En sus Manos
Implante coclear y acoso escolar
El acoso escolar, que afecta a un número cada vez mayor de niñas/os y adolescentes, resulta especialmente preocupante en determinados colectivos con algún tipo de rasgo o característica especial, que no siempre son acogidos en el seno de una sociedad excluyente todavía y reacia a aceptar las diferencias individuales, especialmente cuando se trata de menores. Es el caso de las niñas y niños, jóvenes y adolescentes implantados cocleares, que más allá de sus dificultades auditivas, a menudo se ven obligados a sufrir exclusión social o a soportar las mofas, insultos o la discriminación de sus compañeras/os.
El acoso escolar en implantados cocleares – Estudio pionero de la Asociación de Implantados Cocleares de España (AICE) – Antonio Real Boubieta y Laia Zamora Ambat
- El objetivo del estudio es favorecer un mejor conocimiento de la problemática del acoso escolar y el ciberacoso entre los niños y adolescentes implantados cocleares.
- Respecto a los posibles motivos de acoso la respuesta más frecuente era «por el hecho de llevar algo que los demás no llevan (implante/audífono), seguida de las dificultades para hacerse entender…»
- Implante coclear, hipoacusia y comunicación
El acoso escolar constituye una de las principales lacras que a día de hoy persisten en nuestra sociedad y a la que debemos hacer frente tanto en el ámbito familiar como asociaciones y Administración. Lamentablemente, el Bullying está presente en todo el mundo y en todos los extractos sociodemográficos.
Por otra parte, el uso globalizado de Internet y las denominadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), junto al acceso cada vez más temprano de los menores a dispositivos móviles y redes sociales no ha hecho más que complicar más la situación, dando lugar a la aparición de un nuevo fenómeno, el denominado Cyberbullying, que ha adquirido incluso estatus de delito.
Más allá de la respuesta institucional, tardía e ineficaz, es necesario articular estrategias de prevención ante un problema creciente y del que sabemos relativamente poco
Ambos fenómenos, acoso escolar tradicional y ciberacoso, vienen suscitando una preocupación social cada vez mayor, no sólo por el aumento paulatino de las cifras de prevalencia, sino también por la gravedad de los correlatos que la investigación les sueles atribuir, tales como la aparición de sintomatología depresiva e ideación suicida, advertidas en no pocas ocasiones por la propia Organización Mundial de la Salud.
Como consecuencia de todo ello, la lucha contra el Bullying se ha convertido a día de hoy en uno de los principales ejes de las políticas públicas, tanto a nivel educativo como socio-sanitario.
Pero más allá de la respuesta institucional (que a menudo resulta tardía e ineficaz), es necesario articular estrategias de prevención capaces de atenuar un problema creciente y del que seguimos sabiendo relativamente poco.
Implantados cocleares, colectivo vulnerable
Toda esta problemática que la evidencia científica indica que afecta a un número cada vez mayor de niñas/os y adolescentes, resulta especialmente preocupante en determinados colectivos con algún tipo de rasgo o característica especial, que no siempre son acogidos en el seno de una sociedad excluyente todavía y reacia a aceptar las diferencias individuales, especialmente cuando se trata de menores.
Para AICE es fundamental conocer de primera manos qué es lo que está sucediendo con el acoso escolar en nuestro colectivo, con datos objetivos de los propios menores y sus familias
Es el caso de las niñas y niños, jóvenes y adolescentes implantados cocleares, que más allá de sus dificultades auditivas, a menudo se ven obligados a sufrir exclusión social o a soportar las mofas, insultos o la discriminación de sus compañeras/os.
Resulta curioso comprobar la escasez de estudios científicos centrados especialmente en este colectivo. Cada vez son más los testimonios, consultas y peticiones de ayuda que llegan a asociaciones como la nuestra, pero hasta hoy no ha sido publicado en España ningún estudio contrastado sobre el acoso escolar y el ciberacoso en implantados cocleares.
Desde AICE consideramos fundamental conocer de primera manos qué es lo que está sucediendo con el acoso escolar en nuestro colectivo, con datos objetivos obtenidos directamente de los propios menores y sus familias.
