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“La libertad del anonimato en el uso de los móviles es peligrosa”
Inmaculada Moreo es medico de familia y en su trayectoria acumula diez años de experiencia profesional como pediatra de atención primaria. Ahora, asume con mucha energía e ilusión la coordinación de la nueva y pionera Unidad del Adolescente del Hospital Quirónsalud Palmaplanas, “un proyecto bonito, necesario y único”.
“Somos un poco investigadores, un poco padres, un poco formadores y sobre todo… médicos”, afirma la doctora Moreo en alusión a su trabajo diario en el que, entre otros muchos, tiene que enfrentarse a los graves problemas derivados del mal uso por los adolescentes de lo que denominan en su argot las ‘pantallas’; es decir, los móviles y el acceso a las redes sociales.
ENTREVISTA / Dra. Inmaculada Moreo, coordinadora de la Unidad del Adolescente del Hospital Quirónsalud Palmaplanas
“Somos un poco investigadores, un poco padres, un poco formadores y sobre todo… médicos”
Inmaculada Moreo es medico de familia y en su trayectoria acumula diez años de experiencia profesional como pediatra de atención primaria. Ahora, asume con mucha energía e ilusión la coordinación de la nueva y pionera Unidad del Adolescente del Hospital Quirónsalud Palmaplanas, “un proyecto bonito, necesario y único”.
“Somos un poco investigadores, un poco padres, un poco formadores y sobre todo… médicos”, afirma la doctora Moreo en alusión a su trabajo diario en el que, entre otros muchos, tiene que enfrentarse a los graves problemas derivados del mal uso por los adolescentes de lo que denominan en su argot las ‘pantallas’; es decir, los móviles y el acceso a las redes sociales.
in’. ¿Cuál es la función de la nueva Unidad del Adolescente del Hospital Quirónsalud Palmaplanas?
La nueva Unidad del Adolescente abarca un tramo de edad, la adolescencia, donde es fundamental la detección de factores de riesgos y prevenir patologías
IM. El objetivo es llevar un control de la salud del adolescente desde los catorce hasta los veintiún años. Desde el nacimiento hasta los catorce, es el pediatra el que se encarga de esta labor con sus revisiones y citas periódicas, pero a partir de esa edad los niños quedan desprovistos de control rutinario de salud. Así nace la nueva Unidad del Adolescente, para abarcar un tramo de edad, la adolescencia, donde es fundamental la detección de factores de riesgos y prevenir patologías.
Como médicos del adolescente, nos ocupamos de su salud con revisiones periódicas, atendemos sus necesidades y trabajamos para una detección precoz de factores de riesgo. En la Unidad del Adolescente trabajan en equipo psicólogos, endocrinos, ginecólogos, etc. Nuestra labor es siempre multidisciplinar, lo que nos ofrece una visión más completa del paciente. Mi función es, además, la coordinación de la Unidad y de los diferentes profesionales que la forman.
in’. Hay muchos adolescentes y muchos riesgos… van a tener mucho trabajo en la Unidad.
IM. Si, sin duda. Primero porque adolescentes hay muchos como dice y también por la novedad de la Unidad del Adolescente aquí en Mallorca, que no existía hasta ahora. Es un proyecto bonito, necesario y único. Estamos empezando, pero tenemos mucha ilusión y muchísimas ganas de ayudar a los adolescentes en esta etapa de su vida.
Desde la Unidad, nos ocupamos de los niños que entran en la adolescencia y los acompañamos hasta que llegan a la edad adulta. Se trata de una edad que implica probar cosas nuevas y tener conductas de riesgo que debemos vigilar.
in’. Hablemos de adicciones, un grave problema actual.
Los adolescentes vienen a la Unidad con síntomas difíciles de encajar en algún cuadro clínico y cuando indagas encuentras la primera cara de una posible adicción
IM. Es fundamental preguntar sobre sus hábitos a los adolescentes. Preguntar sobre lo que piensan del tabaco, del alcohol, de las drogas, del tema sexual. Y ahora, también hay que preguntar sobre las nuevas tecnologías, la adicción más latente en estos momentos y que cuesta bastante detectar si no la buscas. Los adolescentes vienen a la Unidad con síntomas difíciles de encajar en algún cuadro clínico y cuando indagas encuentras la primera cara de una posible adicción.
