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El sufrimiento y la soledad de 445.000 víctimas de abusos sexuales en la Iglesia católica
Una Respuesta Necesaria – Informe del Defensor del Pueblo
El sufrimiento y la soledad de 445.000 víctimas de abusos sexuales en la Iglesia católica. Esta es la devastadora realidad que precede al Informe sobre Abusos Sexuales en el ámbito de la Iglesia católica.
El Informe ha sido elaborado por el Defensor del Pueblo por mandato del Congreso de los Diputados.
La investigación confirma los terribles daños que han causado los abusos sexuales en la Iglesia católica, «un grave problema social y de salud pública».
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El sufrimiento y la soledad de 445.000 víctimas de abusos sexuales en la Iglesia católica
El problema de los abusos sexuales en la Iglesia católica ha afectado especialmente a niños y adolescentes.
Debe situarse en el contexto del problema del abuso sexual infantil y, más en concreto, de la victimización en contextos institucionales.
El problema no se limita a una institución y afecta a todos los ámbitos de socialización de los menores de edad. Por eso, debe reclamar la máxima atención de los poderes públicos:
- Por los graves efectos psíquicos para las víctimas
- Ante el impacto que de estos derivan para el presente y el futuro de la sociedad.
Daño espiritual y abuso de conciencia
Además, el abuso sexual en un entorno institucional debe preocupar de un modo especial a las instituciones públicas y a los representantes políticos.
Y, si el ámbito en el que se producen los abusos es el de una institución religiosa, es necesario tener en cuenta la especificidad y la gravedad por sus consecuencias, entre las que se encuentra el daño espiritual.
Tampoco debe olvidarse que el impacto de los abusos no se agota en el de los actos delictivos cometidos contra menores de edad, sino que merecen ser tomados en serio también los casos que afectan a víctimas adultas.
Entre estos casos, la victimización sexual puede aparecer relacionada con un abuso de conciencia.
Un problema universal de la Iglesia católica
Se trata de un problema universal de la Iglesia católica, que ha afectado a la sociedad española de un modo no muy distinto a lo que se ha constatado en otros países en los que esta realidad ha sido estudiada.
Para la elaboración de este informe se ha realizado una encuesta a una muestra amplia de la población española.
La encuesta ha permitido constatar, una vez más, el grave problema del abuso sexual infantil, que tiene una elevada prevalencia en España y es una realidad presente tanto en el ámbito familiar como a otros espacios de socialización, en los que las personas menores de edad tienen contacto con personas adultas.
Según la referida encuesta, con datos recogidos en 2023, el 11,7 % de personas encuestadas señalaron haber sido víctimas de abusos sexuales antes de los 18 años.
En un ámbito religioso, es un problema que ha afectado a un 1,13 % de los adultos en España. El porcentaje de personas adultas que fueron víctimas de abusos cometidos por un sacerdote o religioso católico es inferior, un 0,6 %, cifra similar a la encontrada en estudios realizados en otros países.
Una pequeña muestra de una realidad muy extendida
Igualmente, como en otros países, hay un mayor número de personas afectadas de sexo masculino.
En cuanto a la edad, el hecho de que la prevalencia disminuya en las edades más jóvenes indica una tendencia decreciente a partir de los años sesenta y setenta, en los que se produjeron el
mayor número de abusos, al igual que se ha constatado también en otros países.
Estas cifras confirman que los casos registrados oficialmente, a partir de denuncias, no representan más que una pequeña para de una realidad mucho más extendida.
Los estudios victimológicos han puesto de relieve las múltiples barreras (internas, interpersonales, institucionales y sociales) que deben superar las víctimas a la hora de denunciar estos hechos, entre las que destacan:
- Falta de apoyo
- Estigmatización
- Presión derivada de las dinámicas de ocultamiento presentes durante mucho tiempo
Un acto público de reconocimiento y reparación a las víctimas
El Informe propone una veintena de recomendaciones concretas. Entre ellas, se encuentran la de celebrar un acto público de reconocimiento y reparación simbólica a las víctimas por el prolongado período de tiempo de desatención y de inactividad, en particular entre 1970 y 2020.
La creación de un fondo estatal para el pago de compensaciones a favor de las víctimas y que un órgano administrativo especial -creado para la ocasión- sea el que instaurare un procedimiento de reconocimiento y reparación de las víctimas de agresión o abuso sexual infantil en el ámbito de la Iglesia católica.
Reformas normativas para prevenir hechos similares
Así como diversas reformas normativas para la aclaración y reparación de lo sucedido, y para prevenir hechos similares.
Además, entre las recomendaciones se incluye que la Iglesia católica debe poner los medios necesarios para ayudar a las víctimas de abusos sexuales en el proceso de recuperación, ofreciendo tratamiento a las víctimas o familiares, cuando lo requieran.
Y que las diócesis y los institutos de vida consagrada abran a los investigadores la información contenida en sus archivos.
El devastador daño causado a las víctimas
El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, que ha dirigido los trabajos y presidido la Comisión Asesora de expertos, subraya que el Informe se ha configurado sobre la base de testimonios de las víctimas:
«Escucharlas es encontrarse con la voz y la experiencia de un dolor. Y lo sucedido es para ellos y para la sociedad un verdadero desastre»
Y resalta, «el Defensor del Pueblo no tiene como misión juzgar, no es juez. No tiene como misión legislar, no es el legislador. Más bien analiza, pregunta, estudia, investiga y recomienda y sugiere».
Testimonio de 487 víctimas
La Unidad de Atención a las Víctimas, también creada para abordar los trabajos del Informe, ha recogido información relevante sobre 487 víctimas, en entrevistas realizadas tanto en Madrid como fuera de la capital. De ellas, la inmensa mayoría (84%) fueron hombres.
Las víctimas recalcan los problemas emocionales y de conducta que padecen como consecuencia de los abusos.
Y un tercio de éstas señalaron haber tenido síntomas de estrés postraumático. Y, algunas de ellas, habían experimentado síntomas depresivos, sentimientos de vergüenza y estigmatización y de acción suicida.
La atención a las víctimas ha sido el trabajo de un equipo formado por especialistas contratados para la ocasión (tres psicólogos, una trabajadora social, una criminóloga y un abogado-psicólogo sanitario, que han contado con el apoyo administrativo de dos personas).
Las primeras víctimas fueron atendidas, en la Unidad de Atención a las Víctimas, el 6 de julio de 2022.
El devastador impacto en la vida de las víctimas
Los testimonios recogidos de la escucha respetuosa a las víctimas revelan el impacto devastador que los abusos sexuales han tenido en sus vidas.
«En ningún caso el número de testimonios pretende dejar determinado el alcance cuantitativo del problema…
… Lo importante, cuando se ofrece un determinado número de testimonios de víctimas, es tener presente la singularidad personal de cada una de ellas y la inviabilidad de reducirla a una cifra en una contabilidad», subraya el Defensor del Pueblo.
Hay que acabar con la impunidad
La mayoría de los victimarios conocidos son hombres. Y solo una pequeña parte de las personas acusadas de haber cometido abusos han sido juzgadas por parte de las autoridades civiles.
La mayoría fueron mantenidas en sus puestos, trasladadas o, en menor medida, juzgadas a través de Derecho Canónico.