Este es un paso obligatorio para alcanzar a comprender sus dificultades y brindarle el apoyo que necesitan. Un estudio de esta naturaleza supone disponer de una base de conocimiento amplia y rigurosa sobre la que construir una buena política de prevención y, por qué no, con la que poder instar también a las administraciones y a la sociedad en su conjunto a tomar las medidas oportunas.
Estudio ambicioso y pionero
Por todo ello, desde AICE nos propusimos llevar a cabo un estudio ambicioso y pionero, de la mano de la Asociación No al Acoso Escolar (referencia en España en la lucha contra el acoso) y de la Universidad de Santiago de Compostela, que cuenta con algunos de los más reputados investigadores en el ámbito de la adolescencia, el acoso escolar y el ciberacoso.
El objetivo del estudio es favorecer un mejor conocimiento de la problemática del acoso escolar y el ciberacoso entre los niños y adolescentes implantados cocleares
Creemos que la combinación de ambos enfoques (el científico y el aplicado) y la colaboración generosa de las tres instituciones constituyen una fórmula idónea para conseguir que los resultados sean realmente rigurosos y, al miso tiempo, útiles para el futuro inmediato.
Como ya se ha señalado, el objetivo primordial por el que pusimos en marcha el estudio no era otro que favorecer un mejor conocimiento de la problemática que supone a día de hoy el acoso escolar y el ciberacoso entre las/os niñas/niños y adolescentes implantados cocleares, con la única intención de brindarles la mejor ayuda posible, tanto a ellas/os como a sus familias.
Su realización nos hace estar mejor preparados para ello. La cantidad y calidad de la información recogida permite, en primer lugar, estimar (mediante la utilización de instrumentos de screening contrastados a nivel internacional) la prevalencia tanto de acoso escolar como de ciberacoso entre niñas/os y adolescentes implantados cocleares en España.
En segundo lugar, nos ha permitido también caracterizar el problema del acoso en este colectivo. Más allá de las cifras de prevalencia sabemos ya cómo es vivenciado por las propias víctimas y por sus familias, las diferentes conductas o modalidades de acoso sufridas, cómo y dónde suelen producirse, cómo suelen gestionar el problema, con qué respuesta suelen gestionar el problema, con qué respuestas suelen encontrarse y cuáles son sus dificultades o principales necesidades.
Se estima la prevalencia de acoso escolar entre la población infanto-juvenil de implantados cocleares en un 23,5% (10,8% de forma ocasional y 12,7% de forma severa)
Consecuencias del acoso
Ha sido posible también conocer algunas de las principales consecuencias del acoso y sus repercusiones a distintos niveles o facetas de la vida y, al mismo tiempo, identificar posibles claves para mejorar su prevención.
En concreto se ha estimado la prevalencia de acoso escolar entre la población infanto-juvenil de implantados cocleares de nuestro país, en un 23,5% (un 10,8% de forma ocasional y una 12,7% de forma severa), mientras que un 8,8% lo habría sido a través de internet (un 5,9% de forma ocasional y un 2,9% de forma severa).
Sin embargo, dado que el acoso escolar ha de referirse según los expertos específicamente a menores (y nos centramos únicamente en las/os adolescentes y preadolescentes de entre 11 y 17 años), la cifra de acoso asciende al 27,6% (11,3% de forma ocasional y un 16,3% de forma severa), dato que refleja con mayor propiedad el problema. Las cifras son ligeramente mayores en varones (30,9%) que en mujeres (23,7%) y en el grupo de entre 11 y 14 años, donde el 37,5% estaría sufriendo acoso escolar.
En el grupo de 15 a 17 años se observa una importante disminución (20,8%) y a partir de los 18 años se reduce al 9,1%. Ello refuerza la idea de que el acoso escolar es un problema que afecta principalmente a los grupos de menor edad (fundamentalmente en los últimos años de primaria y a lo largo de la enseñanza secundaria), pero no desaparece en la universidad.
Si combinamos sexo y edad, detectamos segmentos específicos en los que las tasas de acoso son mayores, como en los varones de entre 11 y 14 años, donde supera el 40%
Si combinamos sexo y edad, podemos detectar segmentos específicos en los que las tasas de acoso son todavía mayores, como es el caso de los varones de entre 11 y 14 años, donde la tasa supera el 40%.
