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El amor no duele
Psicopatía y Sociopatía Genética versus Entorno (2).
Pon un libro en tu vida… Manual Básico de Criminología.
Estefanía Ros Cordón – Pinolia
El amor no duele. Los criminales, ¿nacen o se hacen?. Para contestar a esta pregunta hay que profundizar en dos trastornos de la personalidad: psicopatía y sociopatía.
Abrimos un nuevo apartado, Psicopatía y Sociopatía Genética versus Entorno. Se trata de un interesante capítulo que forma parte del libro Manual Básico de Criminología, de Estefanía Ros Cordón editado por Pinolia.
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El amor no duele
Estefanía Ros Cordón
Si se tiene una relación con un psicópata, existe un patrón a la hora de conectar y luego, poco a poco, destruir a su víctima:
Idealización
En esta etapa, el psicópata bombardea de amor a su víctima, los sentimientos que proyecta hacia ellas son desmesurados. Y le hace saber que nunca había vivido nada así y que, por fin, ha encontrado a su alma gemela.
Se adaptan a todo, están 24/7 pendientes de su víctima y le dedican todo el tiempo y el esfuerzo que pueden. Esto crea en la víctima una sustancia bioquímica que aumenta su felicidad y complicidad con el psicópata, lo que hace que genere un vínculo muy fuerte.
Devaluación
En el momento en el que la víctima se enamora, el psicópata inicia una nueva etapa en la que actúa de manera opuesta a como lo hacía. El objetivo, desestabilizar a su víctima. En esta fase, el psicópata hará sentir a la víctima muy confusa y mal consigo misma, llegando incluso a aplicar la ley del silencio, sin contestar sus mensajes o sin comunicarse con ella.
La víctima batalla por conseguir tiempo y atención. La sensación se parece a la de una adicción. En este punto, el psicópata culpará de todo a la víctima, dirá que no le entiende y le hace daño y que no le quiere lo suficiente.
Vuelta al inicio
Una vez pasada la tormenta de emociones, cuando la víctima, desesperada, intenta conseguir que su amado vuelva a confiar en ella, haciendo lo imposible, este volverá a la primera fase, bombardeando a su víctima con un mundo ideal en el que ambos, contra viento y marea, pueden con todo.
La historia ‘real’ y ‘muy habitual’ de Paula y Federico
Paula ha conocido a Federico a través de un amigo en común. Desde el primer instante sintió una conexión.
Él, tan extrovertido e inteligente, se pasó toda la fiesta hablando con ella, casi únicamente pendiente de ella, no se separaron ni un momento. Intercambiaron los teléfonos para seguir hablando, incluso él le dijo que sentía que había una química especial entre ellos.
Durante las primeras semanas, Federico, no para de enviar mensajes a Paula: le da los buenos días, se preocupa de que esté bien, de cómo le ha ido en el trabajo…, incluso le dice que tiene ganas de verla en varias ocasiones.
Paula nunca se había sentido igual
En las primeras citas, Federico es igual o más encantador que cuando lo conoció: se muestra muy atento a todo lo que Paula le cuenta, la escucha y la comprende, por lo que ella no tarda en abrirse y contarle sus intimidades. Se siente como como nunca se había sentido, por lo que no tardan en iniciar una relación sentimental.
Sin embargo, al cabo de unos meses, Federico empieza a cambiar: se pasa ahora incluso días sin contestar las llamadas o los mensajes de Paula, cuando se ven él dice que está muy ocupado y dedica menos tiempo a la relación, cuando están juntos llega a no escucharla o a decirle que «no tiene la cabeza para escuchar sus problemas y sus tonterías».
Nerviosismo y mucha tensión
Paula se empieza a poner muy nerviosa, todo el mundo dice que Federico es un partidazo y que tiene mucha suerte, por lo que no quiere que la relación empeore y se esfuerza en estar a gusto con él. Pero Federico la trata mal, la acusa no ser capaz de estar sola, de no saber solucionar sus problemas ella misma y empieza a criticar su entorno, diciendo que solo él la comprende y la conoce realmente.
La cosa se pone tan tensa que un día, en medio de una discusión, porque ella ha intentado cocinar el plato favorito de Federico y no lo ha hecho lo suficientemente bien, ella se pone a llorar y a pedirle disculpas por ser tan torpe. A Federico le enfada todavía más verla llorar y que sea tan sensible y la echa de casa.
Al cabo de dos días, Federico aparece en su casa con un ramo de rosas para pedirle perdón, y le dice que debe intentar comprenderle, que tiene muchas cosas encima, mucha tensión acumulada por el trabajo y que haga un esfuerzo porque querer hacerle de verdad. Ella lo perdona.
Ansiedad, depresión
Paula y Federico estuvieron juntos tres años, hasta que las discusiones se hicieron tan graves que Paula acabó yendo al psicólogo por ataques de ansiedad y depresión. Entonces empezó a ser consciente de que eso no era amor y y de que debía poner límites. El momento en el que los puso, Federico desapareció, volvió a iniciar su bombardeo con otra chica.
Gracias a terapia y a su entorno, Paula pudo volver a ser la que era: sin inseguridades ni miedos. Aprendió que el amor que sentía era hacia una persona inexistente, ya que era una invención creada por Federico para manipularla.
No es culpa de haber pasado por ello y haber caído en su trampa: los psicópatas aprovechan toda la información de la víctima para adaptarse a sus necesidades, carencias y gustos, por lo que es casi inevitable caer en sus brazos.
Paula ha aprendido a quererse más y mejor
De vez en cuando, Federico intenta volver a contactar con ella, pese a que está bloqueado en todas sus redes sociedades. Dice que la echo de menos y que es el amor de su vida. Paula sabe que lo único que quiere es aprovecharse de ella, por suerte, ha aprendido a quererse más y mejor.
La historia de Paula y Federico puede parecer ficticia, pero no lo es: muchísimas personas se (sobre todo mujeres) pasan por la misma situación cada día. Por eso, es tan importante que sepamos detectarlo a tiempo: si nos sucede a nosotros, saber que debemos actuar; y si le sucede a alguien de nuestro entorno, estar ahí para cuando nos necesiten e intentar abrirle los ojos. El apoyo es imprescindible.
El egoísmo calculador e impulsivo del psicópata
Nota de redacción / El contenido de este artículo forma parte del libro ‘Manual Básico de Criminología’, de Estefanía Ros Cordón y ha sido publicado con el consentimiento de la autora.
Tanto el título como los subtítulos y las ilustraciones han sido añadidos por jupsin.com.