Gente Jupsin
Dí que sí
Nos han dicho tantas veces que no sabemos decir que no que se nos ha olvidado que también es importante decir sí… Tanto a lo bueno como a lo que no sabemos qué será. Porque nada es lo que parece. Y tras una situación que se presenta como un problema, puede esconderse una gran oportunidad para evolucionar… A veces, el miedo nos hace decir que sí y otras decir que no. Lo que importa realmente es elegir de acuerdo con tu esencia y ser coherente con uno mismo.
Nos han dicho tantas veces que no sabemos decir que no que se nos ha olvidado que también es importante decir sí… Tanto a lo bueno como a lo que no sabemos qué será. Porque nada es lo que parece. Y tras una situación que se presenta como un problema, puede esconderse una gran oportunidad para evolucionar…
Lo que importa realmente es elegir de acuerdo con tu esencia y ser coherente con uno mismo
A veces, el miedo nos hace decir que sí y otras decir que no. Lo que importa realmente es elegir de acuerdo con tu esencia y ser coherente con uno mismo.
No hay caminos correctos, hay decisiones que nos llevan a lo que deseamos y decisiones que nos llevan a aprender algo que nos pone en el camino de lo que deseamos.
Aunque para ello hay que aprender también a decir que sí… Aunque asuste y tengas ganas de salir corriendo…
Yo digo que sí…
A caer y rodar sin saber hasta dónde voy a llegar por inercia. Porque tal vez ese azar que no existe me lleve a un lugar que mi cordura insensata nunca pisaría…
Un lugar que mi razón no comprende a pesar de que mi corazón intuya… Un lugar donde mi imprudencia sea heroicidad y mi miedo un abrigo que protege pero que puedes quitarte cuando quieres.
A dejar que caiga el peso que me deja tan cansada para vivir este momento que me retiene en un pasado roto y rompe el futuro que sueño
Si… A soltar todo el fardo que llevo arrastrando y que pesa tanto que encorva la espalda y me endereza la sonrisa mientras mi cara se vuelve amarga y triste… A dejar que caiga el peso que me deja tan cansada para vivir este momento que me retiene en un pasado roto y rompe el futuro que sueño.
Sí... A decir todas las sandeces necesarias y todas las impertinencias que el mundo necesita para recordar… Para que se entienda que todo pasa para algo, que todo tiene un sentido, que mientras se planea ir más rápido, lo único que dibuja delante es un precipicio…
Porque el presente se vive lento, como un beso sin prisa… Porque la vida pasa y se escapa y no te das cuenta hasta que llevas tanto tiempo buscando un hueco en la agenda para vivir que el corazón se te para porque necesita que le escuches.
Digo que sí… A romper con lo que me rompe la vida.
A cortar con lo que me corta las alas…
A seguir sin más brújula que mis ganas.
A perder comba si hace falta para detenerme a notar que ya no me interesa el juego. Para cambiar de normas y decidir qué me define y qué me hace feliz…
A tropezar cada vez con la misma piedra hasta que me dé cuenta de que soy yo y no la piedra. Hasta que abra los ojos y vea que cuando la lanzo muy lejos siempre vuelve a mí y golpea mi autoestima.
A reírme de la sombra que me habita… Y beberme la incertidumbre en el café esta mañana sin sol después de una noche sin sueño
A reírme de la sombra que me habita…
Y beberme la incertidumbre en el café esta mañana sin sol después de una noche sin sueño.
Sí… A no forzar más la máquina de las emociones positivas para ahorrarme las que me arañan, porque ya sé que sin ellas nunca podré encontrarme ni comprenderme ni aprender nada.
A dejar de esconderme tras la máscara de persona amable y aprender a besar mi ira y transformarla en viento y con él mover un molino o un imperio enorme y hacerle de palanca a universo que necesita salir a flote.
Sí al viento que me recuerda que a veces no mantengo la calma y tampoco pasa nada… A soltar culpas y necesidades ficticias, a dejar atrás charlas pesadas y refranes que me ahogan y perturban.
