Jupsin

‘Recorriendo Escuelas’ con ‘Celestopías’

El acoso y la violencia en las aulas suele comenzar al detectar a otra persona que no cumple con los estereotipos impuestos por la sociedad. Discriminar al ‘diferente’ haciéndolo sentir que no pertenece y nunca pertenecerá, hace que la diversión de unos se transforme en la pesadilla y el dolor de otros.

El acoso y la violencia en las aulas suele comenzar al detectar a otra persona que no cumple con los estereotipos impuestos por la sociedad.

Discriminar al ‘diferente’ haciéndolo sentir que no pertenece y nunca pertenecerá, hace que la diversión de unos se transforme en la pesadilla y el dolor de otros.

Discriminar al ‘diferente’ haciéndolo sentir que no pertenece y nunca pertenecerá, hace que la diversión de unos se transforme en la pesadilla y el dolor de otros

Recorriendo Escuelas’

Recorriendo Escuelas’ está compuesto por Celeste Alegre y Elizabeth Lencina.

Somos dos escritoras argentinas con gran experiencia docente, que nos hemos dedicado a escribir libros de ficción sobre temas actuales para niños y adolescentes.’

Visitamos centros educativos de toda Argentina reflexionando con los estudiantes a través de la empatía con los personajes de sus historias. en 2017 viajamos a España para trabajar con escuelas de Málaga.

‘Celestopías’, cuentos con voz

Desde los primeros años de primaria, los alumnos participan en talleres interactivos basados en varios cuentos infantiles del libro Celestopias.

Este libro contiene siete historias para compartir sobre violencia domésticabullyingdueloidentidad estereotipos impuestos.

Leer juntos fomenta la relación entre el niño y el adulto, es una experiencia capaz de crear lazos de confianza que se sostienen toda la vida.

Queremos transmitir que es posible superar los problemas desde la autoestima, la confianza y la cooperación.

‘Celestopías’ de la escritora argentina Celeste Alegre

‘El carrito de Juan’

“El carrito de Juan” trata de un niño que va a la juguetería con su padre, elige un carrito de compras color rosa chicle como regalo de cumpleaños, y sale a pasear feliz por las calles enfrentando los comentarios de vecinos y familiares.

A través del uso de  materiales concretos, los niños hipotetizan sobre si existen juguetes específicos para niños y niñas, si existen deportes según el género, o si los hombres no lloran.

Los niños hipotetizan sobre si existen juguetes específicos para niños y niñas, si existen deportes según el género, o si los hombres no lloran

Cambiando el juguete expresan cómo se hubiera sentido Juan si por creer en los estereotipos no hubiera comprado lo que él deseaba.

Destacando la satisfacción que produce elegir libremente, conocer nuestros propios gustos y respetar el gusto de los otros.

‘Algo en común’

Para grupos de adolescentes los talleres se basan en la novela “Algo en común”, cuyos protagonistas son seis jóvenes excluidos y acosados en las redes sociales por el resto de sus compañeros de curso. Y, casualmente, uno de ellos es el mejor alumno de la clase.

Las experiencias se suceden y se superan día a día. Algunos alumnos, incluso, reconocen delante de su clase haber participado del acoso a otros, por ser o actuar diferente. Entre todos intentan  poner nombre a las emociones que sienten los personajes y los relacionan con experiencias vividas por ellos.

La tarea es inagotable, porque el flagelo del acoso y la discriminación está fuertemente arraigado en la sociedad. La educación desde edades tempranas, el acompañamiento y compromiso de docentes y familias será la única posibilidad de lograr los cambios basales que tanto necesitamos.


El carrito de Juan – Celeste Alegre

Quiero ese!- dijo Juan cuando su papá, ya dentro de la juguetería, le propuso que eligiera su regalo de cumpleaños.

Juan tomó un carrito de compras color rosa chicle y se acercó a la caja. La empleada de la juguetería miró al papá como preguntándole si de verdad lo iba a comprar, pero él simplemente pagó y se fueron.

En la calle, Juan llevaba su carrito feliz. Iba siguiendo con la mirada el giro de las rueditas, y todo lo que su papá compraba lo iba poniendo en su carro: manzanas, mermelada, azúcar…

Una señora preguntó si Juan era una nena… pero el papá se hizo el que no había escuchado.

Al llegar a casa, Juan le mostró emocionado a su mamá el regalo que había elegido, ayudó a su papá a poner todo en su lugar; y cuando el carro estuvo vacío lo estacionó cerca de la puerta de entrada.

Después se pusieron a preparar el bizcochuelo: la mamá batía los huevos y el azúcar, y Juan iba echando de a poquito la harina y la leche, cada vez que su mamá se lo pedía.

Cuando la torta estuvo en el horno, Juan llevó las cucharas y cucharones a la pileta. Se lavó la cara y las manos, se peinó, y se fue al patio a jugar un rato; sabía que pronto llegaría la abuela Neki, y el tío Ignacio con su prima Paulita.

—¡Ya está la torta, Juan! —gritó la mamá por la ventana—. ¿Me ayudás a decorarla?

Justo cuando estaban poniendo la última velita, llegó la abuela, que al ver en la entrada el carrito rosa chicle, preguntó:

—¿Ya vino Paulita?

—¡Hola abu! —dijo Juan mostrándole el carrito—. ¡Mirá el regalo que elegí por mi cumpleaños! Fui con papá a la juguetería y me gustó este carrito. Hoy compramos muchas cosas y yo traje las manzanas, la mermelada y el azúcar en mi carrito nuevo. Además, cuando volvimos a casa la ayudé a mamá a hacer la torta y a ordenar la cocina.

La abuela de Juan comprendió que el carrito no era de Paulita, era del color que le gustaba a Juan… Después de todo —pensó—, el rosa es un hermoso color, igual que el violeta, el naranja y el verde.

Sintió mucho orgullo de que Juan hubiera elegido como regalo de cumpleaños un carrito para jugar y que hubiese ayudado con las compras.

El tío Ignacio con Paula, llegaron cuando el papá terminaba de colgar en el patio los globos y un enorme cartel de cumpleaños.

Juan estaba muy contento con su fiesta. Después de soplar las velitas, él y Paula jugaron al supermercado: con una caja de zapatos hicieron una máquina registradora, con hojas de diario los billetes, y usaron envases vacíos para vender.

Paula había traído un muñeco cachetón que tenía una mochilita para llevarlo, así que algunas veces era Juan quien hacía las compras con el bebé en la mochila y Paula cobraba; y otras veces era el cajero, y Paula cargaba el carrito con la compra. ¡Se divirtieron un montón!

Juan y Paula son muy buenos amigos, comparten sus juguetes y se convidan caramelos. Paula y Juan saben que los colores de la ropa, de los juguetes, de la piel… son todos lindos, ¡porque son colores!

Y a vos, ¿qué color te gusta más?


Una iniciativa de la Editorial Mapas Colectivos #microBooks #lobuenosibreve

1 Comment
Salir de la versión móvil