En sus Manos
Sexting y sextorsion, juego y amenaza en la red
El sexting consiste en compartir con otra persona, de forma voluntaria, material sexual propio. Por su parte, sextorsion es chantajear a una persona utilizando imágenes, vídeos o contenidos de carácter sexual que ella misma ha producido, teniendo como objetivo conseguir favores sexuales, dinero u otro beneficio, llevando a cabo amenazas vinculadas a difundir los materiales de carácter sexual, sin su aprobación.
Sexting y sextorsion – Por Rocío Gavilán y Paloma López – Psicología Velázquez
- El sexting consiste en compartir con otra persona, de forma voluntaria, material sexual propio.
- Sextorsion es chantajear a una persona utilizando imágenes, vídeos o contenidos de carácter sexual que ella misma ha producido, teniendo como objetivo conseguir favores sexuales, dinero u otro beneficio.
Sexting y sextorsion
En la sociedad actual, vivimos constantemente inmersos en las redes sociales y en los chats de mensajería instantánea. A raíz de esta aboragine, nos encontramos con dos conceptos que están aumentando en los últimos tiempos. Los dos conceptos de los que hablamos, son el sexting y sextorsion.
El sexting consiste en compartir con otra persona, de forma voluntaria, material sexual propio
El sexting consiste en compartir con otra persona, de forma voluntaria, material sexual propio.
Por su parte, sextorsion es chantajear a una persona utilizando imágenes, vídeos o contenidos de carácter sexual que ella misma ha producido, teniendo como objetivo conseguir favores sexuales, dinero u otro beneficio, llevando a cabo amenazas vinculadas a difundir los materiales de carácter sexual, sin su aprobación.
La ansiedad crece de manera exponencial, pues de ninguna manera pueden huir de la posible divulgación del material y sus consecuencias
Frustración e incertidumbre
En estos casos, las víctimas sufren un daño muy intenso, además de frustración e incertidumbre por lo que podría ocurrir si las imágenes o videos se difundieran en las redes sociales.
La ansiedad crece de manera exponencial, pues de ninguna manera pueden huir de la posible divulgación del material y sus consecuencias.
Este tipo de acoso genera grandes problemas para conciliar el sueño, además de producir una serie de comportamientos reiterativos que pueden llegar a ser obsesivos.
De esta manera, la víctima de manera constante necesita conectarse a las redes sociales para confirmar si existe alguna publicación o no.
Aunque vean que no hay nada publicado, los síntomas de ansiedad no decrecen, pues no pueden comprobar fehacientemente que alguna persona haya tenido acceso a sus imágenes.
Miedo, mucho miedo
El miedo a los comentarios ajenos es muy fuerte, pues llegan a pensar de manera rumiativa qué ocurrirá si ven sus imágenes.
El miedo a los comentarios ajenos es muy fuerte, pues llegan a pensar de manera rumiativa qué ocurrirá si ven sus imágenes
El miedo al qué dirán, a pensar en los comentarios que harían, en las miradas que recibiría.
En definitiva, sus cabezas están 24 horas al día activas, pensando en casos hipotéticos y una vez que han publicado sus imágenes o videos, el daño psicológico es muy grande.
Les afecta en su vida cotidiana, en las relaciones con su familia, con sus amigos, con sus compañeros de trabajo, etc.
En alguna ocasión, incluso, los amigos pueden realizar comentarios que son contraproducentes como por ejemplo, “no entiendo cómo se te ocurre hacer eso”, “normal que piensen que eres una cualquiera”, “te arriesgas a que lo publiquen”.
Este tipo de comentarios inciden de manera directa en la autoestima de la víctima y en su sentimiento de culpabilidad.