Gente Jupsin
Calidad de vida subjetiva
No nací y tampoco vivo en Madrid en este momento, pero sí crecí, estudié, me emancipé y me convertí en adulta allí. Sé que muchos madrileños, tanto de nacimiento como de adopción, no estarían dispuestos a irse a otra ciudad. Y también sé que mucha gente de fuera no querría vivir en una ciudad a la que consideran demasiado grande para tener una buena calidad de vida.
- Me encanta la sensación de pasear por Madrid en las noches de verano en manga corta. Claro que, cuando llegas a casa no hay quién pueda dormir del calor acumulado durante el día.
- Influencer que inspiran y aspiran
No nací y tampoco vivo en Madrid en este momento, pero sí crecí, estudié, me emancipé y me convertí en adulta allí.
Sé que muchos madrileños, tanto de nacimiento como de adopción, no estarían dispuestos a irse a otra ciudad.
Y también sé que mucha gente de fuera no querría vivir en una ciudad a la que consideran demasiado grande para tener una buena calidad de vida.
¿Qué es la calidad de vida?
Y ahí está la cuestión, ¿qué es la calidad de vida? No sé si existen unos parámetros objetivos que consigan definir la calidad de vida.
Recuerdo cuando trabajaba a tres paradas de metro de casa y estar días sin cogerlo porque prefería ir andando por El Retiro
Creo que es tan subjetivo como aquello a lo que nos hemos acostumbrado porque es lo que nos ha tocado vivir y es maravilloso que pensemos que eso es lo mejor que nos podía haber ocurrido.
Uno de los principales problemas que la gente de otras provincias ve en la capital es el tiempo que se pierde en desplazamientos y… ¡qué razón tienen! Recuerdo salir a las 7 o las 8 de la tarde de trabajar y tener aún una hora de camino en transporte público para llegar a casa.
Pero también recuerdo la época en la que trabajaba a tres paradas de metro de casa y estar días y días sin cogerlo porque prefería ir andando atravesando El Retiro. Y qué bonito es El Retiro en cualquier estación del año.
Es maravilloso en la ciudad en la que vivo llegar en 7 minutos al trabajo y aparcar sin tener que dar vueltas y más vueltas
También he de decir que he estudiado mucho en el transporte público y he deseado que el trayecto fuera más largo para seguir leyendo libros que me tenían completamente enganchada.
Lo que es maravilloso en la ciudad en la que ahora vivo es llegar en 7 minutos al trabajo y, además, aparcar sin tener que dar vueltas y más vueltas viendo cómo pasa el tiempo en el reloj con el agobio consiguiente por llegar, una vez más, tarde.
Accidente doméstico
Una vez tuve un accidente doméstico. Vergüenza me da recordar mi torpeza para abrir una nuez con un cuchillo. Antes de perder el conocimiento me dio tiempo a llamar para avisar de lo que me había pasado.
Cuando estaba despertando ya había alguien en la puerta de mi casa para atenderme, no habían pasado ni 5 minutos.
También hay que decir aquella médico, de la que fui familia y que nos dejó aunque aún la necesitábamos mucho, era una profesional buena e intuitiva que estaba cerca, de manera casual, siempre que se la necesitaba. Esas personas especiales que de vez en cuando te regala la vida.
Me encanta la sensación de pasear por Madrid en las noches de verano en manga corta
Ciudad más pequeña, procesos más simples
Otra de las ventajas de mi ciudad es que la vivienda es más barata, lo que permite vivir con menos presión económica. Claro que este ahorro hace aguas cuando tus hijos crecen y quieren hacer una carrera universitaria porque hay muchas posibilidades de que tengan que irse a estudiar fuera.
Pero para la logística que supone tener una familia, todo el mundo está de acuerdo en que en las ciudades más pequeñas los procesos de simplifican.
Me encanta la sensación de pasear por Madrid en las noches de verano en manga corta. Claro que, cuando llegas a casa no hay quién pueda dormir del calor acumulado durante el día.
Dormir bien
Donde vivo ahora eso no ocurre, siempre se puede dormir bien porque por las noches baja mucho la temperatura. Rara es la ocasión en la que no se necesita una cazadora para terminar el día, da igual que sea julio o agosto.
… paseando por la calle del Pez, cenando en el A 2 Velas de Malasaña, viendo la más surrealista de las obras de teatro en La Latina o bailando en La Vía Láctea canciones de los 80…
Aquí tenemos un poquito de todo para disfrutar del tiempo de ocio y la gastronomía tiene un especial protagonismo, pero a veces se echa de menos tener más opciones y que nos visiten más artistas para llenar de cultura los teatros y museos.
Me gustaría decir que cuando vivía en Madrid aprovechaba todas las opciones culturales y de ocio que ofrecen sus miles de rincones diferentes aunque lo cierto es que solía terminar acudiendo a los mismos sitios casi siempre.
Pero a veces te veías paseando por la calle del Pez, entrando a cenar en el A 2 Velas de Malasaña, viendo la más surrealista de las obras de teatro en un ático de La Latina o bailando en La Vía Láctea canciones de los 80 que conocí ya en los 90.
Madrid ofrece la maravillosa sensación de ser infinita para disfrutar de momentos diferentes en lugares singulares
Momentos diferentes en lugares singulares
Madrid ofrece la maravillosa sensación de ser infinita para disfrutar de momentos diferentes en lugares singulares.
Creo que se podrían comparar eternamente todas las opciones que ofrecen una y otra ciudad y demostrar que todas ellas tienen sus ventajas y sus inconvenientes.
Aunque creo que es genial que cada uno piense que su ciudad es el mejor sitio para vivir, lo ideal es que se hayan probado las dos realidades para poder hablar con conocimiento sobre que es lo que cumple de mejor manera tus expectativas de vida y ver que “la calidad de vida” es tan subjetiva como las necesidades, los gustos, las manías y los momentos vitales en los que nos encontremos cada uno.