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Médicos, la difícil labor de descubrir el acoso

jupsin.com habla de acoso escolar con tres especialistas médicos de reconocido prestigio del cuadro de Quirónsalud. Se trata del doctor José Luis Pedreira (psiquiatra y pediatra), de la doctora Nuria Curell (pediatra) y del doctor Antonio de Dios González (psicólogo). Los tres abordan el asunto de frente, sin eludir respuestas y a veces con la dureza del que conoce este gravísimo problema en primera línea.

jupsin.com habla de acoso escolar con tres especialistas médicos de reconocido prestigio. Se trata del doctor José Luis Pedreira (psiquiatra y pediatra), de la doctora Nuria Curell (pediatra) y del doctor Antonio de Dios González (psicólogo). Los tres abordan el asunto de frente, sin eludir respuestas y a veces con la dureza del que conoce este gravísimo problema en primera línea.

Desde sus consultas, tratan a diario con las víctimas de acoso, muchas veces sin saberlo y con la necesidad de descubrirlo. A veces, no siempre, tratan con los acosadores. A sus espaldas, una amplia formación, una larga trayectoria profesional y un nexo de unión, los tres forman parte del amplio equipo de médicos de la compañía Quirónsalud en Madrid, Barcelona y Málaga respectivamente.

Este post incluye algunos de los asuntos abordados con los tres doctores para ofrecer información y luz en aspectos todavía oscuros sobre el problema del acoso, principalmente escolar, y las consecuencias para la salud de las personas, en este caso los niños y adolescentes. En próximos post incluiremos más información de las amplias e interesantes entrevistas realizadas por jupsin.com a los especialistas.

Dr. Antonio de Dios González, responsable del área de Psicología del Hospital Quirónsalud Marbella

El acoso desde el punto de vista médico

Para el pediatra y psiquiatra del Hospital La Luz José Luis Pedreira, “ante el acoso hay una respuesta emocional y una respuesta del conjunto del cuerpo, es lo que llamamos síndrome de estrés postraumático”.

El doctor Pedreira diferencia tres tipos de estrés postraumático en los niños: “agudo, crónico o mixto. Este último con baja intensidad continua y con fases de reagudización, de representación de la situación traumática.”

Al miedo hay que sumar que periódicamente la víctima recuerda que ese acoso es real, que está presente y que el acosador tiene el control

“Este último sería el acoso del que hablamos, y tiene muchísimo peligro, porque va minando totalmente la resistencia de la persona. Al miedo, a la situación de prevención ante el acoso, hay que sumar que periódicamente la víctima recuerda que ese acoso es real, que está presente y que el acosador tiene el control”, explica el doctor Pedreira.

El doctor Antonio de Dios González, responsable del Departamento de Psicología del Hospital Quirónsalud Marbella afirma que “hoy en día hay mucho más acoso del que una sociedad moderna se puede permitir. La violencia sigue siendo una forma de comunicación cuando fallan o no tenemos forma de transmitir nuestras ideas o nuestros miedos por otras vías”.

Para este psicólogo, “la persona que acosa lo hace para esconder una falta de seguridad en sí mismo y unas carencias que proyecta sobre la víctima a la que sí puede ocasionar una enfermedad, la consecuencia del acoso”.

La doctora Nuria Curell, pediatra del Hospital Universitari Dexeus, destaca que “el problema del acoso escolar es que se sufre en silencio. Los niños que lo padecen no lo cuentan y cuando se descubre han pasado meses e incluso años”.

La persona que acosa lo hace para esconder una falta de seguridad en sí mismo y unas carencias que proyecta sobre la víctima

En este punto el doctor Pedreira habla del “silencio endémico. Callan los que ven el acoso, callan los compañeros, calla la institución escolar, todo el mundo calla y lo que queda es una sensación de devastación y de soledad tremenda en la persona acosada.”