Estas cifras son sensiblemente mayores que las obtenidas en España por Save the Children empleando los mismos instrumentos de evaluación, que cifraban en un 9,3% la tasa adolescente que podría estar sufriendo acoso escolar en nuestro país y en un 6,9% ciberacoso.
Comparativamente, en el caso de Bullying tradicional estaríamos hablando del triple. Algo similar podría decirse si se compara con los datos de la OCDE para España que se situaban en torno al 14%.
Conductas de acoso
El estudio, por otra parte, ha servido para comprobar que el acoso es realmente un problema instado en el día a día de nuestra sociedad y del que las/los adolescentes son conscientes.
Casi 2 de cada 3 implantados cocleares reconocen que en su centro hay algún caso de acoso escolar o ciberacoso
Casi 2 de cada 3 implantados cocleares reconocen que en su centro hay algún caso de acoso escolar o ciberacoso, lo que indica que nos encontramos ante un problema más frecuente de lo que pudiéramos pensar.
En relación a una posible caracterización del acoso, respecto al tipo de conducta de acoso sufrida, lo más habitual es el acoso verbal, fundamentalmente a través de comentarios negativos sobre la víctima (31,3%) o rumores (26,5%), seguida de insultos directos y exclusión social. El 29,4% declara haber sufrido insultos al menos una vez en los últimos dos meses y el 25,5% haber sido excluido o ignorado por sus compañeras/os.
No obstante, el 18,7% revela también haber sufrido algún tipo de agresión física (empujones, golpes…) y el 10,8% amenazas.
La pauta es muy similar en el caso del ciberacoso, aunque los porcentajes son sensiblemente inferiores. En primer lugar, se alude a los insultos (9,95) y descalificativos (10,8%) y, en segundo lugar, a la exclusión en la Red (9,8%).
La pauta es muy similar en el caso del ciberacoso, aunque los porcentajes son sensiblemente inferiores
Destacan también conductas como colgar videos en Internet o fotos comprometidas sobre la víctima (9,8%), la creación de cuentas falsas para suplantar su identidad (8,8%) o las amenazas (5,9%).
Por lo general, los agresores suelen ser tanto hombres como mujeres, actúan en grupo de entre 2 y 5 adolescentes (o más de 5); suele tratarse de propias/os compañeras/os de clase, y el principal escenario suele ser la propia aula (75,9%), seguido del patio y pasillos del colegio/ instituto (58,6%).
Respecto a los posibles motivos de acoso la respuesta más frecuente era precisamente «por el hecho de llevar algo que los demás no llevan (implante/audífono), seguida de las dificultades para hacerse entender, o porque simplemente me tienen que repetir mucho las cosas». Nótese en todo caso que se hace referencia a problemas de comunicación.
En cuanto a las consecuencias del acoso, las víctimas aluden a un empeoramiento de su estado de ánimo, su autoestima y una merma en su interacción social
Otro resultado relevante tiene que ver con la reacción de las/os compañeras/os, que en casi la mitad de los casos fue de inmovilismo o inacción («No hicieron nada»).
En el 24,1% de los casos le quitaron importancia e incluso en 1 de cada 5 (20,7%) se burlaron de ellas/os, realidad que parece pasar desapercibida para las/os progenitores.
En cuanto a las consecuencias del acoso a diferentes niveles, las víctimas aluden sobre todo a un empeoramiento de su estado de ánimo, su autoestima y una merma clara en su interacción social. También destaca el impacto en la predisposición para acudir al colegio, el rendimiento académico, los hábitos de sueño o incluso el apetito.
Los resultados son especialmente preocupantes en los que se refiere a la autoestima. El hecho de haber utilizado un instrumento específico validado internacionalmente, como es la Escala de Autoestima de Rosenberg, ha permitido comprobar que el deficit de autoestima es un problema muy común en este colectivo: el 84,3% de las/os adolescentes con implante coclear presentan una autoestima baja, independientemente de haber sufrido acoso o no.
Habilidades sociales y de comunicación
Una atención o tratamiento especial en el estudio han recibido también las Habilidades Sociales y de Comunicación, constatando específicamente que son de las áreas más afectadas por el acoso escolar. Ambos elementos, por tanto, requieren un trabajo específico con las/os adolescentes.
Otro elemento a priori importante es el tiempo que suelen tardar las/os adolescentes en contarle a alguien que están sufriendo acoso.
