suele relacionarse con estrés por el trabajo.
El miedo se apropia del comportamiento de la víctima, intentando controlar todas las situaciones dentro de su domicilio, lo que ocasiona que no tenga libertad en su vida cotidiana por miedo a represalias.
En definitiva, este tipo de acoso provoca una angustia continua en la víctima, aumentando los niveles de hipervigilancia, pues no conoce cuándo el hostigador volverá a acosar u hostigar. Esta situación, reiterada, podrá propiciar que la víctima abandone su domicilio y busque otro donde residir.