Para la doctora Curell, “la labor del pediatra es muy importante, porque cuanto más joven es la víctima de la violencia del acoso, existen más posibilidades de que se traduzca en síntomas psicosomáticos, dolores (cabeza, tripa…) y daños morales profundos. Estos aspectos son bastante desconocidos por la gente y muchas veces por los propios profesionales de la salud”.

Dra. Nuria Curell, pediatra del Hospital Universitari Dexeus

Síntomas que se convierten en huellas

“Hay niños que en el momento de ser acosados sufren una depresión que puede no detectarse. Un niño deprimido no deja de salir como una persona mayor, no llora en un rincón, un niño deprimido está enfadado de forma permanente contra el mundo”, explica la pediatra Nuria Curell. Y añade que “puede generar un estado de hiperalerta, de desconfianza, de sentimiento de culpa, autoreproche o sensación de inferioridad”.

El doctor Pedreira habla de la aparición de “alteraciones del sueño y de la alimentación. Descripción de dolores de cabeza, de tripa, incluso vómitos y mareos.”

Pero también advierte de “la conexión entre lo biológico y lo psicosocial, con una permanencia constante de las lesiones que la vivencia de estrés crónico puede originar a nivel neurológico”.

Muchas veces la mente de la víctima sólo encuentra una justificación a lo que le sucede, y es creer que el acosador puede tener razón y que yo no valgo

El psicólogo Antonio de Dios González afirma que “vivir en una permanente sensación de amenaza produce una respuesta de estrés en el cerebro que provoca diferentes reacciones.

Por una parte, una tensión física y mental exagerada que puede derivar en enfermedades físicas y mentales; por otra, un cambio en la percepción que se centra sólo en las cosas que pueden ser una amenaza, en lo negativo.”

Además, “si la víctima de acoso no se siente muy segura de sí misma, y es difícil que un joven lo esté, se produce un cambio en la percepción personal que lleva a una baja autoestima. Muchas veces la mente de la víctima sólo encuentra una justificación a lo que le sucede, y es creer que el acosador puede tener razón y que yo no valgo.”

El doctor González no duda en afirmar que “para un cerebro que está sufriendo un miedo permanente ante el que no puede hacer nada, la vida se torna tan difícil que el suicidio, la muerte, empieza a ser considerada como una salida”.

Móviles y redes sociales, una bomba de relojería

“Hay un arma muy poderosa que hoy en día contribuye a potenciar las situaciones de acoso y especialmente las de acoso escolar, se trata de lo que yo llamo ‘redes insociales’ y que son utilizadas por niños y adolescentes de manera indiscriminada”, afirma el doctor José Luis Pedreira, y añade que el dato es preocupante, “el ciberacoso aparece ya en una de cada dos situaciones de acoso en la infancia”.

Hay un arma muy poderosa que contribuye a potenciar las situaciones de acoso y especialmente las de acoso escolar, se trata de lo que yo llamo ‘redes insociales’

Para el doctor Pedreira “existe una clara inadecuación de la potencia de los nuevos instrumentos tecnológicos con la edad de uso por parte de niños de diez u once años”. En este punto, ralentiza sus palabras y marcas las silabas cuando dice y repite: “¡Esto es una LO-CU-RA, una LO-CU-RA!

Y añade: “Estamos ante una adicción sin sustancia, de una gran potencia, dureza y acción devastadora, por la facilidad de acceso y por la inmediatez en la comunicación y en la respuesta.

Además, el anonimato da al ciberacoso un punto más de crueldad. Por su parte, el acosado, se siente amenazado siempre.”

Para la doctora Nuria Curell, “el acoso escolar se ha agravado con el uso de las nuevas tecnologías. Lo que provoca el ciberacoso es la ampliación de la situación de acoso fuera del centro escolar. La víctima es víctima las 24 horas del día. El niño está en su habitación y sus padres piensan que está protegido, y sin embargo está recibiendo amenazas y agresiones a través de las redes sociales. El daño es persistente.”