In’. Vamos a centrarnos en esta nueva adicción, a los móviles, a las redes sociales, como ustedes dicen, a las ‘pantallas’.
IM. En primer lugar, hay que advertir que la adicción a las nuevas tecnologías, a las ‘pantallas’, puede implicar un aislamiento del entorno. A este aislamiento se pueden unir problemas de extrema gravedad como el ciberbullying o el grooming, que son palabras mayores. Más allá de la adicción, tenemos que estar muy atentos por si se está produciendo un comportamiento inadecuado con terceras personas, como puede ser el acoso.
in’. ¿Proporcionan los móviles una falsa sensación de poder a los adolescentes?
IM. Los adolescentes han crecido con las nuevas tecnologías, son parte de ellos. A los que nos falta información es a los adultos, que nos han pillado de nuevas, ya formados. Además, tendemos a quitarle importancia. ‘Somos adultos’, nos decimos, y tenemos la sensación de que lo podemos controlar. Sin embargo, no somos capaces de ver que en los chavales que se están formando sí que pueden generar problemas graves, sobre todo en las relaciones.
La libertad que da el anonimato es peligrosa. Formas de actuar que no tendrías en persona con terceros, se convierten en habituales a través del móvil
La libertad que da el anonimato es peligrosa. Formas de actuar que no tendrías en persona con terceros, se convierten en habituales a través del móvil. La pregunta es ¿qué necesidad tiene un joven de trece años de tener un móvil conectado a internet veinticuatro horas? Son cosas que te tienes que plantear como padre y preguntar como médico.
Lo que quiero decir es que las nuevas tecnologías son una realidad que no podemos obviar, están ahí y han venido para quedarse, pero todo se tiene que hacer con información y control. Es clave asumir que los adolescentes son personas en crecimiento en todos los sentidos. La responsabilidad de la información y el control es de todos, pero en primer lugar de los padres. No estamos en contra de las nuevas tecnologías, pero sí en su mal uso. Tenemos que hacer una importante labor de información
in’. ¿Qué síntomas nos indican que estamos ante una adicción al móvil?
IM. Normalmente aislamiento. Los jóvenes se vuelven más retraídos. La adicción se traduce en trastornos de conducta, en introversión… pueden somatizar con dolores de cabeza, abdominales… pueden traer cuadros ansiosos. La adicción al móvil genera, sobre todo, inseguridad a la hora de las relaciones con el entorno
In’. ¿Están los médicos preparados para abordar este tipo de problemas?
IM. Hay todavía mucho trabajo por hacer, y hace falta mucha formación. La respuesta ahora mismo es no, es algo nuevo y para lo que a priori no nos hemos podido preparar tan rápido como hubiéramos querido. Todas las patologías las abordas una vez que aparecen. Digamos que ha aparecido el problema y hay que prepararse para resolverlo.
Sin embargo, los nuevos profesionales médicos cada vez nos formamos más en nuevas tecnologías para poder tratar los aspectos de la salud relacionados con, por ejemplo, el ciberbullying. La pregunta siguiente sería, ¿estamos capacitados para hacerlo?, y la respuesta es sí, por supuesto, es cuestión de formación, de interés y de receptividad.
in’. ¿Cuál es la forma de abordar la problemática de la adicción a los móviles?
IM. Detectas que hay algo que no va bien. Para ello, hablamos con los adolescentes y así podemos hacer una valoración de la situación y cómo le está afectando.
Ante el inicio del problema detectamos síntomas, y si no hay trastorno de conducta, ni depresión o ansiedad lo podemos manejar desde la consulta, con pautas y explicando al adolescente lo importante que es saber manejar las nuevas tecnologías.