El 40% de los adolescentes que sufren acoso escolar no lo cuentan nunca o tardan mese en hacerlo
Se ha podido comprobar que a pesar de que lo más habitual es que lo cuenten en la primera semana, en 1 de cada 3 casos transcurren varios meses hasta que comunican su situación de acoso y un 7,4% nunca llega a contárselo a nadie.
En otras palabras, el 40% de los que sufren acoso escolar no lo cuentan nunca o tardan mese en hacerlo.
La posibilidad de disponer de la participación de las/os progenitores permitió contrastar diferentes percepciones y profundizar en el papel que estos pueden desempeñar. En primer lugar, destaca un resultado especialmente relevante: tan solo el 5,5% de las/os progenitores consultados consideran que su hija/o con implante coclear sufre acoso, dato que contrasta con el 23,5% detectado cuando se aplica la escala específica de acoso a los propios adolescentes.
Este primer dato y otros que se detallan en el informe revelan que las familias viven en muchas ocasiones ajenas a la problemática de acoso que ls/os adolescentes pueden estar viviendo. No obstante, para ellos la figura de las madres y los padres resulta providencial para este tipo de situaciones, siendo su principal recurso (64,3%), seguido del profesorado (45,7%).
En un 10,3% de los casos de acoso las víctimas consideran que sus padres trataron de quitarle importancia y otro 10,3% afirma que no les creyeron
La figura de los progenitores destacan también en dos facetas: como mediadores del problema, acudiendo a hablar con el profesorado (65,6%) y como fuente de apoyo emocional (55,2%). No obstante, en un 10,3% de los casos de acoso las víctimas consideran que sus padres trataron de quitarle importancia y otro 10,3% afirma incluso que estos no les creyeron.
Por lo que se refiere a la resolución de los casos de acoso, las/os adolescentes tienen una visión bastante pesimista, ya que más del 60% considera que realmente no se soluciona NADA o más bien POCO, valoración que es compartida también por las/os progenitores. Ambos demandan de forma explicita una mayor ayuda y comprensión por parte de los centros y del profesorado.
Adicionalmente, se ha encontrado también que la infraestimación de las tasas de acoso detectadas en las/os progenitores vuelve a repetirse en el caso de las/os adolescentes si les preguntamos de manera directa sobre su percepción de sentirse acosado, en lugar de por conductas concretas (estandarizadas en un instrumento de screening).
Resulta llamativo el hecho de que cuando se les pregunta por conductas concretas, los porcentajes resultantes son muy elevados. Sin embargo, si se les pregunta directamente si se consideran víctimas de acoso escolar o ciberacoso, la mayoría de las/os tiende a negarlo, obteniendo porcentaje sensiblemente inferiores a los que se derivan de la aplicación de los instrumentos de screening. En otras palabras, reconocen las conductas, pero no las interpretan en clave de acoso, bien por un normalización o aceptación social de las mismas o como mecanismo de defensa.
En el caso del acoso presencial estaríamos hablando de entre un 1% y un 4,9% de acoso autoinformado (en la actualidad y en el último año), frente a un 23,6% detectado por el EBIP-Q. En el caso del ciberacoso estaríamos hablando de un 1%, frente aun 8,8% detectado por el ECIP-Q.
Si repetimos el mismo análisis a partir de las respuestas de las/os progenitores, la pauta es la misma. Las/os progenitores tienden también a minimizar los posibles casos de acoso, lo que quiere decir que, si bien reconocen que sus hijas/os han podido padecer determinado tipo de conductas, no las estarían interpretando como formas o expresiones de acoso escolar o ciberacoso.
Este estudio suponía una oportunidad para profundizar en sus intereses vitales y sus preocupaciones, así como su nivel de integración familiar, escolar y grupal
Prevención
Todo ello no hace más que revelar el largo camino que queda todavía por recorrer para instaurar una verdadera cultura del acoso, que permita desnormalizar la violencia en las aulas y, en consecuencia, avanzar en la prevención.
Por último, más allá de analizar la problemática específica del acoso entre las/os adolescentes implantados cocleares, este estudio suponía una magnífica oportunidad para profundizar en otros aspectos, como podían ser sus intereses vitales y sus preocupaciones, así como su nivel de integración familiar, escolar y grupal.