Estamos ante un arma de largo alcance que ponemos en manos de un niño que no tienen conciencia ni del peligro, ni del riesgo, ni del posible delito

Para la pediatra, “lo deseable sería que por lo menos hasta los 13 años los niños no pudieran acceder libremente a estas tecnologías.

Y en esa edad, con supervisión de los adultos. Estamos ante un arma de largo alcance que ponemos en manos de un niño que no tienen conciencia ni del peligro, ni del riesgo, ni del posible delito”.

“Hoy en día, se puede acosar de manera permanente y no solo de manera presencial en las aulas. Por eso, la víctima no tiene un lugar seguro y siempre tiene la sensación de estar amenazada, sin tiempo de descanso para la mente y el cuerpo”, comenta el doctor Antonio de Dios González.

Este psicólogo resalta un aspecto que considera clave relacionado con el ciberacoso: “la distancia hace que la empatía disminuya y que personas que por sus valores tendrían difícil acosar cara a cara, tienen una mayor predisposición a hacerlo y más fácil a través de las redes sociales desde un móvil”.

Dr. José Luis Pedreira, especialista en psiquiatría del Hospital La Luz

El niño acosador, entre la inocencia y la falta de valores 

“Cuando hablamos del perfil del acosador, muchas veces encontramos en esta persona una doble moral, no ha tenido por ejemplo límites en el ámbito familiar, o incluso ha sido víctima de acoso”, comenta la pediatra Nuria Curell. Sin duda, para la doctora, “es posible que una víctima de acoso, se vuelva acosador.

Cuidado, en el acoso hay una maldad y un daño persistente

La doctora Curell comenta: “cuando un niño hace una foto comprometida con el móvil y la manda, puede que en ese acto haya inocencia. Una actuación aislada».

Pero cuando hablamos de acoso escolar y ciberacoso estamos hablando de acciones continuadas en el tiempo, no de una broma de mal gusto en un momento puntual.

El acoso es un daño persistente, una burla constante, unos testigos que ríen o callan y una misma víctima”. En este punto advierte, “cuidado, en el acoso hay una falta de valores, una insensibilidad al dolor ajeno y un daño persistente”.

El psicólogo Antonio de Dios González aporta un nuevo dato, “el acosador también necesita ayuda porque nadie acosa si no siente mucha inseguridad, miedo o amenazas internas. Detrás de un ‘matón’ hay una carencia y una necesidad interna.

Si el acosador es consciente de su inseguridad podemos ayudarle a superarla

El doctor González señala que “la clave es que el acosador tenga la valentía para enfrentar esa inseguridad, porque es más fácil agredir a su propia inseguridad proyectada en la víctima que afrontar sus propios miedos”. Y añade: “Si el acosador es consciente de su inseguridad podemos ayudarle a superarla. Cuando una persona se siente segura de sí misma tiene una bioquímica cerebral que es incompatible con la agresividad o la violencia”.

“El acosador es el ‘listo’, que se hace sentir, que se hace ver, que parece un líder natural”, apunta el doctor José Luis Pedreira, “pero las situaciones de acoso se producen hasta los 15/16 años ¿por qué?, porque a partir de esa edad entran en juego otros aspectos en la maduración de la persona.

Los acosadores suelen tener áreas en las que sus capacidades son importantes, como el deporte, presencia (guaperas), pero esto no tiene nada que ver con los rendimientos intelectuales y a medida que van apareciendo filtros de exigencia, estas personas, los acosadores, se suelen quedar atrás.”

La sociedad ante un problema incomodo

“El problema del acoso, tristemente, es incómodo para todos los actores, así que demasiadas veces preferimos mirar para otro lado. Como en el caso de la violencia de género, todos nos tendríamos que responsabilizar para poner luz a este problema. Cuando dejemos de ver al maltratador como el fuerte y les señalemos su miedo y su vulnerabilidad, cuando rechacemos su conducta abiertamente, el problema mejorará”, afirma con rotundidad el doctor Antonio de Dios González.

