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Victimización y proceso judicial por acoso laboral

En este artículo, vamos a centrarnos en la afectación psicológica después de una situación de acoso laboral, durante y después del proceso judicial. Tenemos que tener en cuenta que el proceso judicial al que podemos enfrentarnos tras el acoso, en sí mismo, provoca un daño a la persona, a la víctima, en su salud emocional y psicológica.

En este artículo, vamos a centrarnos en la afectación psicológica después de una situación de acoso laboral, durante y después del proceso judicial. Tenemos que tener en cuenta que el proceso judicial al que podemos enfrentarnos tras el acoso, en sí mismo, provoca un daño a la persona, a la víctima, en su salud emocional y psicológica. En este sentido, debemos hablar de tres tipos de victimización:

  • Victimización primaria
  • Victimización secundaria
  • Victimización terciaria

Victimización primaria, daños físicos y psíquicos

En primer lugar, nos encontramos con la victimización primaria. Es la victimización en el momento en el que se produce el delito. En este tipo de casos, es el proceso y tiempo de acoso sufrido. Los daños sufridos por la víctima pueden ser de tipo físico o psicológico, o de ambos.

En esta etapa, la víctima de acoso tiende a culparse y responsabilizarse de lo que le está sucediendo, de la situación de hostigamiento. Intenta buscar una explicación a lo sucedido, pero no la encuentra.

La víctima tiende a revivir con mucha fuerzas y de manera involuntaria los acontecimientos pasados, que se activan con cualquier estímulo:

  • Pesadillas
  • Recuerdos agobiantes
  • Sentimientos negativos

No todas las víctimas están preparadas psicológicamente para afrontar, sin ayuda profesional, un procedimiento judicial por acoso laboral

En la valoración de la victimización primaria, se debe considerar la falta de habilidades sociales que se ha generado a la víctima a raíz de la situación de acoso continuada en el tiempo, la falta de autoestima, etc.

Es decir, existen un sin fin de cuestiones muy importantes a la hora de afrontar un proceso judicial por parte de la víctima.

Y no todas las personas están preparadas psicológicamente para afrontar, sin ayuda profesional psicológica, el gran desafío que es un procedimiento judicial por acoso laboral.

Victimización secundaria y dolor emocional

Existen dos circunstancias que incrementan el dolor y el daño psíquico y que retrasan el proceso de recuperación de la víctima:

  • Instrumentalización en sede judicial como método de prueba
  • Culpabilización y rechazo social

La victimización secundaria aparece en la víctima generalmente al ser culpada, cuestionada o estigmatizada por las instituciones o por el entorno.

Estas circunstancias pueden derivar en el abandono del procedimiento judicial por parte de la víctima, que no es capaz de afrontar toda la serie de cuestionamientos hacia su dolor emocional.

Con esto, queremos incidir en que existe un cuestionamiento sobre la actitud que llevó a cabo la víctima durante la situación de acoso o en su defecto comienza a aparecer el fatídico pensamiento “se lo buscó”.

Paloma López y Rocío Gavilán son psicólogas forenses en Psicología Velázquez

La desvictimización es un proceso gradual y asistencial que debe generar resiliencia y contribuir al empoderamiento de la víctima

Victimización terciaria y estigma social

Por último, la victimización terciaria es el conjunto de costes de la penalización sobre quien la soporta personalmente o las consecuencias del estigma social sufrido.

Este ocurre en un tercer periodo, en el periodo de resolución, cuando ya ha terminado el proceso legal y la víctima debe afrontar y asimilar las consecuencias emocionales del acoso laboral y de dicho proceso.

En este momento, es cuando debe comenzar un proceso de desvictimizacion.  Se trata de un proceso gradual y asistencial que debe generar resiliencia (capacidad y fuerza restauradora) y debe contribuir a la potenciación (empoderamiento) de la víctima para que tenga las habilidades correctas.

Si no tienen la ayuda necesaria, podrían desarrollar patrones de comportamientos agresivos como método de autoprotección. Por este motivo, habrán ‘aprendido’ que la mejor manera de defenderse es usando el ataque preventivo, manteniendo actitudes de desconfianza patológica que no ayuda a su correcta socialización.

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