Jupsin
‘Yo soy ellas’, la novela de tres generaciones de mujeres que los hombres deben leer
Cruz Galdón presenta en Jupsin’ su novela ‘Yo soy ellas’, y lo hace con su propia voz, especial, profunda, cautivadora… y con el capítulo cero, un texto inédito para una narración llena de emociones, sentimientos y vida, mucha vida.
«Hoy, tras un sinfín de avatares y experiencias, mi vida tiene un sentido, en el que navego libremente con el rumbo que me dicta el corazón».
«Esto que te cuento podría sonarte a novela y, así es, mucho tiene que ver con el cambio exacerbado que ha dado mi vida».
«Soy una mujer corriente, de esas que se ponen sus tacones y pisa bailando las baldosas, moviendo en ese contoneo, su falda. Ya no agacho mi mirada ante la vida, pues ya conozco sus zarpazos y sus deidades».
«Ahora sé, por fin, de qué estoy hecha y el porqué de mis decisiones, a veces tan incomprendidas, otras tan aplaudidas, pero todas tomadas desde el tsunami que se adentra en mi ser más íntimo…»
‘Yo soy ellas’, la novela de Cruz Galdón, ha sido el libro elegido para la presentación de la Colección Mil Amores, iniciativa de Lantia Publishing y Mil Palabras &+ Woman de Mediaset y por jupsin.com como la novela para disfrutar en el verano inolvidable de 2020.
La novela de tres generaciones de mujeres que lo hombres deben leer – Colección Mil Amores – Narrativa – Libro recomendado por jupsin.com verano 2020.
- Cruz Galdón presenta en Jupsin’ su novela Yo soy ellas, y lo hace con su propia voz y con el capítulo cero, un texto inédito para una narración llena de emociones, sentimientos y vida, mucha vida.
- Yo soy ellas, la novela de Cruz Galdón, ha sido el libro elegido para la presentación de la Colección Mil Amores, iniciativa de Lantia Publishing y Mil Palabras &+ Woman de Mediaset.
«Yo soy ellas… y tú también»
Me preguntas cómo soy, cómo siento y por qué te escribo. Hace cuatro años no sabría bien qué contestarte y dubitativa te relataría mil milongas.
Ya no agacho mi mirada ante la vida, pues ya conozco sus zarpazos y sus deidades
Pero hoy, tras un sinfín de avatares y experiencias, mi vida tiene un sentido, en el que navego libremente con el rumbo que me dicta el corazón.
Esto que te cuento podría sonarte a novela y, así es, mucho tiene que ver con el cambio exacerbado que ha dado mi vida.
Soy una mujer corriente, de esas que se ponen sus tacones y pisa bailando las baldosas, moviendo en ese contoneo, su falda. Ya no agacho mi mirada ante la vida, pues ya conozco sus zarpazos y sus deidades.
Ahora sé, por fin, de qué estoy hecha y el porqué de mis decisiones, a veces tan incomprendidas, otras tan aplaudidas, pero todas tomadas desde el tsunami que se adentra en mi ser más íntimo.
‘Yo soy ellas’, la novela de tres generaciones de mujeres que los hombres deben leer
Todo comenzó como comienzan todas las historias, un día que era el que tenía que ser, porque en la vida no hay casualidades, si no causalidades que, bien observadas, no responden a los por qué, pero sí sé que, con el tiempo nos resuelven los para qué ocurren.
… por el olor a magnolio, por la luz de la luna que tocaba mi boca pidiendo que hablara de una vez
Eran las doce de la noche, la hora bruja. Esa hora donde todo comienza y termina, donde dejaba de ser yo misma para comenzar a ser mi espejo, donde vuelven los pensamientos a taladrar la mente.
Podría ser una noche cualquiera, pero no lo era. Era la noche, era el instante, por todo lo que me rodeaba, por el olor a magnolio, por la luz de la luna que tocaba mi boca pidiendo que hablara de una vez; por ese cielo que tantas y tantas noches velaba, por esa ventana que miraba al norte y a cuya tenebrosidad asomaba mi cuerpo para saberme impregnada de oscuridad por cada poro de mi piel.
Era la noche, recuerdo que suspiré e inhalé una bocanada de tabaco que me llegó hasta lo más profundo, tenía que dejarlo, pero cuántas cosas había dejado por el camino… Me decía – Madura, madura, ¡madura!, ¿acaso es poco o nada lo que ya hice?
La enfermedad de las lágrimas
En aquella noche calurosa toledana, en la que la enfermedad de las lágrimas (así me gusta llamar a la tristeza) me ahogaba la garganta, sin dejar apenas pasar el aire. Mi razón me atrapaba el pensamiento y me hablaba, cuando me obligó a mirarme ante el espejo, entonces me habló.
… el zarpazo de la muerte tenía que habitarme hasta lo más profundo de mi ser
Yo, tu madurez, te enseño tus incipientes patas de gallo. Yo, tu madurez, te enseño esas malditas canas que platean la melena morena de la que siempre presumes y para colmo, mientes, tintas tus canas de aceites coloreados que cada mes te recuerdan que, el pasado es tiempo pretérito, que los años transcurrieron de verdad.
¡Madura! Ya cumpliste cuarenta y seis primaveras, es hora de que vomites por qué eres así, es hora de averiguar si eres consecuencia de tu historia, si eres el fruto de tu propia vida, esa vida que quisiste y quieres beberte a atragantadas, si eres “AMOR” o qué diablos eres-.
No era suficiente con un fracaso de amor que me sumió en el desengaño menos esperado, además el zarpazo de la muerte tenía que habitarme hasta lo más profundo de mi ser.
¿Acaso eso no era madurar? No, no lo era. Era envejecer el corazón, acercarse a ese lugar donde se pierde la capacidad de soñar, donde no cabe la ilusión porque ya conoces el final triste de los sueños… era hora de volver atrás, volví al pasado.
Esencia de amor
… mi corazón guía mis pasos, entonces llegaría a perdonarme y quererme, para saber perdonarte y quererte a ti
Y así decidí mirar atrás, buscar a las que me precedieron, buscar en ellas lo que no hallaba en mí.
Porque ellas me habían hablado de cómo amaban y sentían en las cartas y documentos que había encontrado de mis antepasados, ellas me gritaban que tenía que aprender a quererme porque no estoy hecha de otra esencia que de ‘amor’.
Pero ¿qué tipo de amor que tanto me dolía? Esa era la meta, descubrir que tenía un largo camino hecho, lleno de señales, para guiarme hacia la única certeza, que tengo toda la vida para saber que mi corazón guía mis pasos, entonces llegaría a perdonarme y quererme, para saber perdonarte y quererte a ti.
Yo soy ellas te hará adentrarte en tu pasado, en quienes te enseñaron como comer, vestir, respirar…, pero sobre manera, como amar.
Hablemos en Facebook – Yo soy ellas, ¿y tú?
- ‘Yo soy ellas’ me sanó, hizo que se desnudara el alma de su protagonista y se convirtiera en su mejor versión, aprendiéndose de sus antecesoras.
- Deseo que en este grupo de Facebook consigamos aunar emociones y sentimientos, algunos de ellos nacidos de su lectura, otros sentidos por cualquier motivo.
- Déjame hablar contigo de emociones vitales, hagamos que hombres y mujeres seamos románticos y emocionales, porque los sentimientos no tiene sex@.