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La verdadera valentía

Ser valiente es confiar sin dejar de prevenir. Es caminar con paso firme. Es no avergonzarse de uno mismo ni esperar que te señalen con el dedo…

La verdadera valentía – Por Mercè Roura – Especial para jupsin.com

  • Ser valiente es confiar sin dejar de prevenir. Es caminar con paso firme. Es no avergonzarse de uno mismo ni esperar que te señalen con el dedo…

  • Ser valiente es pasar de todo cuando te señalan con el dedo y sentirse digno a pesar de ello.

  • Ser valiente es adaptarse sin someterse, tambalearse sin perder el equilibrio, estar en ti cuando más duele y más cuesta.

Siempre quise ser valiente. Ahora me doy cuenta de que no era para ser más fuerte ante la vida sino para que los demás me vieran así. Para que me vieran como una guerrera y me dejaran en paz.

Cuando era niña mis compañeros querían ser extraordinarios y yo deseaba ser normal

Cuando era niña todos mis compañeros querían ser personas extraordinarias y yo, sin embargo, lo que deseaba con todas mis fuerzas es ser normal. La normalidad me iba a permitir no destacar tanto y no ser objeto de burla.

Mi idea era pasar de puntillas por mi vida para que no doliera tanto, para no permanecer mucho rato en mí misma y ano sentir esa necesidad de ser otra persona.

Primero aprendí  callar y luego, harta de tanto tragarme esa rabia contenida porque todo fuera tan injusto, empecé a decir en voz alta lo que pensaba. Mi mundo se quedó perplejo ante tanta osadía y descaro…

La normalidad me iba a permitir no destacar tanto y no ser objeto de burla.

Soltando la lengua

Decidí soltar mi lengua y descubrí que era muy buena soltándola. Siempre había una palabra que decir. Siempre contestaba cuando alguien se metía conmigo y, lo hacía tan bien que aquella vez se convertía en la última.

Podía dejar mi capa de invisibilidad y pavonearme por la vida sin temor porque iba a defenderme siempre

Me convertí en una chica valiente, una chica fuerte, me decían algunos. Por fin podía dejar mi capa de invisibilidad y empezar a pavonearme por la vida sin temor porque iba a poder defenderme siempre.

Observaba a las personas y sentía su miedo, su dolor, su angustia. Cuando alguien intentaba avergonzarme yo iba más lejos y me atrevía más… Era una superviviente de todo y para todo.

No me escondía ya. Aunque el paso de ocultarme a mostrarme supuso asumir el reto de ser ejemplar, intachable, correcta… Perfecta.

Exigirme hasta el límite para hacer siempre un buen papel. Sin darme cuenta, pasé de estar bajo la dictadura de otros a estar bajo la propia. Siempre defendiéndome, siempre alerta y preparada para atacar… Siempre luchando contra mí, contra mis ganas de descansar a veces y dejar el puesto de vigilancia, soltar el lastre y decidir que no pasaba nada si te critican.

Tanta lucha contra el mundo me dejó agotada y en estado permanente de rabia… Siempre enfadada por algo que a veces ni siquiera había pasado todavía pero iba a pasar, sin duda, estaba segura.

La gente cree que ser fuerte es ser irrompible, imperturbable, duro e insensible pero eso no es más que una coraza. La verdadera fortaleza surge de no sentir la necesidad de defenderse porque no te consideras atacable.

Dicen que para defenderse hay que atacar… No es verdad, si quieres paz no prepares la guerra porque tendrás guerra y nada más.

Si quieres paz no prepares la guerra

Dicen que para defenderse hay que atacar… No es verdad, si quieres paz no prepares la guerra porque tendrás guerra y nada más.

Con el paso del tiempo y de las batallas ganadas a costa de salud y sufrimiento, de todas la ironías soltadas por esta boca para dejar claro que nadie se mete conmigo, me di cuenta de esa gran verdad… No importa ganar o perder, importa estar en paz. Si no estás en paz contigo, no estás en paz con nadie.

Tengo bastantes años ya… Y durante este tiempo, nadie me ha juzgado tan severamente como yo misma. Nadie me ha tratado tan mal como yo me he tratado. Nadie me ha negado la felicidad como yo misma me la he negado…

Nadie me ha limitado tanto como yo me he limitado. Nadie. Asumo entonces que durante todo este tiempo me he estado defendiendo de mí en realidad. Atacándome a través de los demás cuando esperaba que ellos me atacaran porque yo había decidido que de alguna forma merecía ese ataque…

Y todo eso, envuelto en un cansancio atroz por estar siempre alerta y no bajar la guardia. Tensa hasta el límite por mi enfado crónico y permanente. Rabiosa y agresiva calentado en un rincón del cuadrilátero de mi vida para salir a pelear. Arrasando con mi salud, mi necesidad de calma, mi deseo de soltar esa carga pesada de estar siempre apunto y perfecta para revista.

Por fin podía dejar mi capa de invisibilidad y empezar a pavonearme por la vida sin temor porque iba a poder defenderme siempre.

La verdadera valentía

No es verdad, no era valiente cuando me enfrentaba, era peligrosa. Ser valiente no es atacar para que no te ataquen… Igual que decidir no defenderte tampoco es ser cobarde.

Ser valiente es atreverse a vivir tu singularidad y no sentirse amenazado por ella

Ser valiente es confiar sin dejar de prevenir. Es caminar con paso firme. Es no avergonzarse de uno mismo ni esperar que te señalen con el dedo…

Ser valiente es pasar de todo cuando te señalan con el dedo y sentirse digno a pesar de ello.

Ser valiente es adaptarse sin someterse, tambalearse sin perder el equilibrio, estar en ti cuando más duele y más cuesta. Es apostar por ti tal y como eres sin estar siempre creyendo que tienes que mejorar algo más allá de sentirte mejor.

Ser valiente es soltar el lastre. Es no esconderse ni tener que ponerse en primera fila para destacar. Es no tener que responder ni morderse la lengua… Es no librar batallas absurdas ni excusarse por nada…

Ser valiente es atreverse a vivir tu singularidad y no sentirse amenazado por ella.

No esperar ni ataque ni halago. No buscar confrontación para demostrar nada a nadie ni siquiera  a uno mismo. Hacer el camino que escoges sin desconfiar de ti ni de tus decisiones. Hacer lo que sientes sin mirar de reojo buscando comparaciones.

Ser valiente es vivir en paz contigo mismo. Es amarse por encima de lo que opina el resto del mundo…

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