A calmar mi sed de llegar y demostrar
Mi sed de encajar. Mi miedo a no parecer y perder y no saber qué camino tomar.
Sí… A todas mis imperfecciones y muecas. Mis palabras gastadas. Mis versos más tristes. Mis rincones más fofos y escondidos.
Mi ironía más rabiosa… Mi rabia más descarnada.
Sí a todas mis deliciosas manías de persona que necesita reconocerse y encontrase en miradas ajenas y ser aceptada…. Porque con ellas he descubierto que realmente no lo necesitaba.
Sí a todos los buenos y cuerdos por conocer y adiós a los locos conocidos porque hartan, porque no aportan nada
Adiós a los locos conocidos porque hartan
Sí a la piel que con el paso del tiempo se astilla y se queda ajada. A las arrugas conseguidas a base de deliciosas sonrisas y carcajadas sueltas.
A mis ojos cerrados buscando sueños imposibles porque los posibles no me llenan ni me calman.
Sí a todos los buenos y cuerdos por conocer y adiós a los locos conocidos porque hartan, porque no aportan nada.
Al baile sin freno.
Al llanto sin sentido que te vacía.
A la broma pesada de encontrarte aquello de lo que huyes en cada esquina para que te recuerde que en el fondo no puedes huir de ti mismo.
Sí a perder el tiempo para notar que estás, que sientes, que vives.
A dejar de dar vueltas a la noria y poner las revoluciones a cero.
Al café de media tarde con miradas y palabras
Al invierno frío y a la lluvia que no cesa.
Sí al libro que se te escribe en la piel y te lee el alma.
A la música que te arranca del asco y te lleva a la esperanza.
A la traición más bárbara que te recuerda que nada es seguro y que no puedes aferrarte a nada que no sea tu confianza
Al desengaño.
Al desconcierto.
A todo lo que te obliga a comprender que la vida no es como esperas pero no importa porque eso la hace más maravillosa todavía…
A la traición más bárbara que te recuerda que nada es seguro y que no puedes aferrarte a nada que no sea tu confianza.
A la decepción más grande que te viene siempre a tu recuerdo cuando te paras a pensar quién eres y cuentas cicatrices.
Dí que sí… A seguir andando a pesar de lluvia
A seguir confiando a pesar de las decepciones.
A no tener que volar si no tienes ganas porque no siempre tienes que ser tu mejor versión.
A no tener que volar si no tienes ganas porque no siempre tienes que ser tu mejor versión
A decir mil veces no cuando te pidan que renuncies a ser tú y te vendan a cambio una versión de vida plácida y cómoda. Al vaivén de todas las risas que sean necesarias.
Al bamboleo de los amores fugaces que te avivan la marcha y te recuerdan que vibras.
A sujetarte en ti mismo mientras caes y vivir con las pinzas puestas para no no perder el equilibrio.
Al viento que se lleva lo que crees que nunca debió estar ahí pero que te forzó a encontrar puertas que no sabías que existían.
Sí a ti y a tu mundo de cosas raras y momentos complicados…
A todas esas tardes en el que pensabas que te hundías y al día siguiente descubrías que te habías recompuesto.
Sí al camino retorcido y oscuro que asusta tanto pero que te llega al alma.
Sí, a lo que te remueve por dentro, te agita, te amasa, te hace vibrar y apasiona…
Porque estás en ese momento en el que después de años forzando las cosas para que pasen, has decidido dejar que la vida respire a ver qué pasa… A ver cómo te sorprende… Y mientras, hacer lo que sientes que debes, lo que amas.
Sí, a lo que te remueve por dentro, te agita, te amasa, te hace vibrar y apasiona… Sí, a lo que amas.
Sí a ti porque eres todos y cada uno de los momentos que te han traído hasta aquí. Y todas y cada una de tus experiencias forman parte de ti.