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¡Que entre la luz! frente a la violencia machista y el matrato infantil
Cuando Luz Guerrero (nuestra querida Lusa) nos empezó a hablar de que entre todos los autores y autoras que estamos integrados en la Sociedad Cooperativa de Escritores Proust y otros no integrantes que se animaran a participar, podíamos escribir un libro solidario de relatos contra la violencia de género, la idea me ilusionó. Poder hacer algo en este asunto en el que la impotencia nos abruma continuamente, era algo que egoístamente me venía bien. Tenía ganas de escribir una historia que reflejara mi indignación contra esta especialísima violencia.
¡Que entre la Luz! – Crónica sobre una obra solidaria – Ricardo G. Aranda Rojas (@rgarciaaranda)
Cuando Luz Guerrero (nuestra querida Lusa) nos empezó a hablar de que entre todos los autores y autoras que estamos integrados en la Sociedad Cooperativa de Escritores Proust y otros no integrantes que se animaran a participar, podíamos escribir un libro solidario de relatos contra la violencia de género, la idea me ilusionó.
Poder hacer algo en este asunto en el que la impotencia nos abruma continuamente, era algo que egoístamente me venía bien. Tenía ganas de escribir una historia que reflejara mi indignación contra esta especialísima violencia.
Rápido, había que escribir rápido, el plazo era muy corto, este proyecto salía ya mismo
Rápido, había que escribir rápido, el plazo era muy corto, este proyecto salía ya mismo.
Pero fue creciendo, ya no éramos un grupito de escritores, había mucha gente que quería participar. Ya no sólo cabía el tema de la violencia machista, era importante dejar un espacio para el maltrato infantil.
¡Que entre la luz!, una magnifica obra de relatos y poemas
Ya no solo eran relatos, los y las poetas pedían su espacio. Ya no era un libro más sobre estos temas. Casi un año después tenemos en nuestras manos una magnífica obra, con muchas firmas desconocidas y unas cuantas ya consagradas. Relatos y poemas de una calidad que, estoy seguro, la historia de la literatura recordará cuando toque.
“Necesito decirlo, necesito contarlo, no aguanto más, y ¿a quién mejor que a ti? Fue cuando tenía quince años…” (‘Cauces’, de Cristina Jiménez)
“El sonido de la bocina resonó sobre las vías de Atocha anunciando la llegada del cercanías de las diez y cuarto…” (‘El viaje de Angela’, de Alberto Rueda).
“Inés se atusa el flequillo frente al espejo del recibidor. Con gran esfuerzo, se cuelga el bolso en el hombro izquierdo – el derecho le duele tanto que parece que le estuvieran arrancando las fibras musculares una a una-, y se anuda la bufanda al cuello…” (‘Yo solo quería ver el Mar’, de Alicia Dominguez)
Tenemos en nuestras manos una magnífica obra, con muchas firmas desconocidas y unas cuantas ya consagradas
“De aquella noche de invierno solo recuerdo que las gotas de la lluvia golpeaban los cristales de mi ventana con increscendo violento…“ (‘A mí no me tocas más’, de Isabel Mata)
“La cartera de plástico tenía un dibujo de Superman. Nico se soltó de la mano de su abuela y se la colgó del hombro…” (‘Cuatro Sílabas’, de Teresa Maldonado)
“Conchita, que me traigas el pescado, joder…” (‘Con un par de tacones’ de Lydia Tapiero)
“Un día, a principios del mes de Julio, bajo un calor sofocante, Carolina –Carol, como todos la llamaban, él también- caminaba deprisa…» (‘Hasta aquí’, de Myriam Cobos)
“Su muñeca volvió a casa hacía ya dieciocho años, once meses después de casarse, con el vientre lleno de esperanza y el corazón desolado…» (‘Una muñeca con gafas de sol’, de Mercedes Pinto)
“El golpe más duro es una palabra hiriente clavada en un corazón vejado…» (‘Tatuada en el alma’, de Ruthy Garcia)
“¡Dejadme en paz con mi dolor!... (‘¿Mi príncipe azul?’, de Adolfo Pascual)
¡Que entre la luz… a raudales
He mencionado algunos inicios de relatos elegidos al azar del remolino de páginas. Más de cuarenta autores y autoras con un compromiso claro de poner el correspondiente grito en el silencio que con frecuencia rodea esta lacra que es la violencia machista y el maltrato a nuestros seres más pequeños, más indefensos.
Se siente el ruido cuando sucede, cuando las consecuencias asustan nuestras hipócritas conciencias. Pero mientras está sucediendo todo es silencio, millones de excusas para callarnos, permitiendo a nuestro lado la perpetración de la bellaquería.
Algunas historias reales, otras aunque son producto de la ficción, también reflejan la cruda realidad de esta lacra social, haciéndonos estremecer
¡Que entre la luz! es, además de un instrumento de lucha, una magnífica colección de relatos y poemas. Algunas historias reales, otras aunque son producto de la ficción, también reflejan la cruda realidad de esta lacra social, haciéndonos estremecer.
En este grupo de autoras y autores hay firmas reconocidas, como la de Toti Martínez de Lezea, probablemente la escritora vasca más prolífica y con más ejemplares vendidos. O la de Enrique Laso, el escritor español más leído en el mercado del libro electrónico.
También colaboran otros autores y autoras como Alberto Vázquez Figueroa, autor de Taureg, Serie Cienfuegos y más de cien libros publicados. Víctor del Árbol, ganador del premio Nadal en 2016, Mari Cielo Pajares, (hija de Andrés Pajares) escritora y actriz. Blanca Miosi, superventas a nivel mundial de ebooks.
Otra gran aportación es la de AlokDixxit, fundador del proyecto Sheroes Haugout, de Stop Acid Attak, en la India, quien nos narra su intensa experiencia como promotor de un proyecto que ayuda a víctimas de agresiones con ácido.
Violencia machista y maltrato infantil, batalla de todos
“Que entre la Luz” no solo tiene como objetivo dar voz a las víctimas, otro de los grandes objetivos es donar todas las ganancias percibidas por ventas a dos Instituciones que están realizando una encomiable labor con las víctimas de la violencia de género y sus hijos e hijas: la Fundación Ana Bella y la Asociación Bekoz Beko.
Es una batalla de todas y de todos, no solo de quienes lo sufren directamente
Con este donativo deseamos poner nuestro granito de arena para ayudar a financiar sus proyectos.
Los que hemos participado en este proyecto literario ahora queremos que los lectores y las lectoras participen igualmente.
Que apoyen el fin solidario, que reflexionen sobre lo que están leyendo y, si es posible, que su compromiso con la prestación de ayuda a la mujer y a las niñas y niños víctimas del maltrato, se incremente. Esto es una batalla de todas y de todos, no solo de quienes lo sufren directamente.