La doctora Nuria Curell considera que “parece que estamos todos muy unidos e interconectados, pero en el fondo estamos muy solos. Además, los adultos hemos llenado el mundo de los niños de pantallas y no les hemos dado las instrucciones de uso, ni siquiera los adultos las tenemos”.

Pero también afirma que “en los últimos años se ha trabajado mucho en cuanto a protocolos en los centros educativos y por parte de los organismos y administraciones con competencia en todas las comunidades autónomas y por supuesto también en Cataluña. Hoy la comunidad educativa está muy concienciada ante el acoso escolar, incluso más que los padres”.

La sociedad ni es consciente de la gravedad del problema del acoso ni es solidaria

“La sociedad ni es consciente de la gravedad del problema del acoso ni es solidaria” comenta el doctor José Luis Pedreira. “En este asunto hay que ser solidario y empático y ponerse en la cabeza del acosado. Si no, jamás podremos entender por lo que está pasando”, añade.

Para el doctor Pedreira “el que ha pasado por la experiencia devastadora del acoso puede convertirse en un acosador en el trabajo, el causante de mobbing, o puede ser objeto de una revictimización, y ser objeto de mobbing”.

Pedimos a los tres especialistas médicos, para terminar, que nos aporten sus consejos para hacer frente al acoso escolar.Un médico, un amigo

Para la doctora Nuria Curell, “la clave está en preguntar, indagar, buscar el problema. Y que las familias hablen de felicidad, de emociones. La educación emocional puede ser tanto preventiva como un instrumento de gran ayuda en el caso de que tu hijo sufra acoso”.

“Existe una vacuna contra el acoso, que consiste en tratar los aspectos emocionales. A veces, vamos demasiado deprisa, a tal velocidad, que padres, profesores y también nosotros los pediatras descuidamos algo tan esencial como preguntar al niño como se siente”, explica la pediatra Nuria Curell.

El doctor José Luis Pedreira también afirma que “cuanto más tarde se llegue al problema del acoso, más difícil es actuar. Lo primero que hay que hacer es ganarse la confianza del niño. En segundo lugar, orientar a los padres para que acudan al colegio y lo pongan en conocimiento del Jefe de Estudios, insistir ante la negativa, con firmeza. Porque si no la tercera acción, la que suele hacer la mayoría, es sacar al niño del colegio y llevarle a otro, con lo que estamos culpabilizando a la víctima.”

“La labor del pediatra, en este sentido, es muy importante, porque cuanto más joven es la víctima el daño moral que puede provocar la violencia del acoso es más profundo. Si somos capaces de detectar el problema pronto, la solución es más fácil”, afirma.

Hay una actuación preventiva que es clave, la educación en valores de amistad, respeto, comprensión, diversidad…

Para el pediatra y psiquiatra, “ahora está de moda la mediación, pero sólo sirve en situaciones light de acoso. La clave está en actuar sobre el problema, sobre el acosador, y a lo mejor no hay que expulsarle del colegio, pero si sancionarle para que los niños se den cuenta. Y finalmente, hay una actuación preventiva que es clave, la educación en valores de amistad, respeto, comprensión, diversidad…”

El doctor Antonio de Dios González nos describe lo primero que hace en consulta, “tratar de influir para que la situación de acoso se termine. Si la persona se sigue sintiendo amenazada entonces la respuesta de ansiedad es normal y tenemos que apoyarla y hacer que no se sienta sola ante el problema”. Y añade, “si el acoso ha terminado, nos centramos en los efectos del estrés postraumático y ayudamos al cerebro a limpiar memorias del miedo y a dejarlas en el pasado. Por otro lado, acompañamos a la víctima en el proceso de recuperación de la seguridad en sí misma y en la seguridad como persona.

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