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Tristeza, indignación y… esperanza

Quiero aprender a observar, quiero aprender a escuchar, quiero aprender a entender, quiero aprender a explicar, quiero aprender a hacer caso a lo que me cuentan. Sin perder la mirada que me permite experimentar cada día como algo nuevo, en el que sea capaz de encontrar un aprendizaje aún en las más duras circunstancias sin perder la esperanza en que aún a pesar de todo del mismo modo que hay gente que actúa mal, hay otra tanta, y mucha que actúa bien.

Trascendiendo el mito – Por Laura Quiun, Comunicadora Social y Doctora en Psicología

  • El mal está ahí, es importante tenerlo en cuenta, tanto como seguir adelante en el camino de generar conciencia elevando voluntades a favor de una sociedad justa, inclusiva, de respeto a la mujer y también al hombre.
  • Quizá el asesinato de Laura se ha convertido por unos días en la bandera de otras tantas injusticias. Quizá porque ella representa a esa persona buena llena de sueños e ilusiones, alejada de toda maldad.


Es triste e indignante lo sucedido a Laura Luelmo. A pesar de ello, resulta esperanzador el apreciar todo el movimiento que se ha generado alrededor de este triste y horrible suceso, cómo la sociedad se ha levantado y alzado la voz.

Su último retuit: «Te enseñan a no ir sola por sitios oscuros en vez de enseñar a los monstruos a no serlo, ESE es el problema», me llama la atención, tanto por lo que defendía como aquello que pasó.

Es algo más que saber ir sola por sitios oscuros, es algo más que enseñar a los monstruos a ser de una forma diferente. Ella era prudente, el sistema no

Es algo más que saber ir sola por sitios oscuros, es algo más que enseñar a los monstruos a ser de una forma diferente. Ella era prudente, el sistema no.

¿Cómo detectarlos/as? ¿Cómo identificarlos/as?

Es más que transitar por espacios oscuros. Muchas veces están entre nosotros/as, apareciendo de la nada. Son quiénes en ocasiones, sin querer, se acude a pedirles ayuda.

Como ocurrió en Madrid a Andrea Sicignano, una joven norteamericana brutalmente agredida y violada por una persona a la que pidió indicaciones sobre qué camino seguir tras apreciar que se había bajado en una parada de autobús equivocada. Alguien quien tomó partido de la situación y lejos de aconsejar, directamente golpeó y violó.

Algo pasó en Madrid, días después, algo pasó en Huelva, y hace poco algo pasó en Sanxenxo. Quizá menos intenso, pero no por ello menos preocupante, la agresión física de un hombre a una mujer al indicar que la dejase de molestar. El agresor justificó su agresión diciendo que, si a ‘LaManada” no le pasó nada por lo que hicieron sus miembros, a él menos le sucedería.

Foto: DPNB

¿Me preguntó si habrá pasado algo más hasta que el artículo ha llegado a tus manos?

Este texto, lo he tenido que reescribir a la luz de aquello que los hechos iban develando sobre lo sucedido a Laura Luelmo. Al mismo tiempo que he tenido que reflexionar sobre los distintos artículos que han aparecido en tornos a este trágico suceso y rectificar yo misma mis propias palabras.

He de reconocer que, por momentos, he transcurrido por distintos espacios mentales. El de entender este hecho como un crimen que podría haber ocurrido con independencia del género, en línea con el artículo de Milena Busquets en el Periódico. O guiándome por el testimonio inicial del asesino elucubrando sobre la inacción frente al peligro por parte de Laura.

Laura Luelmo, la joven profesora violada y asesinada en El Campillo (Huelva)

Los mitos y creencias, eran aquellos que me alejaban de una realidad totalmente distinta

Mitos y creencias

Y finalmente, una reflexión sobre qué ha hecho que esta lamentable situación, a diferencia de otras haya generado tanta movilización. Los mitos y creencias, eran aquellos que me alejaban de una realidad totalmente distinta.

Voy a mantener algunos elementos de mi reflexión inicial. Por ejemplo, la necesidad de seguir aprendiendo, de seguir escuchando, de seguir entendiendo, de seguir adquiriendo herramientas que permitan dar voz a aquello que vemos, sentimos, intuimos y aquello que sucede a nuestro alrededor.

Esta avidez de conocimiento es tan necesaria como trasmitir orden, disciplina positiva. Saber detectar a quienes desde pequeños/as tienen conductas disruptivas, así como  revisar los mecanismos legales y de intervención que existen, a día de hoy, para dejar atrás espacios en los que, sin que lo queramos, quienes las cometan terminen campando con total impunidad.

Entiendo la impotencia, la sensación de exposición y vulnerabilidad que todo esto genera. Del mismo modo que abrirse a una realidad distinta, empatizar tanto, y hacer de una causa la de todas, como lo hace Najat El Hachmi en una réplica al artículo de Milena Busquets.

Andrea Sicignano, estudiante norteamericana brutalmente agredida y violada en Madrid.

Es un momento de cambio para nosotras las mujeres, tanto a nivel local como global, cada cosa que sucede nos afirma en la necesidad de este cambio

Momento de cambio

Es un momento de cambio para nosotras las mujeres, tanto a nivel local como global, cada cosa que sucede nos afirma en la necesidad de este cambio.

Poco a poco vamos viendo como la sociedad se está constituyendo en un espacio en el cual cabe la denuncia ante una violación, ante una desaparición y una reflexión conjunta sobre aquello que pasó.

Quizá el asesinato de Laura se ha convertido por unos días en la bandera de otras tantas injusticias. Quizá porque ella representa a esa persona buena llena de sueños e ilusiones, alejada de toda maldad.

Alguien que viene de un entorno bien estructurado, “alguien a quien estas cosas no le pasan”, puesto que como se ha señalado se encontraba en la flor de la vida. Lo cierto es que esto nos permite apreciar que este tipo de sucesos no les pasan únicamente a aquellas personas que se “exponen a ello”, ni a quienes han vivido en la carencia, o en situaciones menos favorecidas, sino que también pueden pasar a cualquiera.



El mal está ahí, es importante tenerlo en cuenta, tanto como seguir adelante en el camino de generar conciencia elevando voluntades a favor de una sociedad justa, inclusiva, de respeto a la mujer y al hombre

Aprender a observar, escuchar, entender, explicar…

El mal está ahí, es importante tenerlo en cuenta, tanto como seguir adelante en el camino de generar conciencia elevando voluntades a favor de una sociedad justa, inclusiva, de respeto a la mujer y también al hombre.

Una sociedad que acoge a quienes viven estas desgracias dando cabida a que las denuncien y en la que sus víctimas/sobrevivientes no se sientan solas. Una sociedad que sienta el dolor, la tristeza, la rabia y la impotencia que todo esto produce.

Quiero aprender a observar, quiero aprender a escuchar, quiero aprender a entender, quiero aprender a explicar, quiero aprender a hacer caso a lo que me cuentan. Sin perder la mirada que me permite experimentar cada día como algo nuevo, en el que sea capaz de encontrar un aprendizaje aún en las más duras circunstancias sin perder la esperanza en que aún a pesar de todo del mismo modo que hay gente que actúa mal, hay otra tanta, y mucha que actúa bien.

Foto: DPNB

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