Gente Jupsin
Ella… que salió del laberinto
Hoy quiero hablaros de ‘ella’. No le pondré nombre porque en realidad tiene el nombre de todas las mujeres que como ella se han enfrentado al lobo más feroz y han podido contar la historia. Para mí tiene el rostro de una amiga cansada de huir durante años de las sombras y de inventar excusas para perdonar hasta no poder más, hasta que ya no recuerdas cómo empezó la historia…
Hoy quiero hablaros de ‘ella’. No le pondré nombre porque en realidad tiene el nombre de todas las mujeres que como ella se han enfrentado al lobo más feroz y han podido contar la historia.
Para mí tiene el rostro de una amiga cansada de huir durante años de las sombras y de inventar excusas para perdonar hasta no poder más, hasta que ya no recuerdas cómo empezó la historia…
El rostro de una mujer triste con mil cosas por hacer en la vida, mucho valor guardado y escondido por miedo a molestar, a precipitarse, a recibir otro golpe y otro grito por ser inconveniente o llegar en el momento inapropiado…
Y entonces, ese día, armada con un valor que nadie sabe de dónde sale, toma la decisión de apostar por sí misma y dice basta…
Hasta que una se da cuenta de que todos los momentos son inapropiados y que siempre molesta lo que hace…
Y entonces, ese día, armada con un valor que nadie sabe de dónde sale, toma la decisión de apostar por sí misma y dice basta…
Desde fuera es fácil creer que decir basta es sólo un instante, una decisión… Pero en realidad es un acto tan heroico y complicado que muchas como ella no pueden hacer o eso creen…
No porque no sean capaces sino porque a base de oír día tras día lo poco que valen y lo mucho que estorban se lo han llegado a creer y se mueven entre sombras. Porque hace un siglo que nadie les dice lo maravillosas que son y ya no se acuerdan.
Ella, con sus sueños por cumplir sin estrenar
Decir basta es el acto más puro de confianza en la vida y en uno mismo. La superación del miedo más atroz jamás imaginado.
Tras el basta hay golpes y gritos. Hay amenazas y unos servicios públicos que nunca llegan a tiempo, aderezados por una justicia a veces tan ciega que no ve nada, que no nota el miedo en los ojos y no reconoce las miradas de pánico y preocupación suprema. Que no sabe de angustia ni de noches en vilo esperando una ayuda que no llega.
Tras el basta hay golpes y gritos, amenazas y unos servicios públicos que nunca llegan a tiempo, aderezados por una justicia a veces tan ciega que no ve nada
Ella, con sus sueños por cumplir sin estrenar y su sensación constante de estar haciendo algo loco, algo desesperado, algo que todavía no le toca…
Suplicando una vida normal para sus hijos, sin más ayuda que su aliento y la de algunos que intentamos sobrellevar su carga a ratos…
Sin más miedo que a ceder otra vez y entrar en el círculo vicioso del dolor anticipado, de dolor conocido…
Ella medio marchita mientras espera un cariño que no llega y recibe un arañazo asegurado, un golpe seco, una humillación bárbara..
Ella que ya no se rompe porque se ha encontrado el alma, cosida a los zapatos, para poder arrastrarla si le fallan las fuerzas . Ella que toma las riendas y denuncia, insiste y no ya no baja la cabeza ni se avergüenza de nada… Y el camino que es largo y parece que no sirve de nada andarlo porque en realidad es un laberinto.
Ella, incapaz de ser incapaz
Ella, aprendiendo a amarse para soltar la pesada carga de no ser nunca suficiente y creer que debe soportar lo insoportable porque no merece más… Incapaz de ser incapaz… Rota por dentro pero aguantando la vela siempre para que los peques no noten cómo se resquebraja…
Abierta en canal y contando cada euro para llegar sin ayuda de nadie… Para llegar a final de mes, a final de ciclo, al final de este día estando viva, estando entera…
Ella tan sabia sin querer ser sabia, tan enorme desde su pequeñez aprendida y obligada, tan triste pero sin dejarse llevar por la tristeza porque sabe que el lobo la huele y ataca. Siempre ataca, sin sentido, sin por qué, Siempre con excusa inventada, con odio rancio y una rabia tan cobarde que provoca náusea.
Ella sin más miedo que al miedo de derretirse mientras espera que todo termine y no termina nada…
Por todas las noches esperando tu mensaje para saber que estabas viva, amiga, te escribo para que no te olvides de lo mucho que has conseguido y comprendas que no estás sola…
Por todas las noches esperando tu mensaje para saber que estabas viva, amiga, te escribo para que no te olvides de lo mucho que has conseguido y comprendas que no estás sola…
Porque todo tu coraje es el coraje de todas las que todavía necesitan decir basta y no pueden porque no encuentran la forma, porque no hallan paz en su noche, ni fuerza en su día. Que sepas, amiga, que tu victoria es la de todas, que tu libertad suma y ayuda a seguir y a caminar…
Que tu gesto valiente puede salvar a las que creen que se han perdido y no encuentran esperanza…
Por aquella tarda de otoño en que me dijiste que no sabías si podrías porque te ahogabas y todo era un fundido negro y pegajoso… Por esta mañana en que has descubierto que sí que podías y has tomado las riendas.
Tu camino es el camino de las que todavía no saben lo grandes que son. De las que no se acuerdan de que la vida les pertenece y callan sus gritos y angustia… Las que todavía no se han dado cuenta de que se merecen lo mejor y están calladas y silenciadas.
Tu camino hace más fácil otros caminos porque irás por la vida contando una historia dura pero diciendo que es posible…
Ella, ejemplo de valor y perseverancia
Es posible salir, es posible sobrevivir después de decir basta… Que todas lo sepan y comprendan que no están solas. Que todas te miren y se vean reflejadas.
Por ti, por las que siguen adelante sin encontrar cómo, por las que ya no están y se dejaron la vida intentándolo…
Que todas conozcan tu historia y se cubran de esperanza.
Que sepan que el laberinto no es eterno y que después de andar en la oscuridad más rotunda, la luz brilla…
Cada vez que una lo consigue, todas las demás están más cerca… Cuando una llega, llegamos un poco todas.
Gracias por tu ejemplo de valor y perseverancia. Necesitamos saber que se puede, que a veces pasa, que más allá del miedo, hay esperanza. Que se puede salir del infierno y cerrar la puerta…
Por ti, por las que siguen adelante sin encontrar cómo, por las que ya no están y se dejaron la vida intentándolo… Por todas, para que al escuchar tu historia, algo cambie.