En cualquier caso, esto es importante, no se les prohíbes nada, sino que les adviertes de la necesidad de un uso racional de las tecnologías. Es lo mismo que harías con un adolescente que empieza a fumar o a tomar alcohol. La pauta es la misma, porque es una adicción. La clave es detectar la adicción y ver en qué punto está.
in’. Y si el problema es mayor, con acoso…
IM. Por supuesto, tenemos protocolos de actuación para situaciones de acoso una vez que saltan las alarmas en el colegio, en la familia, y en nuestra consulta. Si sospechamos que hay un caso de ciberbullying, lo primero es averiguar si se trata de acosado o acosador. Y actuar siempre de forma conjunta con los padres y con el colegio.
El problema del ciberbullying es que el daño puede ser a muy largo plazo, aunque la actuación haya sido solo una vez
El problema del ciberbullying es que el daño puede ser a muy largo plazo, aunque la actuación haya sido solo una vez. La prevalencia de depresión y suicidio por ciberbullying es mayor que por el bullying. Hay que estar muy pendiente.
Si el asunto es un grooming, con acoso de mayores a menores, es muy importante ponerlo en conocimiento de la fiscalía de menores.
Los médicos tenemos que estar al día de la parte legal, no sólo por el cumplimiento de la normativa, sino porque también hay que dar respuestas y orientación a las familias que sufren estos problemas ante las dudas lógicas que tienen sobre la forma de actuar, dónde denunciar, etc.
in’. ¿Y si sospechan que hay riesgo de suicidio?
IM. En el caso de que sospechemos que hay riesgo de suicidio, debemos derivarlo inmediatamente y de urgencia al psiquiatra.
Por suerte estos casos graves no son los que más atendemos. Normalmente nos enfrentamos a casos leves, trastorno anímico que te puede generar el acoso en su comienzo.
Lo que nunca se debe hacer es dejar las situaciones de acoso en los adolescentes , fuera de control y seguimiento.
in’. ¿Son conscientes los padres de la gravedad de estas adiciones y de los problemas de acoso?
IM. Creo que no son conscientes. Quizás nosotros los médicos somos los que aprendemos antes sobre estos problemas, porque vemos las peores consecuencias
Lo que no debe ser es que niños o niñas con 9 o 10 años accedan al móvil y a las redes sociales cuando quieran
También los maestros empiezan a ser más conscientes, mientras que los padres tardan más. Hay que informar y formar a los padres para que sepan cómo deben enfrentarse a estas situaciones. Lo que no debe ser es que niños o niñas con 9 o 10 años accedan al móvil y a las redes sociales cuando quieran.
A las normas habituales de educación en casa con los hijos, hay que incorporar las novedades que vienen con las nuevas tecnologías. Pero para poder hacerlo bien los padres deben tener ellos información. Como es lógico, los padres tienen que preocuparse y ocuparse de la educación de los hijos, y ahora además, del control de acceso de sus hijos a las nuevas tecnologías.”
in’. ¿Cómo están nuestros adolescentes?
IM. (Sonríe)… Bien, bien, generalmente bien… es una época maravillosa… no todo es malo… Las crisis son cambios y los cambios son buenos. Están creciendo, y lo que tienes que hacer es acompañarles y echarles una mano para que lleguen a la edad adulta sanos física y mentalmente. Es una etapa con riesgos y es ahí donde tenemos que acotar un poquito.
in’. ¿Qué nos queda por ver?
IM. Estamos viendo una generación exageradamente individualista, una generación en la que se han roto los valores de la nuestra y todavía no tiene los suyos.
Quizás el problema de que vaya todo tan rápido es que a los adolescentes no les está dando tiempo de asimilarlo, tanto lo bueno como lo malo. Y si todo sigue así, te asusta, porque lo que ves es egoísmo, no tolerar la frustración, quiero todo ya y rápido, no me esfuerzo para nada… Eso es peligroso. Aunque esto no se debe solo a las nuevas tecnologías, por supuesto, sino al cambio generacional tan importante.
in’. ¿Cómo le suena la inteligencia artificial?
IM. Me suena… a película de terror… Esta es la evolución, lo que pasa es que tiene que ir todo acorde, a mí lo que me da un poco de miedo es que vamos muy rápido, con robots… y que se olvide dar a los humanos, a los chavales los valores necesarios. Adelante el desarrollo, pero sin olvidarnos de nuestro desarrollo emocional.