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Burbujas, excusas y miedo a decidir
A veces, no hace falta que te dejen entrar, puedes crear tú el lugar que buscas, construir tú el espacio en el que puedes encajar… En ocasiones, los demás no nos aceptan porque nosotros no nos aceptamos. Y la vida nos dice con ello que estamos buscando la coartada en sus ojos para dejar de insistir, porque quién realmente no quiere entrar somos nosotros, porque no nos creemos dignos.
Burbujas, excusas y miedo a decidir – Mercé Roura – Periodistas y escritora – Su nuevo libro «Manual de autoestima para mujeres guerreras»
No dependas… No hay nada ahí afuera que pueda perturbarte porque todo lo que necesitas está dentro de ti. Eres un ser inmenso a la espera de reconocerse y aceptarse.
Eres un ser inmenso a la espera de reconocerse y aceptarse
Que no dependa de que te den el visto bueno y levanten el pulgar. ¿Por qué su opinión es mejor que la tuya? ¿Por qué necesitas que te den permiso para ser y expresar?
Si lo haces desde el respeto y sale desde lo más profundo de tu ser, ¿por qué buscas lo que no necesitas? ¿por qué te miras con ojos ajenos?
Tal vez porque te asusta tanto expresar tu grandeza que esperas que otros te digan que no lo hagas, para tener una coartada y no tener que salir de ti, para culpar a otros cuando hagas balance y veas que sigues anclado en la misma burbuja, esperando que se rompa para poder salir sin tener que ser tú quién decide.
Excusas para no decidir
A veces, los demás son sólo la excusa que usamos porque nos asusta decidir. Eso haces, eso hacemos… Vamos por la vida buscando excusas para retirarnos de nuestro intento por brillar.
Vamos por la vida buscando excusas para retirarnos de nuestro intento por brillar
Te asusta tanto que no puedes soportar lo mucho que te presionas para llegar y, al mismo tiempo, lo mucho que te reprochas la osadía de intentarlo…
Porque no crees merecerlo, porque no te ves todavía como realmente eres, porque no te reconoces.
No hagas que dependa de nada ni de nadie. Si acaso que sea la vida la que diga no si no toca, porque a veces las cosas no son, no pasan, no llegan…
No importa, no pasa nada, tú sigues siendo tú, pero no te cierres la puerta antes de que exista la puerta…
No extingas la posibilidad antes de que se cree. No huyas porque crees que no mereces el honor, vete si realmente no te llena, no te hace sentir ni vibrar, vete cuando ya no te haga feliz…
… vete si realmente no te llena, no te hace sentir ni vibrar, vete cuando ya no te haga feliz…
Que no dependa de que digan que sí y te dejen entrar, que no dependa de que tú les mires y pienses qué piensan, imagines que te tasan, te miden y te pesan…
A veces, no hace falta que te dejen entrar, puedes crear tú el lugar que buscas, construir tú el espacio en el que puedes encajar…
Culpas imaginarias
En ocasiones, los demás no nos aceptan porque nosotros no nos aceptamos. Y la vida nos dice con ello que estamos buscando la coartada en sus ojos para dejar de insistir, porque quién realmente no quiere entrar somos nosotros, porque no nos creemos dignos.
En ocasiones, los demás no nos aceptan porque nosotros no nos aceptamos
Porque estamos tan cansados de arrastrar nuestras culpas imaginarias que no soportaríamos entrar y fracasar y llevar colgada otra etiqueta más, otra carga más. Porque prefieres la etiqueta de cobarde a la de fracasado.
Otras veces, todo pasa para que demos la vuelta, y nos demos cuenta de que nuestro lugar es otro, que ese sueño no es nuestro sino prestado, que intentamos parecer algo que no somos y que la desesperación nos ha llevado a buscar una alternativa que no forma parte de nuestro camino…
Porque estamos intentado hacer casar el sol y la luna y no hemos comprendido todavía cuál es nuestro lugar y para qué somos como somos… Porque quizás nos estamos quedando cortos y soñando por lo bajo cuando podemos llegar más lejos, lo que nos hará estar más cerca de lo que realmente deseamos.
Tal vez, has quedado fuera para crear nuevos lugares donde todo el mundo encaja y tan sólo hace falta que se acerque y se deje llevar.
Un nuevo camino
Tal vez tu misión es mostrar a otros el camino, uno nuevo. Un camino para que sepan que ya no toca ajustarse a moldes y quedarse encogidos para meterse en ellos, en dejar de limitarse las ganas y las ilusiones para mostrar el mundo una versión aceptable que no moleste y no les duela cuando te ven…
Tu brillo no deslumbra, no temas, marca el camino
Tu brillo no deslumbra, no temas, marca el camino.
Si brillas porque crees, porque estás en ti, porque has encontrado lo que realmente sabes que está ya en ti, es imposible que molestes, que estorbes, que no encajes en ti.
Tienes que dejar de intentar acomodarte a la horma porque lo que eres no se contiene, no se puede ceñir a nada.. Tienes que permitir que se desborde, que salga, que se muestre, que llegue a dónde debe llegar…
Deja que lo que deseas llegue al final. Deja que llegue a su límite y estalle. Deja que salga del camino y encuentre otro. Deja que te lleve a dónde sea necesario.
No puedes romperte porque te has cansado de ceder vida a cambio de encajar
Deja que te recuerde quién eres y qué sentido tiene para ti la vida. Deja que sea, que vibre.
Aunque asuste, aunque disguste, aunque escandalice… Aunque disguste, aunque te lleve a bailar si nunca bailas… Aunque te haga saltar y no veas la red..
Aunque todo tu mundo se rompa mientras decides que el que no puede romperse eres tú porque ya te has cansado de ceder vida a cambio de encajar.
Deja que brille y asume tu brillo. Que no dependa de nadie… No pidas permiso para ser, para estar, para vivir más allá de los que otros creen que es la vida y que a ti se te queda tan corto.