Se ha podido comprobar que la primera de las preocupaciones de los jóvenes y adolescentes implantados cocleares es «tener amigas/os y llevarse bien con ellas/os», lo que viene a confirmar la importancia de sentirse integrado y aceptado/a por las/los compañeras/os, dato que contrasta con las elevadas cifras de acoso detectadas y el tipo de acoso sufrido (fundamentalmente verbal y/o social) y que no siempre coincide con las preocupaciones de las/os progenitores, que anteponen su futuro profesional.
A pesar de que el 86,3% se siente en general integrado, apreciado y/o a gusto en el colegio, para el 35,3% no resulta fácil expresar sus sentimientos y opiniones frente a sus compañeras/os
Una consecuencia inmediata en términos de futuro es la necesidad de ampliar los esfuerzos en actividades y dinámicas a través de las cuales nuestros hijos puedan interactuar socialmente y sentirse cada vez más integrados.
Las/os adolescentes experimentarían en muchos caso importantes dificultades a la hora de expresar sus sentimientos y opiniones con las/os compañeras/os.
A pesar de que el 86,3% se siente en general integrado, apreciado y/o a gusto en el colegio, para el 35,3% no resulta fácil expresar sus sentimientos y opiniones frente a sus compañeras/os, porcentaje que asciende al 47,2% si se pregunta a las/os progenitores, lo que indica que de alguna manera ya son conscientes de ello.
La sospecha de que existen realmente importantes dificultades a este nivel se confirman al conocer que casi la mitad de las/os entrevistadas/os (46,5%) alguna vez se sintieron rechazadas/os o excluidas/os por sus compañeras/os.
La tasa de menores con implante coclear que sufren acoso es el doble o incluso el triple que la encontrada en la población general
Prevalencia del acoso escolar en implantados cocleares
En definitiva, la realización del presente estudio pionero viene a cubrir el importante vacío que en nuestro país existe en este terreno.
A pesar de las limitaciones inherentes a cualquier investigación del ámbito del acoso escolar, tanto el tamaño de la muestra (superior a la de buena parte de los estudios precedentes) como el hecho de haber contado con la participación tanto de las/os adolescentes como de sus progenitores, unido a la utilización de instrumentos de cribado específicos validados a nivel internacional, y no solo respuesta generales autoinformadas, confieren a este trabajo un valor extraordinario.
Los resultado obtenidos permiten constatar que el acoso escolar constituye una lacra social de especial prevalencia en nuestro colectivo. La tasa de menores con implante coclear que sufren acoso es (según los estudios con los que se compare), el doble o incluso el triple que la encontrada en la población general, y similar a la referida en trabajos realizados en otros países con colectivos similares (Dalton, 2011; Warner-Czyz, Loy, Pourchot, White y Cokey, 2018).
Este es un hecho que no puede pasar desapercidio a las instituciones, ni tampoco a las familias, por lo que es necesario un mayor esfuerzo de sensibilización, formación y apoyo, para que madres y padres podamos darnos cuenta lo antes posible cuando nuestras/os hijas/os pueden estar sufriendo acoso y gestionarlo de la mejor manera posible.
Ser capaces de entender mejor a quienes sufren acoso escolar y brindarles una ayuda realmente eficaz constituye uno de los desafíos actuales de AICE.
Entender el acoso escolar y proporcionar ayuda eficaz
Desde la dirección de AICE queremos agradecer encarecidamente la colaboración de las familias que han hecho posible este estudio. Nos sentimos realmente reconfortados con la magnífica acogida que la iniciativa ha tenido y, en consecuencia, cargados de ilusión y responsabilidad.
El acoso escolar constituye un problema que mucho de los que lo sufren tardan meses en revelar o nunca llegan a hacerlo y (como ya adelantaba la OMS y constatan los propios adolescentes) posee importantes implicaciones en la salud general y en el desarrollo personal del individuo. Ser capaces de entender mejor a quienes lo sufren y brindarles una ayuda realmente eficaz constituye uno de los desafíos actuales de AICE.
Más allá de las limitaciones que toda investigación de esta índoles posee, su realización nos ha proporcionado una base de conocimiento de la que no disponíamos y que nos hacer mirar el futuro con optimismo. Estamos convencidos de que ha merecido la pena.